De agua fría
Como balde de agua fría cayó la derrota del Puebla de La Franja frente a las Águilas del América la tarde del domingo en el Estadio Cuauhtémoc. Y es que cuando creemos que se ha logrado todo, cuando sentimos que somos infalibles y que nada ni nadie es capaz de pasar por encima de nosotros, nos encontramos de repente con un muro del tamaño del estadio que nos dice: “por aquí no pasas”, pues siendo sinceros el marcador de 3-2 a favor del América no refleja lo que sucedió en la cancha. Y lo digo literalmente, pues el resultado debió favorecer a los de Coapa en mayor cantidad.
No sé si usted, amigo lector, esté de acuerdo conmigo, pero yo no vi al Puebla de jornadas anteriores. Me pareció que esa garra, esa hambre y ese compromiso que habían mostrado durante las últimas seis semanas escaseó y en serio; y lo peor: esa “maldita” actitud de vedettes, tanto del cuerpo técnico como de los miembros de la directiva, que ya se creen intocables y triunfadores y olvidan que el futbol no tiene mucha memoria, y que un día estás muy arriba y otro día podrías estar muy abajo.
Con esto no quiero decir que cuando el Puebla ganaba y gustaba era el mejor equipo del mundo, y ahora que se perdió es el peor de todos. No, para nada, pero debe servir para tomarse “todos” una pastillita de “ubicatex” para no perder el piso, pues por un lado la famosa “Chiquillada” debe de ponerse a trabajar en lo que sabe, que por cierto lo hace muy bien; y esto es mantener el equilibrio emocional tanto de ellos como del cuerpo técnico y jugadores, y dejarse de chismes y dimes y diretes en los medios de comunicación y ya vanagloriándose de ser muy “fregones”. Ése no es su papel, créanmelo, pues eso sí lo hacen bastante mal.
Por lo que concierne a Chelís, éste debería dedicarse un poco más a estudiar al rival para poner alineaciones adecuadas, y no equivocarse rotundamente como lo hizo frente al América, donde el “novel” Jesús Ramírez le comió el mandado. Yo estoy de acuerdo en que él defienda los intereses de sus jugadores; eso está bien visto, sobre todo al interior del plantel. Pero de eso a meterse como comadre a debatir en los medios tanto con Bernat como contra Henaine, como que en lugar de sumarle, le resta; y créame que le resta mucho, pues en la reunión de la semana pasada en la que estos dos directivos se sentaron para tratar de arreglar sus diferencias, el que se expresó de la fregada de Chelís fue el propio Francisco Bernat, quien lo menos que dijo fue que Chelís era “un perro malagradecido”, pues él le había brindado la oportunidad de ser técnico y que ahora lo desconocía, no le hacia caso. Y lo peor: que hablaba mal de él en todas partes. Además aseguró que si él al final le compraba su porcentaje a Henaine, Sánchez Solá sería el primero en abandonar la institución, lo cual nos habla ya del divorcio entre ambos personajes, y también nos dice que lo mejor está por verse. Sin embargo, yo en lo personal no comparto el punto de vista de Paco, pues si bien es cierto que éste le brindó la oportunidad a Chelís, también es cierto que éste le ha respondido con creces, pues le ha ascendido al equipo y se lo ha mantenido en el máximo circuito, por lo que creo que en ese aspecto están más que a mano.
En cuanto Henaine y Bernat, pues creo que hay que dejarlos que arreglen ellos sus problemas sin que nadie se meta, pues es obvio que al final llegarán a un acuerdo. Bueno o malo, no lo sé, pero lo que sí sé es que los que se metan en medio de ellos dos saldrán al final trasquilados. Y si no, al tiempo.
Por otro lado, es un buen momento para que la escuadra Camotera reflexione y se den cuenta que este equipo, si no se rompe el alma partido a partido, será bien difícil que pasen más allá de haberse salvado del descenso y de haber sido sólo una «llamarada de petate». Está en ellos y de ellos también depende. Ojalá a esta derrota se le saque jugo y se aprenda rápido de los errores cometidos. Nosotros los aficionados poblanos seguiremos con la llama de la esperanza prendida, así es que veremos y diremos.
Nosotros, como siempre, seguiremos en línea. Hasta la próxima.