En Tlaxcala hay condiciones para crear un frente amplio opositor capaz de mandar a la banca al PRI.
La construcción de una alianza entre el PRD y el PAN entró en una ruta crítica para el proyecto de ambos partidos y dos de las aspirantes que hoy en día encabezan las preferencias electorales rumbo al gobierno de Tlaxcala y que mantiene una disputa por la nominación.
Las senadoras Adriana Dávila y Lorena Cuéllar no ceden y las dos desean verse en las boletas. La primera se ubica en el primer lugar en la intención del voto de los ciudadanos y representa la segunda fuerza política en el estado con el PAN, mientras que la segunda sigue muy de cerca en las preferencias a la panista y con una pequeña desventaja al representar al PRD, partido que sufrió un fuerte descalabro en las elecciones federales pasadas.
Sin embargo, lo que nadie puede negar es que Dávila tiene problemas para sumar apoyos o grupos a su proyecto, pues al contrario se le ubica como una política que divide y resta, situación que para convertirse en la sucesora del priista Mariano González Zarur puede implicar un riesgo para ganar los comicios del primer domingo de junio de próximo año.
Las mediciones sobre la intención del voto reflejan una realidad que puede convertirse en un espejismo, es decir, es evidente que el PRI aún no define a su candidato y en los estudios de opinión lo que aparece es su voto duro que oscila entre los 20 y 25 puntos porcentuales, por lo que es probable que los datos cambien cuando confirme el nombre de su abanderado.
Los último tres gobernadores han ganado las elecciones estatales al sumar a sus respectivos partidos otras fuerzas políticas para su causa. La fórmula no ha fallado, porque incluso el actual mandatario Mariano González necesitó no sólo del PRI para triunfar, sino de perredistas, panistas y otras expresiones para derrotar en las urnas a la abandera del PAN Adriana Dávila que venía con el apoyo del presidente Felipe Calderón.
Si esa es la fórmula, en los hechos quien la está aplicando es la senadora Lorena Cuéllar, quien ayer fue arropada por la mayoría de la estructura del PRD, además de que ya logró sentarse a negociar la creación de un Frente Amplio Opositor con el grupo del ex gobernador Héctor Ortiz Ortiz, al cual también podría sumarse el ex morenista Alfonso Sánchez Anaya.
En cambio, Adriana Dávila lejos de lograr respaldo a su proyecto de otros grupos políticos, parece que está más preocupada en mantener su coto de poder en el PAN. El pasado fin de semana recibió un descalabro al perder el control de la Comisión Auxiliar para el Proceso Interno 2015-2016, instancia local que emite una opinión al CEN sobre la viabilidad o no de ir en alianza con el PRD, aunque finalmente es el DF donde se decidirá sobre ese punto.
De los nueve lugares, el grupo adrianista sólo se quedó con cuatro posiciones que ocupan Juan Corral, diputado federal y quizá ya miembro activo del PAN, el legislador local, Ángelo Gutiérrez que enfrenta un escándalo de faldas, Clara Torres y finalmente su títere, perdón su aliado Carlos Carreón, que dice ser el jefe estatal del blanquiazul.
Los otros lugares fueron para la maderista y diputada federal Minerva Hernández, la ex legisladora Leonor Romero, Fany Pérez que representa los intereses de Aurora Aguilar, así como Juan Bárcenas y Felipe Flores que son identificados con el grupo que encabeza el actual alcalde de Tlaxcala, Adolfo Escobar.
Aunque el delicado y sensible vocero del PAN, Víctor Herrera Loranca, intentó evitar que los reporteros se enteraran de los acuerdos de la Sesión Ordinaria del Consejo del PAN en Tlaxcala, al grado que los sacó del edificio para después cerrar con una cadena y candado la puerta, finalmente se conoció del revés que sufrió su jefa Adriana Dávila.
Como se podrá ver la mayoría de los integrantes son proaliancistas y todos han expresado la necesidad de lograr un acuerdo con el PRD y evitar que Adriana Dávila sea la candidata de esa alianza por su actitud excluyente que mantiene para los que no deciden entrar en su esfera de poder.
Con precisión se desconoce que tanto interés hay de las dirigencias nacionales del PAN y PRD para firmar una alianza en Tlaxcala, pues versiones de la prensa nacional refieren que nuestra entidad no es prioridad en las negociaciones como sí sería Veracruz, Oaxaca, Hidalgo, Durango, Puebla, Zacatecas, Tamaulipas y Sinaloa.
Por lo que ahora sólo falta esperar y ver el desenlace de esta historia.
Los muertos vivientes
No se trata de sumar por sumar, ni presumir por presumir.
Marco Antonio Mena Rodríguez, líder estatal del PRI en Tlaxcala, encabezó un acto para presumir con bombo y platillo la llegada de una dirigente de ambulantes convertida en diputada local que llevará, según ellos, cientos de votos al tricolor y al aspirante a convertirse en candidato del tricolor al gobierno del estado.
Una vez que Evangelina Paredes y su esposo Bernardino Palacios perdieron el control del PAC en una disputa legal que mantuvieron con el grupo de Serafín Ortiz, decidieron tomar sus cachivaches y apoyar al PRI.
Si, atrás quedaron las acusaciones contra el tricolor y su gobernador Mariano González para hoy pasar al besamanos y a la sumisión, con la promesa de que serán recompensados si Mena Rodríguez gana, primero la candidatura y después el gobierno de Tlaxcala.
Pero los priistas pensarán que los ciudadanos son tontos, pues las imágenes donde aparece Evangelina Paredes y Hugo Eloy Berruecos lejos de implicar un motivo que sea de presumirse, debería generar pavor por la reputación que ambos tienen, de ahí que resulta tonto para el líder del PRI revivir muertos vivientes que apestan y le provocan mala fama.
Y la duda mata, cuando será presentada Evangelina Paredes como la nueva integrante de la fracción parlamentaria del PRI en el Congreso, pues es obvio que de ahora en adelante la brillante mujer le hará fuchi al ex rector de la UAT.
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