A juzgar por las primeras declaraciones de la vecina de Eduardo Rivera Pérez, los delincuentes que se metieron a su casa sí iban por el candidato del PAN a la gubernatura de Puebla la noche del sábado 4 de mayo, cuando la golpearon junto con dos de sus hijas.
Aquí tres fragmentos tomados de los relatos que hizo en el Informe Policial Homologado (IPH) y que ratificó ante el Ministerio Público en la carpeta de investigación que se integró sobre el caso.
“… de manera insistente me seguía preguntando por mi marido y dijo ‘sabemos que llega por las noches muy tarde, en cuanto entre le volamos la cabeza’”.
“… ‘maldita perra ya dime a qué hora llega el presi, que le vamos a volar la cabeza, maldita’. Al escuchar esto entendí que se habían equivocado de casa puesto que el expresidente municipal Eduardo Rivera es mi vecino y vive en la casa de enfrente”.
“Luego me preguntó ‘¿dónde están tus dos hijos?’, y yo le dije ‘no tengo hijos’, en ese momento me volvió a pegar de puñetazos en mis costillas y me dijo ‘no mientas maldita perra o te va a cargar la chingada’”.
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Edurne Ochoa Ledesma fue relevada como candidata a diputada federal suplente de Nora Yessica Merino Escamilla en el distrito 12 de Puebla por la coalición Sigamos Haciendo Historia.
En su lugar fue nombrada Zaira González Gómez, exsecretaria adjunta a la presidencia del Comité Directivo Estatal del PRI, expresidenta de la estructura digital del PRI MX en el estado de Puebla y secretaria técnica del Comité Municipal de Puebla.
Los enterados aseguran que si Morena gana las elecciones del 2 de junio y si Nora Merino gana su distrito federal, es probable que ésta sea convocada al gobierno del estado o al ayuntamiento de Puebla para que Zaira González se convierta en legisladora del Congreso de la Unión.
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Trivia:
¿Qué vocero de campaña de Morena en Puebla estaría hoy en la cárcel por la denuncia que en 2015 le presentó su pareja por los delitos de violación, violencia familiar, lesiones y amenazas en la averiguación previa número AP-1743/2015/AESEX?
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Un detalle menor que los colaboradores de Alejandro Armenta han descuidado sobre su perro Tommy, que suele acompañarlo a sus actos de campaña, es que éste a veces es fotografiado con un collar de castigo.
El tema lo saco a colación porque los animalistas han apuntado que este tipo de collares provoca daños físicos y psicológicos a los perros.
Con este comentario no quiero decir que el golden retriever del candidato de Morena a la gubernatura sea un perro maltratado. Para nada. Las evidencias muestran que se trata de un peludo cuidado y hasta consentido.
Sólo que Armenta debería evitar el uso de collares de castigo, sobre todo si va a hablar del bienestar animal ante médicos veterinarios, integrantes y directivos del Movimiento Animalista de Puebla.
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