Nopalucan es un caso que ilustra la descomposición política —auspiciada por la obligatoria cuota de género que deben cumplir partidos políticos— y la penetración de la delincuencia en varios municipios de la entidad a causa de las elecciones.
Su actual presidente municipal, Porfirio Peralta Benítez, intentó reelegirse, pero por encontrarse en el padrón de violentadores no pudo hacerlo, por lo que mandó a su esposa Raquel Casal Pasquelli —la mujer que lo acusó ante la Fiscalía del Estado de violencia familiar— como candidata del partido Fuerza por México, aliado de la Cuarta Transformación poblana. Raquel Casal se vio envuelta el sábado, por cierto, en un incidente violatorio de la Constitución y las leyes electorales al regalar imágenes religiosas —una Virgen de Guadalupe vestida de rosa—, además de tamales de dulce, atoles de fresa y conchas de color rosa en el parque de la parroquia central de Nopalucan.
Para el presidente municipal Porfirio Peralta el intento de heredarle el cargo a su esposa ha resultado complicado, pues el viernes que se presentó en la junta auxiliar de Rincón Citlaltépetl los vecinos terminaron corriéndolo por el abandono en que los tiene y porque nunca regresó a la comunidad a cumplir sus promesas de campaña.
El ayuntamiento de Nopalucan es el reino del nepotismo, pues el secretario general Ángel Romero Benítez es primo del alcalde; la tesorera Sandra Casal Tzompantzi su cuñada, y su hijo Porfirio Peralta Casal el coordinador de Comunicación Social. Otros dos de sus hijos —Carlos Alberto y David Peralta Casal— también están en la nómina municipal, uno de ellos adscrito al CECADE del Centro de Salud y Servicios Ampliados (CESA).
Los otros candidatos a la presidencia municipal están igual o peor.
Rogelio Roque Torres, el abanderado de Morena y PT, va por su tercer periodo como presidente municipal. El primero fue como priista en la gestión del gobernador Mario Marín Torres; y el segundo de 2014 a 2018 por el PAN, justamente en los gobiernos de Rafael Moreno Valle y José Antonio Gali.
El otro candidato con posibilidades es el perredista Norberto Saldaña, nominado por el PAN, PRI y PRD. Sin embargo, en la región tiene fama de estar vinculado a grupos delincuenciales dedicados al robo de transporte.
De hecho en septiembre de 2022 se vio envuelto en un enfrentamiento a tiros en el que murió su novia María del Carmen, a la entrada de Santa María Ixtiyucan, donde en septiembre de 2018 mataron a Félix Aguilar Caballero “El Tanque”, alcalde electo surgido del PVEM.
Norberto Saldaña es el dirigente de la CTM en Nopalucan, pero peleado con Arturo Soto Martínez, líder cetemista de Lara Grajales y hermano del secretario general de la CTM en la entidad, Leobardo Soto Martínez.
Otra cuestión que ensombrece el proceso electoral y el intento reeleccionista del alcalde Porfirio Peralta en Nopalucan a través de su esposa, es la presencia de maleantes que cobran en el ayuntamiento, como “El Munición” Roberto Martínez Israel y “El Mayoneso” Rigoberto Martínez, quienes a decir de empleados municipales cobran como regidores sin serlo.
Este oscuro panorama de Nopalucan no es, para desgracia de Puebla, un caso aislado. Para nada. Es un fenómeno que se replica en otros municipios de la región, de la Sierra Norte y la Mixteca poblana, donde células del crimen organizado han sentado sus bases o quieren tomar el control absoluto de los ayuntamientos y ya no sólo de sus policías.
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