Son más las voces que coinciden en que el gobierno de Marco Mena necesita una sacudida y reajustes que aquellas que prefieren seguir con lo que hay. Los días pasan y la nueva administración no termina por arrancar, pues es la fecha que muchos funcionarios estatales no se ven comodos.

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El gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez pronto enfrentará la disyuntiva de hacer ajustes en el gabinete o mantener a los mismos funcionarios estatales con los que empezó su administración.

Veremos si gana el discurso de la gobernanza moderna o comprobaremos que en Tlaxcala no solo hay continuidad, sino continuismo.

A más de tres meses de haber asumido el poder, el gobierno de Mena sigue lento, semiparalizado y sin agenda mediática propia. El programa ambicioso de becas que prometió no se ve por ningún lado, así como tampoco se percibe alguna mejoría en el sector de la salud y por más que lo nieguen el problema de la inseguridad es real y alarmante.

El mandatario tiene razón cuando refiere que hay indicadores económicos que demuestran que Tlaxcala sigue teniendo una dinámica positiva en el comercio y en los servicios, sin embargo no hay que perder de vista que esta administración se beneficia de las inversiones que se iniciaron y gestionaron en el gobierno de Mariano González Zarur.

En lo personal creo que Marco Mena requiere de cambios y ajustes en su gabinete, pues necesita de funcionarios que tengan iniciativa y lo ayuden a gobernador. Los ciudadanos esperan resultados y ver programas y obras, así como otras acciones que proyecten a su administración.

Los resultados de los estudios de opinión para evaluar los primeros 100 días de gobierno de Marco Mena no serán buenos ni los esperados por el mandatario, ya que el nivel de aprobación de la nueva administración apenas si llegará al 40 por ciento, cifra que resulta negativa si se considera que las autoridades estatales aún no tienen un desgaste.

Resulta extraño que desde ahora el gobernador deje entrever que su administración será víctima de una guerra sucia en el 2018 por ser un año electoral, como si supiera que entregará mínimos resultados en su primer año de gobierno y que por ello será criticada.

Si Mena está satisfecho y feliz con lo que ha logrado y tiene hasta este momento en su problema. Pronto los tlaxcaltecas empezarán a emitir sus opiniones y se sabrá si el gobernador goza del respaldo social o cada vez acumula más desaprobación ciudadana.

Lo que es un hecho es que las apuestas por posibles cambios en el gabinete ya están en la mesa y pronto veremos quien gana.