La perversidad del marianismo requería de un operador  como Padilla, capaz de cortar las cabezas de aquellos con quienes hace poco compartía la mesa; entonces.

Entre noviembre del año pasado y marzo del actual, el Colegio de Bachilleres de Tlaxcala (Cobat) registró un movimiento inusual de titulares y suplentes. Varios de los primeros se presentaron, con el pecho sano, a devengar el salario por el cual cobraban desde la anterior temporada de Todos los Santos, al ser basificados.

Para lograr dicha entrega de bases, más o menos doscientas, se conformó una alianza entre orticistas y afines a los sindicatos que operan en la institución, maniobra tendiente a un equilibrio bajo la fórmula uno (orticista) por uno (del sindicato)

Y la lista cobró relevancia. Se hizo como una familia, cómplice de los actos que, al llegar Enrique Padilla Sánchez, fueron combatidos mediante el pragmatismo de quien se convirtió ahora en el brazo del marianismo en el Cobat.

Padilla, propulsor y beneficiario de cochupos orticistas en el ámbito educativo, desconoció su origen, se hizo con un filoso acero y procedió a cortar cabezas.

Así como materiales radiactivos que emanan de las plantas nucleares japonesas, colapsadas por el tremendo terremoto de marzo, igualito en esta institución comenzó a filtrarse entre otras cosas:

1.- Que el pasado 17 de noviembre, mandos medios del Cobat como Teresita Salas (entre otros) recibieron un permiso para ausentarse de sus empleos (a los que nunca iban, salvo en quincena); en su lugar, claro, se presentaba su suplente. Pero el primero de marzo, la seño Salas llegó tempranito, muy bien arreglada –con alguna de sus bellas prendas elaboradas por ella misma- y comenzó, a partir de entonces a devengar sus ingresos. ¿Quién mejor que un orticista, como Padilla, para accionar el mecanismo de la guillotina en contra de la seño Salas?

2.- Dentro de estas basificaciones, se afectó el terreno de los Jefes de Materia, posición reservada a la institución, para darlas con basen en conocimientos, y tras la aplicación de intensas pruebas. Pero se trataba de nombramientos susceptibles de aprovechar y quien tomó la decisión no dudó en trastocar lo que en otras circunstancias habría dependido de evaluaciones serias.

3.- El nombre de Eladia Torres, tenía que aparecer. En todo este intercambio de favores para prolongar la influencia orticista en el Cobat, la actual diputada por Convergencia tuvo un papel relevante: cedió automóviles y autobuses al sindicato a cambio de conservar la estabilidad y agradecer la aceptación de los líderes para participar en la feria de bases, a la cual solo fueron invitados personajes con determinadas características, así, muy parecidas a las de la seño Torres, o de la seño Teresita.

4.- No hay plazo que no se cumpla. Padilla activó la palanca de los despidos y resultaron damnificados personajes de la talla de: Esther Sánchez Noya, coordinadora de comunicación social y esposa del dirigente del STACOBAT, Eleazar González. Nelly Galicia Rojas, Jefa del Departamento de Bibliotecas y cuñada del otro líder sindical: Enrique Portillo. Sergio Galicia, jefe del depto de Recursos Materiales cuñado de Enrique Portillo. Rocio Gutiérrez Ortiz subdirectora administrativa basificada como Jefa de Materia.  Armando Paredes Carreño, subdirector de Contabilidad, compadre de Enrique Portillo y basificado como Jefe de Materia.

Es de tomarse en cuenta que por lo menos fueron doscientas basificaciones, cada una de las cuales posee una historia como estas que le presentamos.

La intención fue dar vida artificial a la injerencia de un grupo político en una institución cuyos maestros y alumnos son los últimos en enterarse de los porqués de la crisis interna en el Cobat.