Ya se ha comentado que el combate a la corrupción es una gran farsa en la federación y en los estados.

 

 

 

En Tlaxcala, el oneroso y faccioso sistema para combatir a la corrupción lo único que ha reflejado en su existencia, es el gasto público que consume día a día, sin resultado alguno.

 

La gestión pública de la administración anterior, sólo quedará en el recuerdo por las críticas del mal gobierno y que varios personajes contribuyeron a que no se les podrá fincar ningún tipo de responsabilidad al ex titular del Ejecutivo, a sus titulares de las dependencias y entidades, a los ex diputados, ex encargados de los órganos autónomos y los ex presidentes municipales, porque nadie tuvo la delicadeza de verificar que alguien hiciera y terminara su trabajo a tiempo.

 

Sin explicar las razones, a la fecha no se han presentado los informes de resultados a las gestiones de los entes fiscalizables fuera del tiempo que le impone la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Tlaxcala, en su artículo 54, fracción XVII, inciso b.

 

Fue desde el año 2015, que se reformó el numeral indicado y estableció que para “…Dictaminar anualmente las cuentas públicas de los poderes, municipios, organismos autónomos y demás entes públicos fiscalizables, basándose en el informe que remita el Órgano de Fiscalización Superior. La dictaminación deberá efectuarse a más tardar el treinta y uno de agosto posterior al ejercicio fiscalizado. En el año de elecciones para la renovación del Poder Ejecutivo, la fecha límite para la dictaminación del periodo enero septiembre de ese año será el quince de diciembre, mientras que el trimestre restante octubre-diciembre se sujetará al periodo ordinario de presentación y dictaminación…

 

De forma muy casual o convenciera, en diciembre pasado, solo se lograron aprobar las cuentas del poder Legislativo y del titular del Ejecutivo.

 

En el año 2021, el Órgano de Fiscalización Superior estuvo obligado a fiscalizar la cuenta pública del periodo enero-agosto del 2021 de todos los entes fiscalizables y, en consecuencia, a presentar el Informe Individual de Resultados antes del 15 de diciembre del año 2021 al Congreso del Estado, para que dicho Poder Soberano, también antes del 15 de diciembre del año 2021, estuviera en condiciones de emitir el Dictamen de la cuenta pública, situación que no se hizo y que aún no se lleva a cabo.

 

Los diputados tlaxcaltecas saben de esa falta y por esa razón buscan corregir su error y tapar las irregularidades en que habría caído el OFS con una reforma que hoy presentará la Comisión de Finanzas y Fiscalización que preside la morenista Guillermina Loaiza Cortero para cambiar el numeral ya incumplido, tal y como se reconoce en su oficio OFS/2971/2021, donde acepta que no cumplirá a tiempo con el proceso de fiscalización 2021 y que de continuar con él, se violará el debido proceso.

 

Aun cuando los ex servidores menistas que llenaron sus bolsillos a raíz de la corrupción, se regodean de que habrá impunidad, sólo lo lograrán quienes hayan impugnado desde un inicio ese procedimiento de fiscalización, porque en realidad se encuentra endeble toda la actuación fiscalizadora por el injustificado incumplimiento de los tiempos fijados por la carta magna local.

 

Habrá que ver como libran este “descuido” que a la postre sólo está fomentando soterradamente la corrupción y la impunidad de los delitos de cuello blanco en Tlaxcala.

 

Al final quedarán documentadas las transas e irregularidades, pero también los “errores” y “facilidades” que se dieron para que no hubiera ningún responsable o culpable de las millonarias anomalías cometidas y catalogados como daño patrimonial.

 

Con los cambios legales que los diputados pretenden aprobar, ahora los Informes Individuales del Resultado de la Revisión y Fiscalización Superior de la Cuenta Pública, no podrán exceder del 15 de Julio del 2022, con el propósito de que la dictaminación de los informes individuales se realicen de acuerdo al calendario interno que establezca la Comisión y que no podrá exceder del 31 de Agosto del presente año.

 

No se usted, pero para mí el sistema estatal para combatir a la corrupción en Tlaxcala es tan chafa que sólo provoca lástima. O no.

 

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