Lo inédito en el país, hay en nuestra entidad un encargado de despacho de la Comisión de Derechos Humanos; debe ser porque en este momento lo que interesa es la elección
El malestar expuesto por el ex titular de la comisión de Derechos Humanos del Congreso del Estado, Refugio Rivas Corona, es la cortina que se descorre en este asunto, donde la posibilidad de los más influyentes para apoderarse de una institución de buena voluntad, refleja lo ínfimo de una clase política capaz de disputar hasta este tipo de organismos.
El colectivo pluripartidista de votos aguardaba la orden superior para apoyar a determinado personaje para ocupar el lugar que hoy, inexplicablemente es atendido por un encargado de despacho, Franciso Mixcoatl Antonio, el ex presidente de la CEDHT a quien lo atrapó el limbo de la indefinición en un ámbito tan sensible como este.
Si en un organismo de la naturaleza de la CEDHT se dan estos jaloneos, ya imagino la que nos espera en la designación del nuevo titular del Órgano de Fiscalización Superior (OFS).
El tamaño de los negocios que allí se realizan es directamente proporcional a las instalaciones donde docenas de auditores aguardan pacientes –la mayoría chateando- la orden de devorar a tal alcalde o al principal de tal dependencia, sobre quienes exista la línea para ponerlos quietos.
Por lo pronto Rivas Corona describió las presiones de quienes suelen ser el contacto con el ejecutivo local, para hacer un nombramiento a modo. Rivas Corona, que tomaba su tiempo para no incurrir en una más de las improvisaciones que luego caen como zapotes, rechazó ese acoso y puso distancia de por medio.
Así que somos la primera y única entidad federativa que tiene una Comisión Estatal de Derechos Humanos, con un encargado de despacho. En la vida se había visto algo semejante. Pero ustedes saben, somos un laboratorio de la política y eso nos expone a este tipo de desventajas.
Eso sí, solucionar este problema quedó en las mejores manos. Ni más ni menos que del diputado perredista Salvador Méndez Acametitla (¿el que no quería dejar la productiva comisión de finanzas?), quien tras la dimisión de Refugio Rivas, se dijo casi espantado a causa de tal protesta: “se tiene que dar prioridad, no estaba contemplada esta renuncia de los compañeros pero al final lo hicieron y tenemos que darle el trámite correspondiente”.
Si este pimponeo ya se extendió por ocho meses, es claro el interés de los poderes en Tlaxcala por la defensa de las garantías de la gente. En este momento hay prioridades. Este es momento para descontar a los candidatos, bajarlos (siempre y cuando no sean tricolores) y acabar con sus utopías rumbo a las urnas.
¿Derechos Humanos?, nombre, para operadores, mapaches y demás bichos listos para que llegue el lunes y se pongan en acción, este es un tema que puede tomar otros ocho meses. Total, ahí está el maestro Pancho Mixcoatl… ahí que se las arregle, que mañas no le faltan.
Judicialización adelantada
Si por algo se ha de hacer famosa la elección del cinco de junio, es por el cúmulo de litigios que se avecinan. Y no nada más en el ámbito local, ya vimos que en el Instituto Nacional Electoral (INE), a los amigos la ley y la gracia, y a los que no son del PRI, nada más la ley.
Bajo ese esquema se precipitan al vacío, 58 del Partido Verde Ecologista de México, 25 del Partido Alianza Ciudadana, dos del Partido Socialista, dos del Partido Nueva Alianza, y 25 de Alianza Ciudadana, bueno 22 para ser precisos porque tres de ellos ya habían dimitido.
Curiosamente el tricolor sale bien librado.
La causa se ha hecho famosa. Falta información sobre sus gastos de precampaña. En realidad es un vacío detectado en la reforma electoral aprobada el año anterior por el Congreso del Estado de Tlaxcala.
Muchos de los damnificados por este torbellino no se van a dejar. Y van a dar la batalla hasta el último aliento. Se supone que surgieron presiones entre grupos y personalidades de singular influencia. Y Tlaxcala comenzó a llamar la atención. Nada sencilla va a ser la elección de junio.