La nueva clase política peca de ingenua o de plano se mueve con cierta dosis de maldad que es capaz de soltar distractores para simular que trabaja o investiga, cuando en realidad oculta el origen del problema o trata de evadirlo para no entrar en conflicto con los verdaderos responsables de alentar movimientos de protesta o de haber manejado de manera obscura los recursos públicos del Congreso del Estado.

La cuatitud con la que Manuel Camacho Higareda ha pretendido dirigir la Secretaría de Educación Pública podría tener un alto costo para el gobierno estatal, sobre todo porque la vaguedad con que se conduce ese funcionario sólo alienta los conflictos en las escuelas que en los últimos meses se han multiplicado.

El aspirante a poeta es incapaz de reconocer y descubrir la admonición que afecta su cuestionada administración del sector educativo. Le falta valor para señalar cuál es el origen de las protestas del personal del sistema de telesecundarias, cuando todos los que conocen ese sector saben que los maestros inconformes estarían ligados a un ex candidato al Senado y ex funcionario estatal que se encuentra resentido contra el gobierno que encabeza Marco Antonio Mena Rodríguez.

Los que saben cómo se mueve y opera el sistema educativo tlaxcalteca ya han advertido que Florentino Domínguez Ordoñez, efímero secretario de Gobierno y líder del PRI, así como candidato perdedor al Senado, estaría detrás del movimiento de los maestros de telesecundarias apoyado por los “telerines” que no son más que un grupo de docentes que tienen años manejando ese apartado de la educación en el estado.

Es obvio que los maestros nunca aceptaron el nombramiento de la aún jefa de ese sistema Zully Pérez y que su movimiento no se detendrá hasta que el dócil Manuel Camacho designe a un docente que pertenezca al grupo de los “telerines” o represente los intereses del frustrado Florentino Domínguez.

Pero no crea que Manuel Camacho es ingenuo, porque más bien le encanta hacerse el tonto para que nadie se percate de la mini estafa maestra que ha llevado a cabo en los meses que tiene como secretario de Educación y que podrá conocer a través de una investigación especial que hoy se publica en nuestro portal de noticias.

En otro lado donde también prevalece un alto grado de supuesta “ingenuidad” es en el Congreso del Estado. Resulta que el diputado morenista y presidente del Comité de Administración, Rafael Ortega Blancas, descubrió que mil muebles del Poder Legislativo desaparecieron de forma misteriosa, noticia que fue destacada y que después fue alentada con las declaraciones de algunos ex diputados que siguiendo la broma entraron en contradicciones para aumentar más el morbo y la especulación.

Adiestrado por Cynthia Fernández Bautista, la ex vocera y hoy asesora del matador de toros Ortega Blancas, el legislador se concentra en distractores tan burdos y oculta las verdaderas anomalías financieras que ha descubierto al interior del Poder Legislativo y que involucran a su amigo el diputado vedette Marianito González Aguirre.

Rafael Ortega es de plano muy ingenuo o un malagradecido, pues tiene bajo su servicio a Cynthia Fernández que en la pasada elección se dedicó a soltar dinero que recibió del diputado local J. Carmen Corona y la candidata del Panal Sandra Corona para que ciertos medios desacreditaran el trabajo de Lorena Cuéllar Cisneros, aspirante a diputada federal por el distrito 3.

Lorena Cuéllar impulsó con todo al matador de toros para ser candidato a diputado local por Morena y ese es el pago que recibe a cambio de ese apoyo.

Pronto los nuevos diputados locales cumplirán un mes en funciones y veremos si son capaces de destapar el cochinero que heredaron o si se convertirán en las tapaderas de los ex legisladores que se llevaron millones de pesos.

Es ridículo que Rafael Ortega se preocupe por mil muebles y no por los desfalcos millonarios. O no.