Un grave, gravísimo problema, viene incubándose en los organismos electorales federales y locales que vienen haciéndose de la vista gorda con las recurrentes violaciones a la legislación electoral, cometidas por aspirantes y partidos políticos con el inequívoco propósito de posicionarse y sacar ventaja sobre sus adversarios de cara al proceso electoral del primer domingo de junio de 2024.
A nivel federal y estatal hay precandidatos que están en abierto proselitismo, pidiendo el voto fuera del tiempo legal permitido, y promocionándose en espectaculares y bardas, incluso usando el mobiliario urbano y las estructuras de gobierno, sin que las autoridades competentes hagan algo para impedirlo.
Esta simulación, que raya en la complicidad, tarde o temprano cobrará factura a los consejeros del INE, del IEE y demás OPLES, así como a los magistrados de los tribunales estatales, y de las salas regionales y de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), que no han aplicado la ley, ni sancionado a los infractores.
Las autoridades electorales han perdido autoridad, legitimidad y objetividad, condiciones que podrían hacerles falta si, como es altamente probable, el proceso termina siendo rudo, muy competido y arrebatado.
Con qué autoridad moral estos consejeros y magistrados van a llamar al orden, a la legalidad y a la certeza si no han sabido o no han querido aplicar la ley, y han convalidado con su pasividad, complicidad y cobardía las acciones proselitistas de los precandidatos, con el prurito de que no son precandidatos sino aspirantes; las precampañas y los mítines proselitistas, llamándolos eufemísticamente recorridos y asambleas informativas, y los actos anticipados de campaña con el choro de que las “corcholatas” de Morena no compiten por la candidatura presidencial sino por la coordinación de la defensa de la Cuarta Transformación, y los del bloque opositor no quieren elegir candidato presidencial sino al responsable de construir el Frente Amplio por México.
¡Pura simulación!
En Puebla tal disimulo, esta manera de la autoridad electoral de «hacerse wey» y no sancionar a quienes violan la ley promocionándose en espectaculares y bardas puede resultar caótico considerando el número de distritos locales (26) y municipios (217) con que cuenta la entidad.
Si el IEE no pone un alto, ordena el retiro o cancelación de esa propaganda y multa a las empresas y aspirantes que se prestan a los actos anticipados de campaña, pronto se verá rebasado y nadie absolutamente le hará caso cuando arranque formalmente el proceso.
¿Quién gana en ese escenario de caos, de ley de la selva? Ganan los más fuertes, los que más dinero tienen y los de menos escrúpulos, a costa de la legalidad, la democracia, la equidad, la rendición de cuentas y la justicia.
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A propósito.
Otro precandidato a la presidencia municipal de Puebla que ya también se publicita en espectaculares, además de Pepe Chedraui Budib, que ya aclaró que busca ser candidato, pero no del PRI ni del Frente Amplio, es el secretario de Trabajo, Gabriel Biestro Medinilla. Este usó como plataforma una revista insulsa y absolutamente desconocida Líder IN.
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