Unos de fuera, con las cartas credenciales de Quique Peña y, otros del rancho, el caso es que no dan una; un poco por el pánico que les provoca su jefe y otro por tener, como objetivo, el daño más grave. ¿un ejemplo?, el tremendo lío del Cobat.
Los sabuesos marianistas no precisaron de grandes esfuerzos para hallar un hilo conductor hacia factores de corrupción del orticismo y, pusieron sobre la mesa sendos temas a manera de cabos para atar.
1.- Uno de los despidos más estruendosos en el Colegio de Bachilleres (Cobat) afectó a Teresita Salas, “la arqui”, encargada de repartir el pastel de la obra pública, palomear constructoras amigas y con un exceso de sangre fría, a auditarse a sí misma, a través de mecanismos que, para sorpresa de todos, le generaban más ganancias, suponiendo que nadie, nunca iba a denunciar su astuta actitud.
De influyente mando en la Secretaría de Obras, Desarrollo Urbano y Vivienda (Secoduvi), la sin igual jefa pasó a ser Oficial Mayor, puesto que en varias ocasiones la llevó a formularse la siguiente pregunta: ¿y a qué se dedica un oficial mayor?
Cabe decir que dicho cambio se debió a la férrea oposición de Adalberto Campuzano, a quien el sólo nombre de Teresita le ocasionaba salpullido. Y era tan fuerte el respaldo con el cual llegó este último que el protector de la atractiva Teresita, optó por abrirle otros espacios.
Esta, por su lado, tan previsora que es, no podía aguardar pasiva a la nueva administración. Así que se consiguió sendos empleos, de buen nivel en el Cobat, y en el Cecyte. Lo faltante del relato ya lo conoce usted. Teresita es uno de los veintiún damnificados por el efecto manchis. Y su remoción en el Cobat causó tanta incomodidad que, los sindicatos revivieron viejas demandas y las cobraron de una vez al orticista/marianista/beatricista, Enrique Padilla Sánchez.
2.- La otra hebra responde al nombre de Wilfrido Domínguez, un ¿arquitecto?, entrado en años, a quien Beatriz Paredes parece haber dedicado una de sus reflexiones filosóficas más reconocidas por amigos y adversarios: “eres tan pen… tan pen… que ni cuenta de das de los pen… que eres”.
Y con esa bandera navegó este otro arqui, cuya herencia –debido al camaleonismo ya sea como funcionario o como constructor- lo puede llevar a tener cierto grado de responsabilidad en las trabes débiles, faltas de escuadra y hechas al ahí se va, que ahora causan escándalo en el nuevo edificio de la Unidad de Servicios Educativos (USET).
Muy similar a la historia de small Tere, Willy también salió por piernas de la Secoduvi, aunque para ser beneficiado como titular del Instituto de la Vivienda (Ivet), entre cuyos fracasos se encuentra la construcción de unas cabañas en el bosque de la Malintzi, hasta donde no pueden llegar los peritos estos que hallaron tremendos defectos en la nave de la USET.
3.- ¿Qué relación tienen estos dos constructores con las acciones del nuevo gobierno? Pues que le pueden ayudar a dejar a un lado la declaracionitis para pasar a acciones concretas. Se trata de dos nombres con interesante historial que ojalá no sorprendan al amo en uno de sus días de buen samaritano, cuando nomás por joder le da por no subirse al ring para defender el patrimonio de los tlaxcaltecas, pues eso le corresponde a otras instancias (recuerda usted el despojo de los Laberintos).
Desalienta el grado de cinismo de ambos, pero sobre todo las pistas que fueron dejando en su haber, señaladas en su momento y agravadas con la impunidad que tenían como mecanismo de acción.
Mariano González ha lanzado piedras en todas direcciones. Abrió los suficientes frentes como para no tener una noche tranquila más en el corto y mediano plazos. Se veía venir. Es consecuencia de la torpe inteligencia entre cuyas atribuciones estarían los diagnósticos reales, no lo que el patrón quiere escuchar.
González Zarur dispone ya de pistas concretas, mas si su sordera lo sigue afectando, estamos ciertos de un deliberado proceder de autoflagelación, sin cura posible pues el mal está adentro.
Recuerdo los golpes sobre la mesa del pasado fin de semana. “Todos tenemos que cumplir con la ley”. Es muy cierto.
Pero no puede refugiarse en el llamamiento entre autoritario y desesperado, ante la falta de oficio político para resolver en lugar de destruir, para conciliar en lugar de ahondar rencores.
El brillante pul de inteligencia marianista puede estar satisfecho de dar a los problemas un sello muy personal. El del fracaso.
Gentes venidas de fuera aplican las tesis más complejas y, siempre llegan a lo mismo: riegan el tepache.
Pero de tanto regarlo, están convirtiendo a este en la administración de las regadas.
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