Las lagunas, los vacíos y las ambigüedades de la reforma impulsada por el ejecutivo ya comenzaron a rendir frutos, pero a favor de los candidatos del PRI

Jose Manuel Portal Martinez Auditor Superior Federacion Mariano Gonzalez Zarur, Molesto Transas, Tlaxcala En Linea

Qué cómodo resultó a los candidatos a presidentes de comunidad –la mayoría del PRI- la permisividad del Instituto Nacional de Elecciones (INE) cuyos integrantes votaron 8 a 3 pasar por alto la no entrega de los estados financieros de sus campañas, como lo exige la ley local a los aspirantes a alcaldes, diputados y gobernador.

Es una de las consecuencias de una ley redactada al vapor por una comisión de legisladores con apariencia de estar muy metidos en el tema pero, a quienes no molesta estirar la mano para recibir los estímulos de un ejecutivo al cual conviene jugar con cara de tonto, estimulando los vacíos legales como posibilidades de triunfos electorales chuecos.

Esta primera demostración de la conveniente ambigüedad legal en Tlaxcala, o aún peor, de un documento plagado de deliberados errores trajo beneficios a 98 candidatos del PRI, 79 del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), 93 del Partido Alianza Ciudadana (PAC), 4 del Partido Socialista y 1 del Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Ya comienza a verse el caos por venir.

El chivo Basave

Ahora culpan a Agustín Basave Benítez, dirigente perredista que hasta hoy ha resultado mejor académico, de romper las alianzas PRD-PAN en Puebla y Tlaxcala. Yo creo que el mérito lo comparte con el senador Héctor Bautista y desde luego con Jesús Ortega. Y de manera particular me asombra la presencia de René Bejarano y su nefasto expediente.

Para estos últimos, las alianzas deben dejar lana.

Dicen que lo malo de haber roto esa alianza es la pérdida de una candidatura competitiva, encabezada por la panista Adriana Dávila Fernández, quien según observadores nacionales encabeza todas las encuestas.

Una lectura rápida al comportamiento de la panista nos permite reafirmarla, en este momento, como la mejor posicionada.

Esto tiene sus asegunes.

Para empezar, a causa de las divisiones en el PAN, el crecimiento de Dávila llegó al tope. El repudio de los panistas a decisiones tomadas por la también lideresa moral de Acción Nacional es otro de los conflictos que tienden a obstaculizar su ruta ascendente. Descontentos no faltan, como la llegada de Guadalupe Sánchez Santiago a la primera pluri, como la imposición de Cristóbal Cruz Cruz en Chiautempan, como la disputa por la candidatura en Huamantla entre el radiodifusor Humberto Macías y la empresaria María del Carmen Cervantes.

De lado de la candidata perredista, Lorena Cuéllar Cisneros, el escenario podría ser a la inversa. Ha comenzado de menos a más, y si algo ha mostrado hasta ahora, es la capacidad de convocatoria para reunir paulatinamente a beatricistas y orticistas (los primeros en mayor cantidad, los segundos se resisten) pero al fin y al cabo con la experiencia de otras elecciones que les han permitido conocer el sabor del triunfo.

Así que entre ambas senadoras la diferencia puede estar en que Adriana tiende a no crecer más, pues su egocentrismo la coloca como la protagonista apoyada en un par de incondicionales, mientras que de lado de su competidora hay reconocidos mapaches, del peso de Daniel Herrera, operadores con solvencia como Víctor Cánovas, y empresarios muy convencidos de impulsar el proyecto encabezado por la ex priísta.

Mensaje a Mariano

Nos dicen que Cuéllar Cisneros iniciará formalmente su campaña en Apizaco, el miércoles de la semana entrante. Irá a la tierra del tlatoani de los bigotes libaneses, a mostrarle de lo que es capaz de hacer contra el tipo que primero suplicó –Beatriz de por medio- la oportunidad de ser candidato tricolor a la gubernatura y luego, desconoció su compromiso de hacer abanderada al senado a Lorena.

Con el rostro verde, con olas en los camellones que a veces me marean y con postes que se caen cuando sopla el viento, Apizaco, la plaza soñada por Mariano se convierte en la manzana de la discordia entre los dos que pueden dar mucho de que hablar en la elección del cinco de junio.

Un vistazo al efímero encumbramiento de Marco Antonio Mena Rodríguez –cuando su destape y cuando su ratificación alcanzó niveles envidiables- casi es deprimente al momento en que lo vemos pronunciando discursos descontextualizados, pusilánimes y raros, al rendir protesta con los demás partidos rémoras de un PRI que vio a su abanderado precipitarse al vacío como fruto maduro.

Otro mensaje al tlatoani

Pero este, de parte del auditor superior de la Federación, Juan Manuel Portal Martínez, en un interesante artículo publicado hoy en El Universal.

En pocas palabras explica que, políticos –no podemos dejar de ver al señor manchis- cuyo comportamiento se hace complejo en temporada electoral reciben a la fiscalización superior como acoso con intenciones de exhibirlos para perjudicar sus intenciones en las urnas.

Nada más alejado de la realidad. La fiscalización de los recursos emanados de la Tesorería de la Federación es una acción técnica e irrefrenable que, guste o no a este tipo de bichos de la política, va a seguir siendo porque se trata del patrimonio del país.

Claro que no les gusta ser descubiertos, como nos pasó en Tlaxcala con la cuenta pública de 2014, sin haber comprobado uno solo de los 195 millones de pesos (mdp) del Seguro Popular.

Menos gustó a Mariano que la ASF haya dado a conocer el daño patrimonial por 47.1 mdp, recursos que deberán ser devueltos con todo y los intereses generados. Y ello no salva a los responsables de enfrentar el peso de la justicia. Los rubros que más fallan son Seguridad Pública, Educación y Salud. Son el coco de Mariano.

A propósito de fiscalizadores

El que recién dejó de serlo, aquí en el estado, Crispín Corona Gutiérrez, ha sido visto varias veces en una camioneta muy linda –ya ve que nuestros funcionarios, entre más caro el vehículo más orgullosos se siente, al fin que ellos no lo pagan- yendo y viniendo por los intrincados caminos de Tlaxcala.

Un detalle, la camioneta pertenece al Órgano de Fiscalización Superior (OFS) y el señor Crispín hace días que dejó de serlo.