Activó la chequera para conseguir esa efímera estabilidad, mas el único responsable ante instancias superiores es él, pues sus compañeros para desmantelar al presupuesto no tienen porqué ser responsables solidarios.
Deben ser otras causas las que movieron al engreído alcalde Pedro Pérez Lira, a dar gritos y sombrerazos en el Órgano de Fiscalización Superior (OFS), porque óigame, eso de hacer berrinche ante el auditor y sus compinches, de poco ayuda al singular priísta a la aprobación de su cuenta pública.
Es obvio que Pedro intenta así justificar que junto con algunos miembros del Cabildo y presidentes de comunidad, encabezó el desmantelamiento presupuestal, otorgándose compensaciones arbitrarias. Dio ese destino a dineros para obras u otros servicios.
Ahora, acude al OFS y les manifiesta: «los recursos no me los gasté yo solo» y, acaso deja ver el velado amago de movilizar a las que supone son sus huestes pero que, intuyo, le mostraron un cierto afecto sólo a cambio de los estímulos mediante las compensaciones en cuestión.
Pérez Lira, salpicó a muchos, mas legalmente el único responsable es él, precisamente por su facultad de alcalde, cuyas acciones no deben ir más allá de lo mandatado por la Ley.
Y la ley no dice: «alcaldes, pueden repartir el dinero entre el Cablido y los presidentes de comunidad, considerándolo más importante que la ejecución de obras o la financiación de servicios».
Lo debe reconocer. Utilizó la chequera de la comuna para limar asperezas con aquellos representantes de grupos que desestabilizaban su gestión.
Agotado -o inexistente- el diálogo franco con dichos miembros de La Comuna, fue más sencillo emular los cañonazos marianos a diputados y otros personajes, cuyos votos o acciones son importantes para el desempeño de un gobierno con más enemigos creados de los que puede soportar.
Así vivió esa etapa de estabilidad artificial, agravada por la agenda saturada de celebraciones, y el hígado de amenazas cirróticas.
Ese tipo de ilusiones, sin embargo, suele tener un amargo despertar. La cuenta pública reprobó, y comenzó una etapa de lógico estrés, al cual hoy quiere aliviar yendo a la oficina de Crispín Corona Gutiérrez, el titular del OFS, a acusar a sus auditores de ser unos pesados; de tratarlo como delincuente, y de no reconocer en él al importante político que está seguro de ser.
Pues los auditores no hacen visitas de cortesía.
Ahora, si ha detectado intentos de chantaje, la visita no debería ser al OFS, sino a las autoridades judiciales, para sentar el precedente de una extorsión, con todas las implicaciones legales contra los ejecutantes.
Por eso le digo que son extraños los gritos y sombrerazos de Pedro en el feudo de Crispín.
Nunca, pasarse de listo ha sido eficiente… no importa si se trata de priístas, perredistas o panistas. Hay razones de peso que llevaron a la comuna a incumplir con sus obligaciones y hoy, tiene que dar la cara. Pero no haciendo estos osos.
Pero lo que le puedo adelantar es que pronto saldrán detalles de los malos manejos financieros en el ayuntamiento de Tlaxcala, hoy calificado de corrupto y que se encamina para que la oposición asuma su control
La soberbia de Cuéllar
La senadora Lorena Cuéllar Cisneros, no ha sido cauta con las tepocatas que hoy tiene por filtros en su nuevo partido, y con su particular candidez, aseguró a Alejandro Martínez, que dispone de la suficiente fuerza electoral en el municipio de Tlaxcala, para ganar con el candidato que ella ponga, le aclaró.
1.- Lo mismo le pasó en su anterior partido. Se alzó como una fuerza paralela e independiente, trabajando para su proyecto personal, pero incapaz de integrarse al engranaje que suelen ser los partidos y sus candidatos.
2.- Ganar la plaza, sólo por ganarla. Sin considerar el derecho de quienes habitan al municipio, sus anhelos y sus necesidades. Pedro Pérez Lira es prueba fehaciente de esa oferta… el poder por el poder mismo que hoy golpea su cabeza contra la pared porque su cuenta pública es rechazada.
3.- Sus apetitos de ir armando el rompecabezas para llegar al gobierno estatal son, según podemos verlo, insaciables. El rechazo que generan es rotundo pues suelen desconocer las causas de sus éxitos, y atribuir los escalones ascendidos a una especie de mesianismo bobito que en el PRD, vemos, no están dispuestos a tolerarle.
¿Por qué llegó Cuéllar al Senado, por mérito propio o, por la fuerza de López Obrador?
La respuesta es obvia. Así que insistir en un triunfo gracias a sus atributos como ex priísta cachada por la Izquierda revela la falta de valores que hoy la llevaron a polarizar la elección interna del candidato amarillo a la alcaldía tlaxcalteca.
Insisto, tendrá que ser más cauta, por ejemplo con Víctor Briones Loranca, y su admirable capacidad para estorbar, eso sí, llevando una carpeta gorda de documentos que le permiten afianzarse como la pesada piedra que es a un piso que requeriría oficio de un lado y voluntad del otro.
La llamada de la Cuéllar, confirmó que Paco Hernández, no es sino un elemento de utiliería lorenista, de ese proyecto al cual ya nos referimos aquí arriba.
¿Y los principios de la Izquierda? Bien, gracias. ¿Y el compromiso social? Mejor… con mis viejitos…
Además, la pasada elección interna del PRD donde perdió su cuñado Raymuno Vázquez, quedó demostrado que muchos operaron en su contrra, sino que le pregunten a su amigo Ramiro Pluma, a Rubén Flores Leal y a otros más.
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