Después de que las grillas no prosperaron y tampoco fueron suficientes para tratar de imponer como magistrado del Tribunal Superior de Justicia en el Estado a Ricardo Sánchez Ramírez, sus impulsores se tendrá que conformar con haberlo convertido en titular de la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción (FECC), cargo al que llega sin tener una experiencia que acredite su trabajo en esa materia o una carrera destacada que lo ubique como un abogado de prestigio.
En mayo pasado Sánchez Ramírez participó en el proceso que llevó a cabo el Congreso de Estado para elegir nuevo magistrado del Poder Judicial de Tlaxcala, pero su impulsor y principal promotor nunca pudo superar el respaldo que traía el recomendado principal para ese puesto, un intrascendente abogado sin méritos como Enrique Acoltzi Conde que finalmente se quedó con esa posición.
Después, Enrique Acoltzi fue grillado y por tal razón le habrían aparecido algunas acusaciones y asuntos judiciales relacionados con un fraude, por lo que se pensó en removerlo a fin de imponer al suplente de ese magistrado que no es más que Ricardo Sánchez, hermano del sobrado y pesado Miguel Sánchez Ramírez, Director Jurídico de la Secretaría de Gobierno.
Al final, las grillas y la mala leche que se detectó en la Secretaría de Gobierno no prosperaron y se optó por encontrar otra posición que también resulta clave para la actual administración, sobre todo porque en el primer año de gobierno el combate y el castigo a la corrupción sólo quedó en el discurso, más por culpa de los funcionarios involucrados en el tema que por instrucción de los jefes.
La Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción de la Procuraduría General de Justicia en el Estado ha sido una instancia inoperante porque sus resultados son casi nulos. El primer encargado Pedro Sánchez Ortega que llegó por recomendación del obscuro ex procurador tlaxcalteca José Antonio Aquiahuatl Sánchez no hizo nada y sólo se dedicó a almacenar las carpetas de investigación que recibió en la pasada administración priista que encabezó Marco Mena, lo cual le valió para ser premiado y ser designado magistrado del TSJE.
En septiembre del año pasado Domingo Tamalatzi Rodríguez asumió el mando de la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción, pero su trabajo fue igual de nulo y gris que su antecesor Pedro Sánchez, de ahí que los expedientes que se analizan siguen sin avanzar para tratar de llevar ante la justicia a los ex servidores públicos señalados de incurrir en desvíos millonarios o en provocar graves daños patrimoniales a los ayuntamientos.
Se habla que en la mencionada fiscalía existen más de 450 expedientes y que el trabajo es tan deficiente que hasta ahora una que otra carpeta se ha podido judicializar, pero el resto sencillamente son olvidadas como si la intención fuera dar protección o impunidad.
Habrá que ver si Ricardo Sánchez resulta el funcionario que desahogará el trabajo en la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción o se convierte en el tercer encargado de esa área que llega para obstruir la justicia.
Hay casos de ex presidentes municipales que están más que documentadas sus transas, así como también se tienen expedientes de ex funcionarios menistas como el del ex secretario de Seguridad Ciudadana, Eduardo Valiente Hernández, quien al parecer nunca pudo entregar un programa computacional que supuestamente se adquirió y que jamás se ha visto operar en alguna computadora de esa dependencia y por el que pagó casi 10 millones de pesos, sin embargo es la fecha que no es llamado a responder por esa grave anomalía.
El material para proceder y emprender acciones para combatir la corrupción existe, por lo que ahora habrá que ver si hay voluntad, trabajo, talento, disciplina, decisión y resultados, ya que el currículum del nuevo fiscal es pobre y no impacta ni deslumbra a nadie.
En la actualidad la Procuraduría General de Justicia en el Estado es una de las dependencias que más cambios ha registrado en sus funcionarios de primer nivel, pues tan sólo en abril fueron cambiados los titulares de la Dirección de la Policía de Investigación, Víctor Enrique Montiel Ramos y de la Fiscalía Especializada en Combate al Secuestro, Paula Elizabeth Juárez Santoyo.
A la procuradora Ernestina Carro Roldán le ha costado tiempo, pero poco a poco se ha ido acomodando en esa dependencia. Lo anterior se ve porque los resultados de su área cada vez son más visibles.
Al nuevo titular de la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción hay que darle el beneficio de la duda y esperar un tiempo antes de asegurar que fue un fracaso o una buena decisión.
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