Nos dicen que la autoridad ya hasta sabe de quien se trata, pero lo reserva porque si lo suelta… arde Roma.

Ahora que las auditorías cobraron notoriedad -sobre todo por aquella que desquició a la Sefoa y hasta cobró una víctima- nos preguntamos si:

– ¿Alguien con mucho poder… tanto que se le hace bolas en las manos, se halla como parte de la autoría intelectual del robo-feminicidio de la Aguanaja?

– ¿Un ex empleado… el mismo que antes de quedar sin chamba adquirió un rancho de cuatro millones de pesos, fue advertido que si se atrevía a abrir la bocota, podría correr el mismo destino que la persona asesinada en la caseta de vigilancia del ex rancho, sede de dicho crimen?

– ¿Las manchas son las mismas en el tigre viejo que en el retoño, y las mañas también, y la voracidad atroz que redundó en el movimiento inusitado, creo que de fertilizante, detallado en alguna de las computadoras sustraídas junto con la camioneta al servicio de la Secretaría de la Función Pública?

– ¿Que prácticamente en la Procuraduría el caso está resuelto, pero lo estarían conteniendo porque, ardería Roma, en el remoto caso que todo saliese a la luz pública?

Lorena Cuellar, no prosperó su proyecto

Es probable que la senadora perredista, Lorena Cuéllar Cisneros, no advierta que es ella el proyecto de largo plazo en su nuevo partido, y no que la puerta se la hayan abierto para que por ellas crucen sus indelebles mañas tricolores, que le han animado a proponer a su cuñado, Raymundo Vázquez Conchas, como candidato a diputado local por el primer distrito, y también a su ayudante Francisco Hernández, como prospecto para gobernar el municipio de Tlaxcala.

El primero fue rechazado por la militancia amarilla. Por pocos votos -como cien- pero quedó demostrado que por más prácticas chapuceras para ganar una elección interna, la voluntad de la real militancia es insuperable.

El segundo ya tomará sus providencias. El pronóstico no es halagüeño para los lorenistas, pero la señora Cuéllar debería asumir que la gran oportunidad de llegar a ligas mayores gracias a que la fuerza de Andrés Manuél López Obrador la catapultó, tiene intereses mucho más altos que estas improductivas luchas intestinas en el partido de las tribus.

La legisladora debería poner en forma su plataforma ideológica. Prepararse para ser una candidata competitiva al gobierno de Tlaxcala, pero no querer adueñarse de uno de los partidos que le tendió la mano en cuanto se concretó su salida del Revolucionario Institucional.

Incluso, debe mantener la misma posición crítica que ha mostrado al goberno de Mariano González Zarur, pues esa postura se le reconoce y le ha ganado seguidores.

Si vuela alto en la Cámara de Senadores, por qué meterse en problemas en el proceso interno de su partido.

Despierta una importante expectativa en la militancia amarilla y en otras. Su liderazgo debería ser búsqueda constante y, la discreción una virtud. Mas su raíz, que inicia en los grupos más conservadores del priísmo -el de la otra versión del ’68- la tiene tatuada en cada célula y difícil le será si le falta voluntad, abrir bien grandes los ojos para recibir la luz de conocimiento que le hace.

Las interpretaciones sesgadas de Moreno Barrón

El pasado Viernes Santo, el obispo Francisco Moreno Barrón, tuvo un delicado desliz por cuanto a frases con un interés manipulador que se torna ofensivo. Dijo lo siguiente, cuando una creciente feligresía lo escuchaba, a un lado de la Parroquia de Santa Ana, en Chiautempan:

«La ofrenda que le gusta a Dios es la que brota del corazón sincero y limpio, pues la música, cohetes, comida y fiesta, también le agradan a Dios, pero cuando se hace de manera ordenada, por lo que vamos purificando esa ofrenda que le presentamos».

La Música, cohetes, comida y fiesta también le agradan a Dios.

¿Seguro Obispo?, ¿A Dios le agradan los cohetes?. Ya en estos niveles podría haber pasado por alto que a Dios le puede gustar al consumo colectivo de alcohol.

Qué delicada responsabilidad de un ministro cuando desboca las ideas en bajada.

Lo honesto habría sido señalar: «A mí me gustan los cohetes, la comida, la música y la fiesta» (aquí faltaría el sobre con los 7 mil pesos por misa presidida por él).

Sucede que la Iglesia Católica tiene ahora un Sumo Pontífice, que trata de ser humilde, que se postra ante sus imágenes en pública -como ninguno lo había hecho-, que paga él mismo sus cuentas personales, viaja en autobús, prefiere el avión clase turista y tiene serios pendientes con el concepto de capitalismo.

Así que Moreno Barrón, no debería decir que a Dios le gustan los cohetes, porque a él le gusten. Seguramente Dios tendrá otros asuntos.

Lo expongo porque tal vez, verdad, a Dios le guste que sus ciervos pongan orden en sus reuniones multitudinarias, alejando la pólvora lo más posible. A Dios no le gustan los quemados. No le gusta la simulación. Y creo que menos la manipulacion.