Además de negar nuevos libros de registro, hay el amago constante de multas millonarias ante eventuales errores. * El negociazo de las 200 nuevas patrullas… concesionarios ofrecen comisiones de diez o más puntos dependiendo lo inflado de los costos.


Entre mayo y junio de este año, los nuevos notarios –unos simpatizantes del ex gobernador Héctor Ortiz y otros, cachorros de los viejos fedatarios o abiertamente priístas- comenzaron a padecer la negación oficial nuevos libros, elementales para anotar sus actos de fe pública y llevarlos a instancias como el Registro Público de la Propiedad.

La seño, María Estela Sánchez García – directora de notarías- barrió parejo con los nuevos notarios, “amigos y no amigos” del actual gobierno. Pareciera que los mentados libros los colocó bajo su colchón, como parte de un acto de venganza ordenado por el patrón, a quien le fue imposible echar abajo a las nuevas notarías, una de las últimas hazañas del orticismo, con repercusión a mediano y largo plazos.

Dejaron correr la versión de potenciales multas hasta de un millón de pesos al fedatario que llegase a intentar una movida o de plano se le fuera el santo al cielo gracias a sus brillantes gestores y secres, de esos ya sabes que, guardan la torta en el cajón o se pintan las uñas en presencia de solicitantes de algún servicio.

¿Un millón de pesos?

Imposibles de pagar para los nuevos (y los viejos también), quienes a partir de aquella fecha que le platico iniciaron la cuenta regresiva, pues por muy gordos sus libros les era un pecado imperdonable echar a perder una sola página, como antaño ocurría (que se cayó la tasa de café, que dejaron los tacos de canasta sobre el libro…)

Este martes, no de los notarios de Zacatelco, Miguel Tizatl Santos, puso en el Congreso el grito en el cielo por semejante cerrazón. Con todo y coro, señaló a la seño doña Estela Sánchez, de boicotear su labor y la responsabilizó por el tremendo rezago en materia de escrituración y otro tipo de juicios, como los testamentarios (habría que sumar el registro de sociedades y demás trámites necesarios para protocolizar empresas, uniones, etcétera).

Al parecer, la actuación de doña Estela la directora de Notarías, fue selectiva. O sea, a los más viejos se les proveería de libros, en tanto que a los de cuño reciente se les pasaría por las armas de esta novedosa traba  burocrática que amenaza con paralizar el ámbito del registro y protocolización ante el Estado.

El señalamiento es grave.

Sabemos de discretas reuniones donde los notarios manifiestan rencores y urden acciones para exigir nuevos libros a dicha funcionaria pública y, para hacer pública su mezcla de codicia, venganza y burocratismo que pegan al desempeño económico de la entidad partiendo de la parte vulnerable detectada a estos fedatarios.

Y para tapar el ojo al macho, no nada más los amigos del ex mandatario fueron perjudicados, sino los cachorros de connotados priístas (je) de la talla del hijo del siniestro Aristeo Calva, o la hija del dueño de un periódico-tapete que sirve a los intereses del gobernante en turno.

La señora Sánchez García, seguramente tiene un gran respaldo. No creo que actúe motu proprio pues, ya la imagino respondiendo a una, otra y otra, denuncias de los notarios cuyos alcances uno por uno han de ser relativos, mas en bola ya sabes… no han de colocarse en el lugar de víctimas, sino se preparan para dar la batalla en un frente más (¿otro?) abierto por el marianismo, en esta época de las broncas sinfín.

Ah, con las nuevas patrullas… ¿el negociazo?

El señor oficial mayor de gobierno, Ubaldo Velasco Hernández, ha de suponer que los concesionarios de autos, y en general la raza, poco o nada saben sobre los formidables negocios que se hacen cuando son adquiridos grandes volúmenes de unidades motoras.

La adquisición de doscientas patrullas va a dejar una ganancia de las de acá:

1.- Por cada diez unidades compradas, hay concesionarios que regalan una –o sea, es el conocido diezmo aquí y en China.

2.- Dependiendo de la marca (hay unas más caras porque son mejores), el equipamiento y la habilidad de los vendedores (otras, más chafas pueden alcanzar precios escandalosos), el diezmo puede convertirse en diezmo y medio o, doble diezmo. En pocas palabras, hasta una quinta parte del nuevo parque vehicular podría salir de gorra.

3.- Si consideramos un precio promedio de 300 mil pesos por unidad (conservadoramente) tenemos una inversión más o menos de sesenta millones de pesos.

4.- Tome su calculadora y obtenga la quinta parte de sesenta millones de pesos. El resultado son doce mdp.

¿Le parece poco?

¿Y la caja de cristal?

Sí, porque si el oficial mayor, apoyado por el secretario de la función pública, actuasen con un verdadero compromiso por Tlaxcala, habrían informado más o menos lo siguiente:

“Fíjense que en el proceso transparente de licitación de 200 patrullas, nos ahorramos 12 millones de pesos, cantidad que ocupamos para comprar otras cuarenta patrullas, lo que significa un sustancial apoyo a la seguridad y la demostración de que este gobierno no apuesta a las pingüés hazañas, derivadas de las cuales a veces los señores servidores públicos se reparten botines inconcebibles a estas alturas y de por medio el compromiso tricolor por sacar adelante a nuestro estado”.

¿Se imagina? Eso sería fuera de serie… más seguridad gracias a la honestidad y transparencia de servidores públicos.

Pero

Se impone el silencio. En medio de una vulgar discreción, nos juegan el dedo en la boca y, con el solo hecho de aguantar vara ante los medios y los señores diputados, la alianza perversa oficialía mayor-secretaría de la función pública, opera de maravilla pero para los intereses de un solo grupo.

Y eso no se vale.

Falta sumar pintura de las camionetas, equipo de radio, computadoras, blindaje, pasamanos y hartos factores de negocio en los que todo es ganar-ganar, y poco es honestidad-honestidad.