Un libro de obligada lectura en la actual coyuntura electoral es el Víctor Reynoso titulado “Algo sobre el cambio político en Puebla. Congreso, autoritarismo y elecciones de gobernadores”, que la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP) acaba de imprimir y poner en circulación.
Varias son las conclusiones que pueden extraerse de ese texto de cara a los comicios locales del 2024 para gobernador, diputados al Congreso del Estado y presidentes municipales.
Una que puedo deducir de la lectura de los capítulos 5 “Las elecciones de gobernador en Puebla” y 9 “Dos elecciones extraordinarias, dos elecciones espejo: 2018 y 2019”, es que el virtual candidato de la Cuarta Transformación a la gubernatura de la entidad, Alejandro Armenta Mier, difícilmente podrá cumplir la promesa de obtener 2 millones de votos.
No hay cómo.
En las elecciones presidenciales de 2018, donde Andrés Manuel López Obrador se llevó el 57% de los votos en Puebla, éste sacó 1 millón 754 mil sufragios.
Los candidatos a senadores de Morena-PT y PES en esa misma elección federal, Alejandro Armenta Mier y Nancy de la Sierra Arámburo, obtuvieron 1 millón 440 mil votos, y los diputados federales de mayoría relativa 1 millón 380 mil.
En cambio, el candidato a gobernador de la coalición Juntos Haremos Historia, Luis Miguel Barbosa, logró 1 millón 31 mil sufragios.
A Miguel Barbosa todavía le fue peor en las elecciones extraordinarias del año siguiente tras la trágica muerte de la gobernadora Martha Erika Alonso el 24 de diciembre de 2018.
En esas elecciones Barbosa obtuvo apenas 687 mil votos.
¿Cómo le hará Alejandro Armenta para conseguir en las elecciones del próximo año 2 millones de votos para la Cuarta Transformación, es decir el doble de la votación de Barbosa en 2018 y el triple de la votación de Barbosa en 2019?
De entrada, se ve difícil que Claudia Sheinbaum o el propio Alejandro Armenta puedan repetir la hazaña de López Obrador. Nunca antes en la historia de Puebla un candidato presidencial había sacado 1 millón 754 mil sufragios.
Mientras a nivel nacional AMLO captó el 53.2% de los votos en el proceso de 2018, en Puebla consiguió el 56.9% en esa misma elección.
¿A poco Claudia Sheinbaum y Alejandro Armenta son tan populares y carismáticos para arrasar en Puebla a los candidatos del Frente Amplio por México: Xóchitl Gálvez Ruiz y Eduardo Rivera Pérez?
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A propósito de lo que aquí le conté la semana pasada, respecto a las quejas presentadas ante el Consejo de la Judicatura en contra de dos magistrados del Segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal del Sexto Circuito, me hacen llegar la siguiente información sobre otros casos de nepotismo cruzado.
Otro caso de nepotismo en el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal del Sexto Circuito es el de la secretaria de Proyectos Gabriela Vélez, hija del magistrado en jubilación Manuel Vélez Barajas, a quien se le inicio una investigación en el Consejo de la Judicatura Federal por favorecer a familiares: hijos, sobrinos y ahijados.
Esa investigación resultó fundada, y por ello fue cambiado de adscripción al estado de Tlaxcala, lugar donde heredó su plaza a su yerno, el magistrado Juan Pablo Rivera.
Gabriela Vélez tiene una comadre que también labora en el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal del Sexto Circuito: Nérida Melchor, hija de quien fue chofer del magistrado Obregón Lemus.
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