Los Mena no caben en el Legislativo, uno, el diputado, da la cara y frena los regaños; el otro lleva la doble contabilidad, fuga información y opera como lorenista-marianista

 

Hay más que una conciencia viviendo en los años setenta. Echar a la vocera del Congreso, cuyo nombramiento fue avalado por 28 de los 32 diputados, reviste una marcada saña del ejecutivo y del diputado de generación espontánea, Marco Antonio Mena.

Soltar así a los perros para acabar con una periodista porque colaboró en el anterior sexenio exhibe una rara ingenuidad del mandatario. A Judith hay que acabarla. No ofrece resistencia, porque además quienes la respaladaron hoy la han dejado sola.

En cambio a otros orticistas, como Roberto Romano Montealegre, los hicieron puntales del sexenio… nada más el secretario de obras. El saqueo de las mismas, y las maniobras para meter a Tlaxcala en trampas millonarias -como el lío contra Cemex en la Central de Abasto- parecen no afectar a quien tiene el gusto de tomar las decisiones y dar manotazos en los escritorios.

En ese caso particular no hay bronca. Al contrario, el gremio de los constructores habla hoy de diezmos y dobles diezmos. Y una serie de empresas con sospechoso expediente se han beneficiado con esta política que no deja títere con cabeza.

¿Por qué la saña contra la Soriano?

Yo creo que es miedo. Ha de ser tan talentosa que la misma estabilidad del manchisistema se encuentra en peligro… más que una mujer, ¡es un demonio!… ¡háganla trizas!, ¡dañen más al tejido social!, No es el primer caso de una mujer humillada en este sexenio.

A lo mejor por eso, la seño esa apodada la senadora, rapidito se llenó de cirugías… el hábito no hace al monje, aunque hoy le ha quedado la una facha como al estilo del desaparecido Michael Jackson.

¿Quién mejor para ejecutar este sacrificio?

Pues Marco Mena. Aunque sus vínculos con la senadora Lorena Cuéllar son innegables, vía su brodi, a la sazón cuñao de la susodicha y encargado de operar al super presidente de la Comisión de Coordinación y Concertación Política, lo que de plano desconoce pues, se ha enquistado en la administración del Legislativo.

Pero esos hoyos, Mariano no los ve. ¿Cómo?, si se enfrenta a uno de los tipos más mañosos, a un corre-ve-y-dile entre la Lorena y ese sistema al que Mariano cuida tanto que no da la mínima posibilidad para que dejen a alguien como la Soriano hacer una chamba, que por cierto le ha salido bien en sus varios años en este oficio.

Al brodi Mena Rodríguez deberían soltarle a los sabuesos. A ese sí, para que vean hay cola que le pisen. La doble contabilidad del Congreso, que destinó millones al pago de onerosos gastos, avalados por los panzones diputados que ya se fueron, saturados de colesterol y alcohol, más o menos como ya se están poniendo los de ahorita.

El tal Mena -recordando a Jolopo- defiende como perro los pesos del Congreso. Pero para él y sus intereses. Ni siquiera los del gobernador Mariano González Zarur. Pero como el patrón es tan ingenuo… tan víctima de si mismo, pues ni cuenta se da de cómo le comen el mandado, quiero decir los centavos.

De como ese tipo inició en el mismo ayuntamiento de Lorena Cuéllar con esa doble contabilidad, la llevó al Congreso, le salió bien, y hoy está a punto de salirse con la suya, burlándose de los gritos y manotazos de don Manchis, y reservando la marmaja para sí…

Creo que los dos hermanos Mena no caben en el Congreso. Uno da la delicada cara como subordinado del gobernador. El otro se ha dedicado a enriquecerse a costa de de la influencia de su carnal. Le estorba, es el peor obstáculo y no dudo en que pronto salga como tapón de sidra.

Este chisme de lavadero para echar a la periodista Soriano de la vocería, es la gota que va a derramar las porquerías que se cocinan en el Congreso, a contrapelo de aquél supuesto respeto en la relación entre poderes.