La falta de oficio de Marco Antonio Mena, lo hace un elemento más inquieto por auto promoverse que útil a los intereses de su partido… lució rudimentario hasta que se cansó
Las insistentes alusiones de Marco Antonio Mena, a la superioridad estadística de los tres candidatos tricolores a la Cámara Baja, se topó con la mesura del líder nacional del PRI, el Cesar de los Rolex, Camacho Quiroz, para quien la elección del siete de junio viene compleja, en un estado en el contexto de la alternancia desde 1998.
Bueno, al diputado Mena le da por auto promoverse. Decir que sus abanderados van arriba, muestra la valía del líder estatal, no le hace que en realidad sea un zombi al cual Mariano maneja según sus estados de ánimo.
Mena es radiografiado por más ojos de los que se imagina; como los de Linda Marina Munive Temoltzin, una especie de cámara beatricista a control remoto, que acabó por incorporarse a la cargada.
Se trata del voto duro priísta, el de los viejos y los campesinos, leales a un partido hoy en manos de una bola de muchachos arrogantes, a los que se les puede cumplir el milagro, y ascender a niveles inmerecidos.
Nada más que de los números alegres esgrimidos por el “joven Mena”, a la prueba de fuego que tienen el domingo siete hay un trecho interesante, el del libre albedrío de un electorado que ha de definir el rumbo.
Camacho, la encomienda
En medio de una lluvia que los puso paranoicos en el Chatlal, los priístas y su cesar de los Rolex, constataron la desinformación del primero. Para el ex gobernador del Edomex, la oposición en Tlaxcala son el PAN y el PRD.
No hubo quien le dijera que en el primer distrito, es en realidad Morena y el ex gobernador Alfonso Sánchez Anaya, quien los puede poner en predicamentos. En el segundo, tal vez el PT y el partido orticista, con Alejandra Ramírez Ortiz, supera al rollo mareador del conforme Sesín por anticipado ($), y acaso la solidaridad de un Polvo, en el contexto de acuerdos superiores.
Camacho aprovechó el foro para emprenderla contra el ex priísta Rafael Moreno Valle, de Puebla, a quien Peña Nieto no le regatea el recelo… desde aquellas visitas a la Angelópolis: “¡con que quieres ser mi sucesor!”, hasta parar en seco sus intenciones de hacerse diputado federal una vez concluido el encargo en el gobierno poblano.
Rafael Moreno Valle, de Puebla y Guillermo Padrés Elías, fueron notificados por Gustavo Madero, sobre la instrucción de Peña Nieto para que a ninguno de los dos les permitan semejante brinco, que les garantiza el fuero al terminar el encargo en sus respectivas entidades, al primero lo hace invulnerable en su intentona por contender y al segundo lo libra de ir a la cárcel.
Pues con esa consigna, Camacho y sus habituales discursos sin contenido pasaron por Tlaxcala para avisar a quienes Peña ya ve como sus adversarios que la sucesión no va a ser miel sobre hojuelas. El mensaje también consiste en exhibir las sendas fortunas personales de dichos panistas.
Ordóñez, valemadrismo
Preguntado sobre los llamados actos de coacción del voto, mediante la entrega de cosas a cambio del número de la credencial del INE y el señalamiento en contra de funcionarios del gobierno estatal, el “responsable de la política interna del estado” se limitó a responder (los de la oposición) “están en su derecho”.
Eso es lo único que salió de la boca del… poderoso veintiocho.
Estos son los servidores públicos que causan indignación. Al principio era tan de lengua floja que hasta se burlaba de sí… “me apodan el chaparro, chapis, napoleón”.
El desgaste hoy es evidente. De esa candidez de político pachanguero, pasó a… mátalos callando.
Brutalidad policíaca
Está claro que los policías municipales (los estatales, más) son sujetos con severos problemas de conducta. No diferencian entre criminales de gran calado (generalmente los hacen correr) y los ciudadanos comunes y corrientes.
No pueden contra los primeros… la emprendan contra los débiles.
Ayer, un video que alcanzó el concepto de viral, muestra a media docena de brutos de seguridad pública de Chiautempan, indignando a una creciente cantidad de ciudadanos, al maltratar a una mujer y sus familiares que se estacionaron en el sitio que les costó una tremenda golpiza.
Si el alcalde Antonio Mendoza Romero, enfrenta en Chiautempan el costo de su conducta, actos como el indignante papel de su policía, sencillamente lo hace odioso.
Tiene que ampliarse la capacidad de discernimiento de los uniformados. No distingen entre un trozo de queso y una piedra de río.
Otros videos nos han mostrado a policías manejando borrachos y acabando con el equipo bajo su responsabilidad.
Para eso no son los recursos del Fortamun.
No es problema simple. Es el miedo con el cual los cobardes funcionarios buscan un poco de respeto por su conducta delincuencial.
Y cada vez la gente se indigna más.
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