Hidalgo y México recibieron al Ejército para combatir a la delincuencia; entonces los malos vinieron a Tlaxcala, lo sabía el gobernador y lejos de actuar… se fue de paseo
El gobernador Mariano González Zarur se descubrió en una actitud omisa respecto a la crisis de seguridad que desde hace meses nos está pegando. Siempre supo que habría un efecto cucaracha de la delincuencia combatida por estatales y federales en Hidalgo y Edomex.
Coronó su vacío de poder con una expresión, francamente irresponsable: “la inseguridad aquí, no es tan alarmante como en otras entidades”.
¿Qué criterios usa Mariano para considerar o no alarmante a la ola de levantones, atracos, al secuestro de la madre de familia de Apizaco que ya tiene dos semanas sin aparecer?
Como es un sujeto predecible, sus palabras, siempre en el contexto de lo superficial, alegó lo que ya esperábamos: “estamos trabajando para seguir siendo una de las cinco entidades más seguras de la República”.
El señor manchis perdió seriedad en este tema desde que le ha dado la vuelta a la desaparición de 11 mil toneladas de fertilizante, un vil robo con espantosos daños consecuentes, como el asesinato de la mujer policía que custodiaba la Secretaría de Fomento Agropecuario (Sefoa), de donde ¿delincuentes de Estado?, sustrajeron información que seguramente describía la operación para cometer dicho ilícito.
Siguieron múltiples atropellos, amagos y la canción de siempre, buscando hacernos la isla, esa que en tiempos de Beatriz Paredes, se proponía a mostrar al mundo que en Tlaxcala, simplemente no pasaba nada.
La verdad es que sí pasa. Y mucho. Y de la toma de nota que la procuradora Arely Gómez en su comparecencia en el Senado, ante una detallada descripción hecha por la senadora Martha Palafox Gutiérrez, tuvo que romperse la inercia del ocultismo marianista, determinado a cubrir con su chal la realidad que efectivamente, nos tiene en el despeñadero cuando hablamos de la gobernabilidad.
Después quien tomó cartas en el asunto fue el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong. Y llegaron los militares, porque el asunto Tlaxcala se fue convirtiendo en el foco rojo de las autoridades federales, limitadas a los reportes minimizantes de un gobernador y sus dos pilares tambaleantes en el rubro de la seguridad, el Comisionado, Oreste de Jesús Estrada Miranda, y la procuradora, Alicia Fragoso Sánchez.
Este es el resultado de ser gobernados por alguien sin compromiso… diríamos sin madre, sin padre y sin partido. De un sujeto entregado a la administración de una desmesurada riqueza a costa de una administración mediocre por cuanto al progreso de la entidad, pero bastante productiva en el tema de los negocios personales.
Declarar temerariamente que la inseguridad en Tlaxcala no es tan alarmante, describe de cuerpo completo al irónico pseudo gobernante al cual no mortifica el dolor de la familia de Fernanda Pérez Moctezuma, secuestrada desde el jueves antepasado.
Buscar culpables
Y cuando la empresa para devolver a Tlaxcala a los niveles de aceptabilidad sería la única preocupación del gobierno, saltan los analistas de hambre a culpar a la radiodifusora permisionada de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UAT) de encabezar con un editorial el ambiente de psicosis.
El gobierno no da una para hallar plagiados o para encontrar la causa de fondo que tiene tan enojado al Pueblo, pero tiene una habilidad suprema para repartir culpas.
A Radio Universidad ya le tocó. Le asiste gran parte de inconformidad social. La ha provocado
Quien lo afirma seguramente lo tendrá muy documentado. Pero tal vez se suma a la omisión de su amo, porque pasa por alto la actitud generadora de odio encarnada por un gobernador majadero y desentendido que, sabiendo lo que nos esperaba a causa del efecto cucaracha, hizo sus maletas y se fue a pasar unas larguísimas vacaciones a Europa.
Eso se llama ser cínico, omiso, desentendido. Y se castiga como lo ha hecho la indignada raza, consciente que el genio y figura que nos ha hecho retroceder decenios, sigue con sus mismas teorías, aun faltándole dos meses y cacho para irse a un indigno retiro.
Contla se les fue de las manos
Si los magistrados del Tribunal Electoral de Tlaxcala (TET) atribuyeron a llamados en Facebook del abanderado perredista para acudir a un servicio religioso, tuvieron que estar atentos a lo mismo en los sesenta municipios para supervisar escenarios parecidos. Ni siquiera actuaron de manera aleatoria. Tenían la consigna y anularon la elección.
Nada más que en la Sala Regional los pasaron por los filtros que les hacía falta. Y echaron abajo los argumentos tan superficiales mediante los cuales tomaron tal decisión.
Es un asunto contranatura. Panistas fueron los interesados en alegar temas religiosos para perjudicar a perredistas.
Los papeles se invirtieron. Es un juego desquiciante que no llegó lejos.
Eso sí, exhibió a los magistrados locales como los negociantes que han sido para bailar al son que les toquen aquellos con la marmaja suficiente como para hacerlos bailar, porque with money dancing de dog…
Cumbre con los alcaldes
A los nuevos alcaldes los convocaron a la XXIII Zona Militar. Fueron encabezados por Napo y por Licha. Allá los convocaron a ponerle hartas ganas para que los delincuentes no sigan haciendo de las suyas.
¿Pues que no, Napo y Licha ya huelen a cadáver?
Saben, que les crea su abuelita, porque esto es una cosa muy delicada y ambos funcionarios, con los logros que usted y nosotros sabemos, pues no serían, verdad, las autoridades con la solvencia moral como para hacer este papel.
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