Siendo honestos y realistas, el conflicto político y postelectoral que existe en Xicohtzinco es un asunto que al anterior gobierno encabezado por el castrado Marco Antonio Mena Rodríguez y su inútil secretario de Gobierno José Aarón Pérez Carro nunca le interesó y dejó correr los días para que el caso llegara a manos de las nuevas autoridades estatales, las cuales sencillamente no lo atendieron y ni se aplicaron en los últimos 37 días para tratar de encontrar una solución.

 

 

Desde el pasado 6 de junio en que se llevaron a cabo las elecciones para elegir presidente municipal surgió el desacuerdo entre los habitantes de esa población localizada al sur del estado, pues un número importante de ellos no estaba dispuestos a aceptar que el alcalde perredista José Isabel Badillo Jaramillo hubiera operado y conseguido imponer a su yerno Luis Ángel Barroso Ramírez como próximo edil.

 

Desde esa fecha los inconformes con los resultados de los comicios locales cerraron la presidencia municipal de Xicohtzinco y bloquearon por varias semanas la carretera federal Puebla-Tlaxcala que después fue liberada por el malestar que estaban generando.

 

Los líderes de ese movimiento entre los que apareció el ex auditor del OFS, Luciano Crispín Corona Gutiérrez, empezaron el procedimiento legal para destituir al alcalde José Isabel Badillo, pero no lograron su objetivo y el relevo de autoridades previsto para el 31 de agosto se concretó en el estado y en los 60 ayuntamientos.

 

Pese a que se impugnó el triunfo electoral del también perredista Luis Ángel Barroso, éste finalmente recibió su constancia que lo acreditó como presidente municipal, sin embargo no ha podido asumir el control del inmueble oficial ni de los vehículos del ayuntamiento que fueron retenidos por los inconformes, aunque si trabaja y se desempeña como la autoridad en esa población al grado que ha tenido reuniones con la nueva gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros.

 

El grupo de Corona Gutiérrez insiste en demandar la destitución de las nuevas autoridades de Xicohtzinco. También ha dejado entrever que podrían cambiar de opinión y posición si recibe posiciones en el ayuntamiento como la Tesorería a fin de tener vigilados los movimientos financieros de Barroso Ramírez, propuesta que obviamente ha sido rechazada por ilegal.

 

Si bien la administración menista simuló que atendía el conflicto de Xicohtzinco con reuniones entre las partes que eran encabezadas por el hoy notario José Aarón Pérez, en los hechos nunca se buscó una verdadera solución y menos aplicar la ley.

 

Lo mismo ha pasado ahora que el caso es atendido por el gobierno de la morenista Lorena Cuéllar que encargó ese asunto a su secretario de Gobierno, el ex panista Sergio González Hernández, quien siguiendo la tibia actitud de su antecesor Pérez Carro, descuidó el conflicto donde está involucrado su amigo de parrandas Luciano Crispín Corona, al grado que habría permitido que funcionarios cercanos a él como Mario Cervantes Hernández solicitaron dinero para poner punto final a ese problema como en su momento se quejó el vapuleado edil Luis Ángel Barroso.

 

Ayer, el conflicto registró un giro y se volvió a salir de control luego que trascendiera que el ex alcalde Badillo Jaramillo supuestamente accionó un arma de fuego en contra un familiar tras sostener una discusión por el desacuerdo político-electoral que prevalece en esa población.

 

Los habitantes inconformes volvieron a bloquear la mencionada carretera federal, así como también quemaron vehículos y lanzaron piedras contra la casa del ex presidente municipal.

 

La dejadez mostrada por Sergio González en ese conflicto le puede salir muy cara.

 

No hay nada que negociar. Hubo un proceso electoral y Luis Ángel Barroso ganó los comicios y así fue ratificado y avalado por las diferentes autoridades electorales que conocieron el caso, de ahí que al secretario de Gobierno no le queda otra más que aplicar la ley y garantizar el estado de Derecho en ese municipio.

 

Su tibio llamado emitido anoche para privilegiar el diálogo en busca de una solución llega a destiempo.

 

Condenar los hechos violentos registrados ayer miércoles en el municipio de Xicohtzinco es una postura panista que no sirve de nada si no se tiene voluntad y valor de aplicar la ley.

 

Ayer hubo hechos que se deben investigar y castigar conforme a la ley.

 

El ejercicio del poder no es un juego y Sergio González debe dar resultados. Así de sencillo.

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