Tontos y hasta aburridos resultan los discursos triunfalistas de los dirigentes del PAN, PRD y PAC, quienes piensan que sólo por el hecho de ir juntos a la elección de diputados tienen asegurados sus victorias, minimizando el arrastre electoral que tiene en Tlaxcala Andrés Manuel López Obrador y la maquinaria priista que suele entregar buenas cuentas.

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El único bloque opositor que ha resultado eficiente y triunfador fue el conformado en los comicios del 2004 cuando Héctor Ortiz Ortiz abandonó el PRI y decidió ponerse la camiseta del PAN, que junto con otras fuerzas políticas (Partido del Trabajo, Partido de Centro Democrático y el PJS) logró ganar por una mínima diferencia la gubernatura al priista Mariano González Zarur.

En el 2010 el PRI y su satélite el PVEM pudieron recuperar la gubernatura con Mariano González tras estar fuera del poder por dos sexenios. El hacendado derrotó a la alianza integrada por el PAN, Panal y el PAC, mismos que decidieron aceptar la imposición del presidente panista de México, Felipe Calderón Hinojosa, quien se inclinó por la nominación de su amiga Adriana Dávila Fernández.

En esos comicios la coalición encabezada por la perredista Minerva Hernández Ramos y conformada por el PRD, el PT y Convergencia no pudo lograr el triunfo ni superar los 25 mil votos. Casi al final de esa elección la abanderada del sol azteca declinó a favor de la panista Dávila Fernández, medida desesperada que nunca tuvo un efecto positivo para la alianza del PAN, Panal y el PAC.

Ahora todo ha cambiado. Héctor Ortiz dejó de ser panista y asumió el control absoluto del partido local conocido como el PAC. Minerva Hernández comprobó que lo suyo no era la izquierda y renunció al PRD para militar en el PAN donde la han apapachado de más, porque aunque no representa nada ese partido insisten en darle juego y posiciones.

Hoy el PAN, PRD y el PAC han formalizado la coalición electoral “Por Tlaxcala al Frente”, la cual no pudo replicar la alianza nacional donde está incluido Movimiento Ciudadano. La soberbia de sus dirigentes es enorme y su actitud de ser los buenos y los políticos dispuestos a combatir la corrupción nadie se las cree, porque cuantos de los que se tomaron la foto en la sede del ITE podrían justificar sus múltiples propiedades millonarias con los salarios que han cobrado a lo largo de su vida.

En los últimos comicios locales del 2016 el PAN y el PRD intentaron formalizar una alianza para la gubernatura de Tlaxcala, pero ni la panista Adriana Dávila ni la entonces perredista Lorena Cuéllar Cisneros cedieron en sus pretensiones y la posibilidad de derrotar al PRI se esfumó, lo que facilitó el triunfo del actual mandatario Marco Antonio Mena Rodríguez que integró una coalición con el PRI, PVEM, Panal y el PS.

Lo malo para el PRI es que en las elecciones para diputados locales de este año podría ir solo y únicamente registrar candidaturas comunes en algunos distritos con el Panal, el PVEM y el PS. De confirmarse lo anterior le generará complicaciones porque no tiene candidatos competitivos que garanticen el triunfo el primer domingo de julio.

El PRI desaprovecho tiempo valioso y pareciera que Florentino Domínguez Ordoñez, actual líder del partidazo, trabajó más para la oposición que para el tricolor y su jefe Marco Mena, pues su labor y operación política no se ve por ningún lado, bueno si, porque el profe nunca ocultó su enorme ambición por convertirse en candidato al Senado.

Habrá que esperar si la coalición estatal entre Morena con el PES y el PT se confirma, ya que el último partido no está conforme con el reparto de las diputaciones locales e insiste en que le den más distritos con posibilidades de triunfo, lo cual ya se esperaba porque los dirigentes de ese instituto Silvano Garay Ulloa y Jesús Portillo Herrera les encanta obtener posiciones sin el menor esfuerzo y trabajo.

La elección de diputados locales no será fácil y tenga la seguridad que para muchos se convertirá en un serio dolor de cabeza. Al tiempo.