Los asesores de ASA buscan minimizar la ruptura con AMLO, pero los hechos evidencian que el distanciamiento es real.

PEJE

A 45 días del inicio formal del proceso electoral, los aspirantes al gobierno del estado enfrentarán sus respectivas rutas críticas para lograr la nominación en sus partidos y así garantizar la aparición de su nombre en las boletas que marcarán los ciudadanos el primero domingo de junio del 2016.

En caso de que Marco Antonio Mena decida seguir su aventura por la candidatura del PRI, éste estará obligado a separarse de la dirigencia estatal del tricolor en diciembre para participar en el proceso interno de su partido. Lo mismo le pasará a la delegada de la Sedesol, Anabell Ávalos, quien tendrá que dejar el cobijo del gobierno federal para meterse de lleno a la sucesión.

Apoyados en sus respectivos cargos, Mena y Ávalos se mueven y aprovechan sus posiciones para tener acercamientos políticos. El primero con la estructura formal del PRI y con la burocracia del gobierno del estado. La segunda sigue con su estrategia de contacto directo con los ciudadanos que son beneficiados con un programa social.

En otra posición se ubican Guadalupe Sánchez y Noé Rodríguez. Sin cargos públicos o políticos, ambos personajes recorren el estado y buscan crecer en las preferencias electorales.

Ambos esperarán los resultados de las encuestas que ya se levantan y cuyos resultados serán analizados por el CEN del PRI a fin de integrar la terna final que se evaluará para decidir quién los debe representar en el 2016.

En el PAN y el PRD noviembre les resulta un mes fatal, pues si para ese tiempo no concretan la alianza, lo más seguro es que cada uno opte por preparar sus procesos internos para elegir a sus respectivos candidatos para suceder a Mariano González Zarur.

Adriana Dávila con el control de la estructura del PAN prácticamente tiene garantizada su candidatura, salvo que otro panista decida enfrentarla en un terreno que le resultará desventajoso.

Se habla que la senadora panista tiene pensado solicitar licencia en noviembre para dedicarse de lleno a su campaña rumbo al gobierno de Tlaxcala.

La perredista Lorena Cuéllar tendrá que dedicarle más tiempo a sumar a ciertos grupos internos de su partido que aún se oponen a su candidatura como el encabezado por Cristóbal Luna y Gelacio Montiel, quienes se espera que terminen sumándose a la ex priista una vez que reciban algún ofrecimiento laboral.

Cuéllar tiene programado prolongar su estancia en el Senado el mayor tiempo posible o llegar al límite que establece la ley –principios de marzo del 2016- para estar en condiciones de competir.

En Morena, nadie duda que Andrés Manuel López Obrador ya determinó imponer como su abanderada a Martha Palafox, sin embargo la senadora deberá superar la incisión en ese partido tras la eventual expulsión de Alfonso Sánchez Anaya, así como el rechazo que genera su nominación y que se puede comprobar a través de las redes sociales.

Esa situación no es desconocida para ella, pues fue el propio López Obrador quien en una gira pidió a los tlaxcaltecas no apoyarlo a él sino respaldaban a Martha Palafox.

Si bien mediáticamente se mencionó que fueron cinco o seis los morenistas que dejaron el partido de AMLO para apoyar el proyecto de Lorena Cuéllar, en los hechos nadie puede calcular el tamaño del hoyo que dejará la salida del fundador de esa fuerza política en Tlaxcala, pues Sánchez Anaya es les guste o no, uno de los ex gobernadores con mejor imagen y con respaldo social, pero que debe entender que su tiempo ya pasó.

Aunque hoy “sesudos asesores” de Sánchez Anaya busca minimizar la ruptura de AMLO y ASA bajo el argumento de que son amigos y que ambos simulan un pleito, en los hechos la separación entre ambos políticos existe al grado que el veterinario está abierto a escuchar propuestas, sino para que habló hace unos días de la sucesión con el también ex gobernador Héctor Ortiz y con Lorena Cuéllar.    

Martha Palafox deberá esperar la elección de nuevos delegados para garantizar el control de la dirigencia de Morena en Tlaxcala y así mantenerse hasta que llegue la fecha de dejar el Senado a fin de recorrer el estado al lado de AMLO y tratar de superar la votación que alcanzó en el 2012 y que le permitió llegar a la Cámara Alta.

Si no pueden mejor que renuncien

Si la presidenta del Instituto Tlaxcalteca de Elecciones (ITE) Elizabeth Piedras Martínez y sus compañeros consejeros son incapaces de resolver la crisis financiera que heredaron del IET para cerrar el presente año, lo mejor es que vayan pensando en dejar su cargo porque simplemente su proceder lejos de generar confianza sólo provoca temor por su inexperiencia.

Además, resultan graves las declaraciones de la consejera presidenta, pues simplemente porque su actitud y proceder demuestra que avala el desorden y presuntos malos manejos que al parecer se dieron en el IET que encabezó Eunice Orta.

Y me explico, el presupuesto que aprobó el Congreso del estado para el IET en el 2015 debía alcanzar para cubrir la operatividad del organismo hasta diciembre y no hasta septiembre, de ahí que nadie ha explicado dónde quedaron los recursos de cuatro meses.

Resulta increíble que el presidente de la Junta Local del Instituto Nacional Electoral (INE), Marcos Rodríguez del Castillo tenga un papel más protagónico en la organización de las elecciones del próximo año, pues no sólo hace llamados a los partidos políticos para que tengan una actitud de crítica constructiva, sino que además promete una revisión estricta de los informes financieros de partidos políticos y candidatos durante el proceso electoral de 2016.

Mejor renuncie Elizabeth Piedras.