Por qué nadie quiere salir a la defensa del gobierno de Marco Mena. Por qué los miembros de su gabinete dejan pasar las críticas al igual que los diputados locales del PRI. Estarán molestos con el mandatario porque no les cumplió algún compromiso o simplemente están de acuerdo con los señalamientos que existen sobre los primeros 100 días de gobierno.

anabel

Algo le paso al gobierno de Marco Mena que cada vez se muestra más aislado y alejado de los políticos y sectores de la sociedad tlaxcalteca.

Pareciera que perdió la sensibilidad para establecer diálogo y seguir mostrando la apertura y tolerancia que dibujó en las primeras semanas de su administración.

A un mes de la llegada de Anavel Alvarado Varela a la Secretaría de Gobierno el saldo que entrega la ex diputada federal es negativo, pues desde la salida de Florentino Domínguez Ordoñez de esa posición el gobierno del estado se muestra más cerrado y dispuesto a abrir frentes que le generan desgaste.

El PRD que dirige Juan Manuel Cambrón Soria dejó de ser atendido por la Secretaría de Gobierno, por lo que decidió subir el tono de sus declaraciones para desacreditar el trabajo de las nuevas autoridades en los primeros cien días que llevan en el poder.

El PAN también se sumó a las críticas al gobierno del estado y la senadora Adriana Dávila Fernández utilizó el escándalo de las escaleras eléctricas para culpar a Marco Mena de las burlas y discriminación que sufrieron los tlaxcaltecas en los medicos de comunicación y en las redes sociales.

El diputado federal panista Juan Corral Mier es otro de los serios críticos de Marco Mena, quien junto con la senadora del PT, Martha Palafox Gutiérrez, lamentan el clima de inseguridad que prevalece en Tlaxcala desde principios de año.

La salida de Florentino Domínguez de la Secretaría de Gobierno debe interpretarse como un error de Marco Mena, porque está más que comprobado que su gobierno perdió interlocución y presencia con la clase política.

El responsable de la Secretaría de Gobierno debe adelantarse a los hechos, conocer a los actores políticos, resolver los problemas antes de que lleguen al mandatario, someterse al desgaste, evitar hasta donde sea posible el golpeteo hacia su jefe y articular la defensa política y mediática del gobernador y a su administración.

Me queda claro que Anabel Alvarado no hace ninguna de esas tareas, pues la mejor prueba de lo anterior se vio hace unos días con el escándalo que se generó por la inauguración de las primeras escaleras eléctricas en Tlaxcala.

El único que dio la cara sobre un asunto tan trivial fue Marco Mena, porque nunca salió ningún miembro del gabinete a hablar sobre el tema y tampoco se observó a algún diputado priísta hacer lo propio.

Lo grave es que ese silencio también se pudo percibir cuando PAN y PRD arremetieron contra el gobierno de Mena tras cumplir 100 días en el poder. El PRI, los diputados locales y federales y los funcionarios estatales guardaron silencio y permitieron el golpeteo mediático a su jefe.

Apenas va por su cuarto mes esta administración y pareciera que ya dejaron sólo al gobernador Marco Mena. En fín, lo que se ve no se juzga.