Ambas dirigencias se acusan de desviar recursos para sacar ventaja en la elección federal de 2012; en efecto, los dos institutos tienen los mecanismos de saqueo y los mantienen activados en perjuicio de un pueblo desprotegido en el ámbito federal y otro tanto en el local.

Las versiones actuales de PRI y PAN en Tlaxcala, intercambian descalificaciones y se demandan conducirse con ética en este trecho rumbo a la elección federal de 2012.

El líder del blanquiazul, el diputado federal Sergio González Hernández –por ejemplo- se declara espantado por la manipulación presupuestal del gobierno priísta, por cuyos doctos alquimistas nadie en su sano juicio metería sus manos al fuego.

Ágil y oportuna (je) como suele ser, la delegada del CEN tricolor, doña Yolis González Hernández (han de ser parientes… son iguales de malitos) salió al quite y llamó atentado a la inteligencia de los tlaxcaltecas, el que mister Sergio González, procure baños de pureza para su partido, cuando la realidad apunta en sentido contrario.

Hay que ver las descaradas campañas en delegaciones federales, donde no hay rubor para desviar recursos económicos y humanos a promover la imagen de los delegados.

Sedesol y la Comisión Nacional del Agua (CNA), coronan este método panista para hacerse odiar. Si los titulares, Leonor Romero Sevilla y Carlos Morales Badillo resultan candidatos, demasiado le habrán costado al país y a los mexicanos.

¿Cómo contar con el respaldo popular si han utilizado a la pobreza para lucrar, vendiendo imágenes inexistentes de funcionarios federales ejemplares, cuando la realidad exhibe su desesperación  por asegurar su futuro, ante la inevitable fecha en que Felipe Calderón, su protector, deje de ser presidente de México?

Así que cuando Sergio González Hernández, muestra su excitación por las porquerías tricolores, mas no se da color del papelazo de su partido, sus palabras suenan tan falsas que, nos permitiremos destacar ciertos detallitos para que usted obtenga la mejor conclusión:

1.- Tuvieron que realizarse siete sesiones del Consejo Político del albiazul para que el inge Sergio aceptara donar su dieta de 29 mil pesos mensuales para reforzar la economía de su instituto político. El de Texoloc afirma que fue un gesto voluntario, pero la información filtrada por consejeros es una postura muy distinta.

2.- De la misma forma como lo hicieron sus antecesores, el médico de vacas Jiménez Tecpa (debe 90 mil a la tesorería del PAN) y el biscochero más popular de Santa Ana, Damián Mendoza (no tanto pero andamos buscando su historial), el inge Sergio ha sido incapaz de reprimir los deseos saqueadores en perjuicio del instituto. Y ahí lo tiene presentando una factura de 50 mil pesos para comprar juguetes y regalarlos a los chamacos en su día, el 30 de abril. Nada más que los entregó a su nombre y en su oficina de gestión, o sea, se paró el cuello con dinero del partido.

3.- Al Consejo Político tampoco lo tiene contento aquello de que el actual presidente le dé por pagar 150 mil pesos por un curso sin ton ni son, pero impartido por atractiva consultora, mas al momento de invertir en capacitación y organización, se aleguen arcas escasas por aquello de ser partido de oposición.

Ni a cuál ir. Unos, los priístas se dicen ofendidos por las febriles creencias de don Sergio, y este, nos da clases en el arte de jugar el dedo en la boca de las personas.

Parecen no darse cuenta de la capacidad del electorado para ejercer el voto de castigo.

En el caso particular del diputado federal panista, su papel de líder estatal parece desempeñarse sin ganas; como una obligación al ahí se va, seguro que el gran patrocinador de su partido, el ex gobernador Héctor Ortiz (quien previsoramente cuenta con un guardadito), habrá de soltar el billete para comprar a miles de votantes y así asegurar excelentes resultados a la causa medio panista y medio orticista.

Los principios del gran partido de los empresarios de México han sido pisoteados por estos y estas, a quienes tocó el turno de medrar a su nombre. Unos, los que deberían defender el lado doctrinario, entregaron a Ortiz el partido, y este lo utiliza para jugar ajedrez al tú por el tú, con los priístas, sus verdaderos adversarios en la política, con quienes comparte origen y perversidad, persiguiendo un fin, sean cuales fueren los medios.

El abuso de dos alcaldes

No es nueva la noticia, pero es repulsiva. Dos alcaldes priístas, Pedro Pérez Lira, de la capital del estado, y Raúl Acoltzin, de Antonio Carvajal, se procuraron formidables incrementos en sus percepciones mensuales. El primero se subió 20 por ciento y el otro, al frente de uno de los municipios más pequeños de Tlaxcala, se autorizó ganar 50 mil pesos mensuales.

Hoy, que tenemos la fortuna de recibir recursos frescos por la venta del petróleo, lejos de presionar a nuestros alcaldes a pensar y actuar productivamente, sólo nos toca atestiguar su cínica adjudicación. Fíjese que esos recursos son sagrados, serán distribuidos entre los sesenta municipios y los tres poderes.

¿Para qué?

Para engrosar nóminas.

Al día de hoy, no conozco un solo proyecto del que pueda sentirme ya no diga usted orgulloso, por lo menos convencido… nos dedicamos a administrar la pobreza con un trabajo muy mediocre y a hacer pachangones cuando por la gracia de Pemex nos llega esta feria.

Estos alcaldes han decepcionado.

Y ya para terminar le cuento que al interior del Congreso del estado existen una que otra traumada y resentida social. Resulta que en la elección de los integrantes de la nueva mesa directiva apareció un voto para la diputada Mildred Murbartián Aguilar, con el cual se buscó golpear a la legisladora panista.

La estrategia fue tan burda como mala. No tuvo ningún efecto, pues de antemano ya había un acuerdo para ese punto. Sin embargo dicen que otra diputada panista –dizque de altos vuelos, por su tamaño, no crea que por otra cosa- fue la encargada de esa mala leche. Ni hablar mujer traes puñal.