Aún no se sabe si los priistas disfrazados de morenistas que se incrustaron en la actual administración estatal actúan con malicia o por torpeza, pero lo que es un hecho es que los productores tlaxcaltecas que reciben algún programa o beneficio de la Secretaría de Fomento Agropecuario (Sefoa) están desesperados ante la incapacidad de los nuevos funcionarios encabezados por el blandengue Rafael de la Peña Bernal y la acaparadora de reflectores Haide Gisela Lucero Zepeda.

 

A un mes de que se llevó a cabo el cambio de funcionarios y se registró el arribo de los lorenistas, el caos y el desorden se apoderó de la Sefoa en donde lo mismo se mueren aves de traspatio por no tenerles cuidado y cumplir con la entrega de las mismas, que también se ha optado por obstaculizar los trámites de ciertas acciones que han puesto a los productores en un dilema porque están a punto de perder recursos económicos por la absurda terquedad de la cuasi secretaria Lucero Zepeda de negarse a validar los trámites bajo el burdo pretexto de que no se están cumpliendo con las reglas de operación.

 

Si bien los tlaxcaltecas beneficiados han buscado establecer pláticas con el secretario en el papel de la Sefoa, Rafael de la Peña, en los hechos ese funcionario que en otras dependencias se desempeñó como chalán de Haide Gisela Lucero, permite que la Secretaría Técnica tome todas las decisiones y maltrate a los productores que no comprenden su comportamiento porque cuando trabajaba para el PRI siempre los ayudaba y facilitaba las cosas, pero hoy que presume ser de Morena sólo les pone trabas.

 

Muchos productores obtuvieron al final de la administración del priista Marco Antonio Mena Rodríguez la carta de autorización de diferentes proyectos a fin de obtener el 50 por ciento de los recursos económicos para adquirir tractores, construir bodegas, instalar invernaderos y otros insumos más, sin embargo los proveedores no han podido concretar la entrega de la maquinaria o no se ha podido concluir con las obras que se iniciaron porque la marianista Haide Gisela Lucero pone muchas trabas para liberar los fondos que le corresponde aportar a la Sefoa, lo cual resulta grave porque el plazo para concretar ese trámite está por vencer.

 

Se sabe que hay productores que han invertido todo su capital y no pueden terminar sus proyectos porque la Sefoa insiste en retener los recursos públicos que debe aportar, lo cual es absurdo porque una funcionaria menor como es la soberbia Haide Gisela Lucero ordena a la marioneta del secretario Rafael de la Peña no flexibilizar las reglas de operación de dicho programa, cuando hay evidencia y pruebas de que los fondos si se invertirán y no se usarán para otro fin.

 

No lo cuente en voz alta para la llegada al sector agropecuario tlaxcalteca de Rafael de la Peña y de la arrogante Haide Gisela Lucero está generando un clima de malestar entre los productores que no descartan mostrar su inconformidad, sobre todo porque el campo sigue siendo marginado y olvidado no sólo por las nuevas autoridades estatales que encabeza la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, sino por funcionarios federales como el representante de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural en Tlaxcala, Misael del Razo, quien ha sido visto en estado de ebriedad en diferentes reuniones donde intenta justificar la nula entrega de apoyos por parte de la administración del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

 

Los priistas con disfraz de morenistas están perjudicando más que ayudando.

 

Por cierto, en donde pronto podría presentarse un escándalo por el presunto encubrimiento que se le pretende dar al adeudo que dejó el ex diputado local José Luis Garrido Cruz, quien se fue sin pagar la unidad automotriz que fue destruida la madrugada del 13 de noviembre del 2020 y que estaba bajo su resguardo.

 

Hoy se sabe que el accidente de ese vehículo no fue provocado por Garrido Cruz, sino por su cercanísima amiga Sandra Ríos, empleada del Congreso que hoy ya logró incrustarse con el legislador de Morena, Rubén Terán Águila, quien pronto será presionado para aclarar ese asunto y requerir el pago de ese auto al ex diputado del PEST, pues como se sabe el seguro no se hizo responsable de ese siniestro porque se comprobó que la persona que manejaba el auto estaba en estado de ebriedad.

 

El diputado que está siendo perjudicado por ese inexplicable encubrimiento es el también morenista Vicente Morales Pérez, pues se quedó sin vehículo oficial porque el que le correspondía se lo adjudicó Rubén Terán.

 

Trascendió que Sandra Ríos es un mujer con un gran poder de seducción, porque a pesar de la falta que cometió sigue cobrando sin ningún problema en el Congreso del Estado y así como fue la consentida de Garrido hoy también goza del buen trato y distinción del presidente de la Junta de Coordinación y Concertación Política, al grado que su hermano Ricardo Ríos que logró su basificación en el Poder Legislativo sigue siendo el responsable de las compras que se realizan, mismas que en ocasiones van cargadas con un sobreprecio para que haya ganancias.

 

Sandra Ríos presume ser tan buena en lo que hace que no duda en mantener contacto con Garrido y al mismo tiempo atender las instrucciones de Terán.

 

Los diputados locales ya enfrentan problemas y escándalos no sólo por el descuido que han tenido en el manejo y declaraciones de los recursos públicos que dispusieron en este mes y que sumaron 270 mil pesos, sino que no saben cómo resolver el caso de los 34 basificados que dejó contratados la pasada legislatura y que implicarán un desembolso de más de un millón de pesos al mes.

 

Para ser el primer mes cometieron muchos errores. Su novatez brilla y deslumbra. A poco no.

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