Según las autoridades municipales de la capital las diversas acciones emprendidas en los últimos meses han contribuido a que el índice de percepción de inseguridad en la ciudad de Tlaxcala haya bajado 3.6 por ciento, de acuerdo a la encuesta ENSU del INEGI.
Y de ser así, entonces por qué cambiar a Israel García Jasso como director de Seguridad Ciudadana y Movilidad del ayuntamiento de Tlaxcala que en junio pasado asumió el cargo junto con otros militares como al Mayor de infantería retirado del Ejército Mexicano, Eduardo Manzano Ramírez, quien despacha como jefe administrativo y al teniente retirado del Ejército Mexicano Juan Carlos Miranda Hernández, quien a partir del sábado es el nuevo responsable de la corporación.
Ese triunvirato que el presidente municipal de Tlaxcala, Jorge Corichi Fragoso, intentó imponer en esa importante dirección no funcionó y terminó peleado, debido a que el hoy ex director Israel García no habría dejado “operar” libremente al personal recomendado por los ex militares para fomentar la corrupción entre los elementos.
Ahora que se entregaron nuevas patrullas, los uniformados municipales se prestan para aplicar el diente a los ciudadanos a fin de convertir a la Dirección de Seguridad Ciudadana y Movilidad del ayuntamiento de Tlaxcala en una productiva fuente de ingresos para la actual administración, sin embargo el alcalde capitalino sigue incumpliendo con la normatividad al designar un encargado que no cumple con los requisitos para desempeñar el cargo.
Hasta ahora el único director que ha tenido la policía municipal de Tlaxcala que contaba con certificación y exámenes de control y confianza era el limitado Francisco Javier Carreto Gámez, porque ni Israel García ni hoy Juan Carlos Miranda cumplen con tales disposiciones.
Tlaxcala aparece entre los municipios que no ha solicitado la evaluación de su director de seguridad pública y también es de los que están señalados en la lista negra por incumplir con la ley y la observación que puntualmente hizo el Órgano de Fiscalización Superior.
Es más, Juan Carlos Miranda no tiene mucho que apenas terminó la preparatoria y como encargado del área de Vialidad demostró en pocos meses que lo suyo es clavarle el diente al ciudadano.
Habrá que ver si la actuación y la forma en que se utiliza el nuevo parque vehicular rentado, cuyo procedimiento se realizó en un tiempo récord por parte de la administración del morenista Jorge Corichi y por el que se pagará a la empresa que “supuestamente” ganó la adjudicación de ese contrato la cantidad de 29 millones de pesos, realmente ayuda a contener la ola delictiva que afecta a los tlaxcaltecas.
Cada unidad implicará un gasto por dos años de renta de más de 1.3 millones de pesos cada una y para agosto del 2024 el ayuntamiento capitalino deberá devolver las patrullas, lo que dejará al municipio nuevamente sin unidades para realizar acciones de vigilancia.
En la pasada administración municipal que encabezó la priista Anabell Ávalos Zempoalteca el ayuntamiento solicitó un crédito y destinó casi más de 8 millones de pesos en comprar patrullas para la policía de Tlaxcala.
Aunque se dice que no todas las patrullas rentadas son nuevas y que algunas registraron problemas porque no pudieron ponerse en marcha, se espera que después de la inversión millonaria que hará el ayuntamiento capitalino disminuya el robo de autopartes y de automóviles y de casas habitación.
Mientras el nuevo encargado de la policía municipal de Tlaxcala era presentado a los uniformados la mañana de ayer, en ese momento se llevaba a cabo un asalto con violencia al conductor de una camioneta del transporte público, el cual se cometió sobre la carretera federal Tlaxcala-Puebla, a la altura del Anillo Periférico.
Si bien puede ser real que la percepción sobre el problema de la seguridad haya disminuido algunos puntos porcentuales, lo anterior no quiere decir que los ciudadanos y las ciudadanas están conformes o contentos, porque le guste o no al presidente municipal de Tlaxcala es una realidad que hoy los tlaxcaltecas se sienten más inseguros que en la pasada administración que estuvo bajo el control de autoridades emanadas del PRI.
Seguirá la tempestad o se habrá calmado
Después del viernes caótico que se vivió en Tlaxcala por los conflictos que los miembros de dos sindicatos (el de trabajadores de salud y el del 7 de Mayo) sostienen contra el gobierno de Lorena Cuéllar Cisneros, hoy se verá sí estos se enfriaron o seguirán vigentes ante la poca capacidad mostrada por el secretario de Gobierno, Sergio González Hernández.
Ese funcionario que primero se mostró rudo y hasta beligerante para acusar a la líder del sindicato de los trabajadores de Salud, Blanca Águila Lima, de politizar y manipular el conflicto para sus intereses personales, terminó doblando las manos y aceptando todas las peticiones de ese aguerrido gremio, porque obligó al gobierno estatal a revisar y verificar el estado de los alimentos que se reparten en los hospitales y supervisando que hubiera el abasto de medicamentos e insumos en los nosocomios de la entidad.
El ridículo que hizo la secretaría de Gobierno fue tal que sólo con ver al fantoche Miguel Sánchez Ramírez, director Jurídico de la dependencia, quien en una actitud sumisa y doblegada dio la cara a los integrantes de ese gremio para aceptar que sí se atenderán todas sus peticiones y que si había problemas en las clínicas y hospitales era porque aún la actual administración estaba en un proceso de transición que nunca especificó si por el cambio de gobierno que se dio hace más de un año o por la nueva modalidad de programa de salud IMSS-Bienestar.
También está el caso del sindicato 7 de Mayo que ya demostró que no aceptará la imposición de Karina Erazo Rodríguez como dirigente, pues la mayoría de los miembros respalda a Enrique Escobar Cortés, quien en una pasada asamblea fue designado como representante legal de ese gremio pero que las comparsas autoridades del Tribunal de Conciliación y Arbitraje no quieren reconocer.
Sería lamentable que los problemas y los conflictos se mantuvieran este día por la incapacidad manifiesta de Sergio González.
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