¿Quién manda en el Puebla?
Teníamos la duda durante las primeras diez jornadas del torneo Apertura 2008, la pugna entre Paco Bernat y Ricardo Henaine dejaba al descubierto que las cosas al interior de La Franja no estaban del todo bien, era la lucha por el poder, una lucha encarnizada, una lucha que lo único que dejó fue muchos damnificados, empezando por el mismo equipo y pasando por el cuerpo técnico, por supuesto no puedo dejar de mencionar a la golpeada afición poblana e incluso a algunos periodistas deportivos que vivían de las dádivas que les escurrían del bolsillo del ex técnico del equipo José Luis Sánchez Solá, muchos, créame, muchos lastimados tanto en lo moral como en lo económico.
Sin embargo, como dice el conocido refrán “a río revuelto ganancia de pescadores”, sí, y es que mientras todos se destrozaban tratando de tomar el control del equipo hubo un personaje que sigilosamente se impuso, se movió con sus conocidos en el ámbito deportivo para sin que se sintiera él manejara los hilos deportivos de la institución, y es que sin saberlo, a Bernat le pusieron una zanahoria que se acabó comiendo, pues cuando llegó el momento de mover al técnico, el tamal ya estaba hecho, incluso cinco nombres en la mesa para solicitarlos a la directiva como refuerzos para el próximo torneo, y es que cuando Paco habla con Carrillo para proponerle dirigir al equipo éste ya tenía muy claro lo que debía decir y lo que tenía que solicitar.
El personaje al que me refiero tenía dos caminos muy bien trazados, el primero era el poder incursionar a la dirección deportiva del club, para desde ese lugar manejar a su antojo todo lo referente a cuestiones técnicas y de refuerzos, y dos, en caso de que esto no sucediera poder tener el control del técnico para desde su perspectiva hacer y deshacer a su gusto.
Mis dudas se despejaron el domingo por la tarde cuando vi llegar al estadio Cuauhtémoc a Mario Carrillo acompañado por su eterno y fiel pistolero, Ernesto de la Rosa, para presenciar el partido entre los Lobos UAP y el Mérida; situarse en el palco principal con el hombre que realmente maneja los hilos de nuestro querido equipo, sí era él, quién más, era Emilio Maurer Espinoza, el hombre que vendió sus acciones para salir del Puebla, pero que en los hechos jamás se fue, y no nada más no se fue, si no que es quien le dicta línea a Carrillo de lo que debe y no debe hacer.
Qué desgracia para Bernat, lo que más odia tiene el control deportivo absoluto de su equipo, ahora entiendo el por qué de la férrea defensa que Emilio ha realizado en diversos medios de comunicación a favor del “Capello” mexicano, en fin, Carrillo prometió catorce puntos cuando llegó, lleva actualmente dos de seis disputados, veremos si le alcanza pues el equipo necesita empezar a sumar de a tres urgentemente, porque si no, Ciudad Juárez se nos va y ya ni llorar servirá de algo.
Lobos reaccionó
Bien dicen que genio y figura hasta la sepultura y ayer los Lobos, bajo la tutela del pintoresco Juan Alvarado, obtuvo un triunfo valiosísimo frente al súper líder de la división de ascenso.
Y es que el equipo se entregó y reflejó el espíritu del nuevo técnico, que si algo lo caracteriza es su enjundia, ganas y agallas para enfrentar aduanas difíciles, ojala sea el inicio de una buena racha para los universitarios que les permita enderezar el rumbo perdido durante los primeros encuentros del certamen. Bien por Juanito. Nosotros como siempre seguiremos en línea. Hasta la próxima.
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