De poco o de nada ha servido que los municipios de la entidad hayan instalado centros de video vigilancia si la incidencia delictiva sigue a la alza, lo que lleva a la conclusión que no falla la tecnología sino los encargados de los cuerpos de seguridad en el ámbito municipal y estatal que al parecer están coludidos con los delincuentes o están rebasados porque sus acciones no se traducen en detenciones.
Ante su evidente incapacidad para prevenir y frenar las actividades delictivas en Tlaxcala, los jefes de la policía han empezado a justificarse con absurdas declaraciones que demuestran su incapacidad.
Hace un par de días, el mexiquense comisionado de Seguridad, Eduardo Valiente Hernández, se aventó la puntada de informar y dar la relevante nota de que su corporación ya tenía identificadas las bandas dedicadas al robo de trenes que pasan por Tlaxcala, en donde incluso participan menores de edad.
Lo anterior no resulta nuevo ni merece un reconocimiento, pues desde hace años las autoridades del estado, los alcaldes, los jefes policíacos estatales y municipales, así como vecinos de Yauhquemehcan, Apizaco y Huamantla saben quiénes cometen esos atracos, dónde esconden la mercancía y el modus operandi que siguen para mover esos productos robados por Tlaxcala.
Si esas bandas ya están identificadas, por qué razón la Comisión Estatal de Seguridad no procede en su contra. Sería lamentable que esa dependencia se escudara en el argumento de que en ellas participan menores de edad y por tal razón no puede aplicarles la ley. Si eso fuera así entonces estamos jodidos porque pareciera que ese sector de la población tiene permiso para delinquir sin enfrente las consecuencias de sus ilícitos actos.
Así como ayer la corporación presumió su exagerado operativo “Pegaso” que logró remitir 64 motos y aplicar 31 infracciones por diferentes violaciones al reglamento vial, lo deseable sería que también llevara a cabo una acción similar para detener a los delincuentes que según el jefe de la policía ya están identificados.
Eduardo Valiente es otro funcionario foráneo que pretenden sorprender a los tlaxcaltecas y justificar con tontas declaraciones su pésimo trabajo. Su antecesor, el ciberpolicía Hervé Hurtado Ruiz intentó vender los mismos rollos y al final salió despedido porque los delincuentes simplemente se burlan de la policía, tal y como sucede hoy en día.
Dígame de qué sirve que los municipios canalicen importantes sumas de recursos para instalar centros de videovigilancia si los policías municipales no están capacitados ni tienen las armas para enfrentar a las bandas criminales.
Si la intención es grabar y tener el video de los atracos, entonces vamos avanzando, porque lo que no existe en Tlaxcala es una real estrategia que prevenga y combata a los hampones.
La fuerza policiaca en Tlaxcala es limitada y carece de voluntad y estímulos para hacer su trabajo.
Hay llamadas de auxilio al 911 que nunca son atendidas o llamadas a los números de las policías municipales que también son ignoradas.
El uso de tecnología para inhibir las actividades ilícitas como las alarmas vecinales es una buena medida si la policía realmente intervendrá, porque si con ese mecanismo los colonos optan por hacer el trabajo de los elementos y hacer justicia por su propia mano será una decisión con pésimos resultados.
Ya casi llegamos a la mitad del periodo de gobierno de la actual administración estatal y hasta ahora no se ve que la seguridad entre en sus prioridades, por lo que quizá la inversión histórica prometida hace ya varios meses en ese rubro nunca se concretará o se dejará pendiente porque según las autoridades Tlaxcala sigue siendo de los estados más seguros del país.
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