Viven tres momentos de suma gravedad a causa de su laberintoso avance rumbo a la elección de junio; se basan en la manipulación de datos y en los negocios por adelantado
Siguen sirviendo la sopa de soberbia. ¿Más? Así parece. En el PRI de aquí un silencio chicho por el exceso de confianza de quienes postulan a Marco Antonio Mena Rodríguez, seguros que despierta un día de estos. En el PRD, apurado el dirigente estatal Manuel Cambrón Soria, emplaza a las dirigencias nacionales panista y perredista a acordar este fin de semana la candidatura común, o ya no moverle porque le desacomodan su negocio con las demás candidaturas, y en el PAN, el mayordomo Carlos Carreón, cierra también la puerta a la posibilidad de una candidatura común, pues la senadora Adriana Dávila, desde agosto de 2015 no camina, flota de tan arriba en las encuestas y solita, se basta y se sobra para torcer el rabo a todos el próximo cinco de junio.
Encienden la luz amarilla
¿Hasta dónde pesa en el CEN que un ex dirigente estatal del PRI, pase por su arco del triunfo la filosofía Beltrones que primero condenó a los árbitros con ganas de entrar a la cancha y hoy –lo dijo en una comida con periodistas- considera que entrar a ese juego es inequitativo y desleal porque de una u otra manera acabará por fracturar al partido?
Debe ser por eso que los patrocinadores de Marco Antonio Mena Rodríguez, lo prefieren de bajo perfil, esperando un descuido en Isurgentes Norte para decirles, ¡miren, nuestro candidato es floreciente y ascendente… y congruente y leal al partido y no es inequitativo!
Ellos, comenzando por lo que queda de Mariano, prefieren mantenerlo soterrado, como protagonista de esta nueva versión de El Ceninciento.
Bueno, hoy el columnista de Excelsior Francisco Garfias, publica respecto al postgraduado en Stanford: En Tlaxcala, nos dice garganta roja, que el PRI agarró el “peor” candidato. El que nadie conoce. Se trata de Marco Antonio Mena Rodríguez, exdirigente estatal del partido. Su mérito es ser el delfín del gobernador Mariano González Zarur.
Cierra su comentario argumentando las razones que han llevado al tricolor a mostrarse receloso ante el caso Tlaxcala porque, han sacado la escoba y piensan barrer en las doce entidades donde se elige gobernador. Ya ganaron con diez mil votos de diferencia la extraordinaria en Colima, donde Ignacio Peralta se alzó con un indiscutible triunfo sobre Jorge Luis Preciado.
Su forzada postulación encendió luces amarillas en Insurgentes Norte. Dos mujeres de la oposición están mejor ubicadas en las encuestas: Laura Cuéllar, PRD, y la senadora del PAN, Adriana Dávila, así lo expresa Garfias, uno de los columnistas de El Periódico de la Vida Nacional.
Cambrón: mejor ya no le muevan
Con el tiempo los líderes amarillos se vuelven cínicos. Cuidan sus intereses por muy miserables que se exhiban. Como Manuel Cambrón Soria, para quien la posible candidatura común PAN-PRD debe definirse este mismo fin de semana, o de lo contrario, ya que todo lo dejen como está, pues podría repetirse el minervazo, que hundió en 2010 a Adriana Dávila Fernández.
Lo que el curioso dirigente no explica es el avance en los negocios-candidaturas en municipios y distritos, algo a lo que llama procesar o no la posible candidatura común.
Cambrón ha de pensar que a todos nos mueve el dedo en las encías. Así que procura dosificar sus palabras clave: “procesar”, “efecto minerva”, y los adereza con número alegres: si se logra la candidatura común tendríamos una ventaja entre diez a doce puntos sobre el PRI.
Esa es la falta de seriedad de quienes han hundido al perredismo en una especie de pitorreo permanente y negociación inescrupulosa. Ahí tienen a Agustín Basave Benitez: “no… de que renuncio, renuncio”, y días después: “es que estaba yo enojado”.
El líder estatal del PRD seguramente usa las encuestas realizadas por su propia firma –manejada por su cónyuge-, a través de las cuales juega a endulzar el oído de Lorena, consigue acentuar su creencia de una popularidad fuera de serie, pero nada tonto, para nada que levanta su puesto del tianguis donde bien que ve la oreja a cuantos incautos pollos puede.
Sus planteamientos son formidables… “la democracia te necesita”, “pugnemos por una oposición responsable”. Su cambio es dramático en cuanto le son liquidadas las candidaturas. Bueno eso dicen sus críticos y nosotros, ni crean que nos resistimos a creerlo.
Uno muerde el pescuezo, la otra, el glúteo
Mire si no va a ser más efectivo el sistema panista de Adriana Dávila Fernández y su mocito, Carlos Carreón (al cual ahorita tiene en el PAN). Como el sábado anterior la dirigencia estatal llegó a la conclusión que no habrá candidatura común, ella nada más lo replica ante medios locales y nacionales.
Lo que no explica es que cada acción de Carreón es activada por una cuerda de títere, manipulada por ella. “Estamos con la firmeza, con la convicción de que no solo encabezamos las encuestas, sino que tenemos una candidatura, una propuesta sólida que nos va a permitir sin duda, ganar las elecciones del cinco de junio próximo”, eso lo dijo a la reportera de Milenio, Elba Mónica Bravo.
Mi duda es, si Adriana ha alcanzado semejante nivel en su partido, por qué a estas alturas no han definido su candidatura.
En realidad tiene una parte del PAN, que entre otras ventajas le permite dar órdenes a Carreón, a quien le toca poner chica carota cuando por ejemplo le preguntan por Alejandro Aguilar López, pero en cambio usa su mejor sonrisa cuando piensa: con todas estas chuecuras diosito me va a permitir un día ser un político próspero, respetado, ah, y con mucha autoridad. (la cosa es que ya no lo mande Adriana)
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