Poco más de un mes fue suficiente para advertir los serios boquetes de una administración debilitada por sus maniobras para asegurar su protagonismo, pero sin el recurso para operar en lo básico… el resultado, es que no hay resultados.


El anterior, fue el sexenio de los excesos. Generó animadversión en un abundante sector. Y el cuatro de julio de 2010 pagó las consecuencias. Aquél proyecto transexenal planeado alguna vez en agradable chorcha, rones en mano a la orilla de la playa, se fue al baúl de los recuerdos.

El actual no podría por su desbalagamiento, si quiera ver a lo lejos  el sueño ese, guajiro, de alcanzar la hegemonía en todos los ámbitos. Y no lo hace porque no lo quiere. A un mes de vigencia, el desgaste es innegable.

¿Los temas vulnerables?

Seguridad, Educación, Transporte y desde luego, el ámbito laboral, estos son los que más golpean al marianismo. Digamos, los podemos colocar en un primer frente que va a dar muchos dolores de cabeza al sensible gobernador.

Si estuviésemos en una plaza de toros, diríamos que los asuntos citados se hallan detrás de las tablas. Falta lo que acontece en primera fila, en sombra, en sol y, hasta en los palcos.

Demasiado ruido. Declaraciones con perspectiva mediática, pero hasta hoy aquellos interminables foros, que más bien fueron versiones agobiantes de proselitismo, no han podido definir el rumbo de Tlaxcala con planes contundentes.

Anunciar con bombo y platillo las notificaciones a los anteriores funcionarios, respecto a los cochineros detectados por el funcionario más rápido de la comarca, Hugo René Temoltzin Carreto, me suena a plan con maña:

1.- Meter miedo al orticismo, pues Mariano González, se percató del infranqueable obstáculo que significa la alianza Adriana-Calderón-Ortíz, capaz de conformar una oposición rotunda en el Congreso, con los suficientes votos como para tirar cuanta iniciativa lo merezca, desde su muy particular modo de ver las cosas. Así, arrinconando a su antecesor y, a sus colaboradores, cabrá la negociación para que renuncien a cualquier tipo de operación o manipulación con sus huestes.

Pero ojo, si esta contraparte del gobierno tlaxcalteca ha sido capaz de aliarse de semejante forma en el Poder Legislativo, en el terreno de batalla, es decir donde se influye a todos los poderes y sus instituciones y en el vil monte, donde la guerrilla política puede causar demasiado daño, el peligro de desatar el caos, es terrible.

2.- Arrear a las bestias a base de gritos, pues primero requiere de bestias para que, acostumbradas al estruendo del propietario, no tengan más alternativa que ir de aquí para allá, a voluntad del amo. Nada más que aquí no hay toros bravos, sino grupos políticos con mil recursos, mil infiltrados, mil rencores y mil temores, como para echar toda su carne al asador con el propósito de remontar  esa suerte de extorsión política cuyo mensaje a gritos es: «déjenme el negocio para mí solo» y como complemento, lógico, con un remate consistente en: «además, no les voy a convidar nada…»

Se imagina usted esta cerrazón ante orticistas, elbistas, adrianistas, priístas resentidos, transportistas y bola de mohinos porque se quedaron sin chamba.

Meterse con el bolsillo de la gente no es nada recomendable.

Por ejemplo, una estrategia federal en el sexenio de Ortiz, permitió capacitar a policías, estatales y municipales. Hoy, los despidos abundan. Cuesta creer que hasta la plaza más modesta debe pasar por las manos del patrón.

En consecuencia, los ex gendarmes son el potencial más grave de crimen organizado pues, bien que saben las mañas a las cuales se enfrentaron estando en el activo. Quien ordenase tal movimiento tendría que hacer lo que ahora cunde: $200 por patrulla, y de esa cuota hasta $50 por los de a pié en los mejores cruceros. No me imaginaba que en la administración de un tal Romano, militar por cierto, la disciplina se hubiese relajado tan gravemente.

Con este atropellado inicio, con esta multiplicación de los enemigos, como los textos bíblicos hablan de la multiplicación de los panes, el marianismo trata de ocultar su debilidad en el terreno más vulnerable: el presupuesto.

Y al no haber modo de operar más que con saliva y tequesquite, pues en este complejo sistema, hoy es más vigente que nunca el vaticinado acotamiento.

Gritos, para ocultar debilidad.

Pero además, maniobras que nos harían pensar en una falta de compromiso con el proyecto original, ese que dibujaba a un candidato conciliador, dispuesto a restituir el tejido social y con la vara mágica para ordenar a inversionistas nacionales y extranjeros, traer sus centavos y emplear a montones de gentes sin chamba, por cierto en cuya crisis mucho tiene que ver como factor de peso para aumentar el fenómeno del desempleo.

Con elementos de reconocida eficiencia -Ávalos, Fragoso, Santacruz- el marianismo se desgasta con esto que llamaremos estrés del poder.

En otras palabras, ocurre igualito que los hogares con una economía apremiante, donde la compañera exige el gasto y el hombre de la casa se diluye debido a su iracundo desempeño.

Y aún falta el peor escenario.

A los de casa, se les falla a la hora de pagar por el esfuerzo desempeñado.

Como una especie de silencio cómplice para estimular la corrupción, pero aquí en corto.

Al menos en este trecho recorrido, el retroceso es evidente.