Si algo demostró el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, en la ordenación episcopal de Francisco Javier Martínez Castillo como obispo auxiliar, que tuvo lugar este jueves al mediodía en el Centro Expositor, es un gran poder de convocatoria.
Y no lo digo porque a la misa de consagración hayan asistido unas nueve mil personas, contando al secretario de Gobernación del estado, Javier Aquino Limón, a los rectores de la BUAP y la UPAEP, Lilia Cedillo Ramírez y Emilio José Baños, a los candidatos a la gubernatura de las dos coaliciones Alejandro Armenta Mier y Eduardo Rivera Pérez, así como a dirigentes empresariales y partidistas, y legisladores locales y federales de diferentes grupos parlamentarios.
Para nada. Me refiero a la convocatoria que tuvo entre la cúpula eclesiástica católica, pues a la ceremonia no solo acudió el nuncio apostólico, Joseph Spiteri, y el cardenal emérito Norberto Rivera Carrera, sino ¡25! obispos de distintas diócesis del país.
El nombramiento del obispo auxiliar Francisco Javier Martínez es importante en función de varios factores: uno es que goza de la absoluta confianza de don Víctor Sánchez, quien lo ha promovido como vicario parroquial, vicerrector de la Catedral, director del Centro de Difusión de la Divina Misericordia y portavoz oficial de la Arquidiócesis de Puebla.
Otro factor es que don Víctor se acerca a la edad del retiro, le faltan dos años para cumplir 75, y el nuevo obispo auxiliar tiene 49 años cumplidos.
Es decir, cuenta con la edad adecuada para ser designado en alguna diócesis como obispo titular y luego para ser promovido a una diócesis de mayor jerarquía como la de Puebla.
Felicidades al nuevo obispo auxiliar, quien se desempeñaba como párroco de Nuestra Señora de Guadalupe, cuya imagen bordada ayer lució en su túnica de ordenación.
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De candidatos y cosas peores
No lo cuente en voz alta pero varios presidentes municipales en funciones serán nombrados candidatos de Morena y sus partidos aliados para llegar al Congreso del Estado como diputados de mayoría relativa.
Algunos serán siglados por Morena, otros por el PVEM y otros por el PT, Nueva Alianza y Fuerza por México.
Lo interesante es que algunos de estos presidentes municipales podrían llegar, en caso de ganar, a presidir las principales comisiones de la LXII Legislatura local, entre ellas la Junta de Gobierno y Coordinación Política, sobre todo si salen como abanderados de Morena.
Uno al que no hay que perder de vista es el de Teziutlán, Carlos Peredo Grau.
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Este fin de semana o el lunes de la siguiente, la dirigencia nacional del PRI, entiéndase Alejandro Moreno Cárdenas “Alito”, podría despejar la duda sobre quién será el priísta o la priísta que encabezará la primera fórmula al Senado de la República por el estado de Puebla.
Lo más probable es que esa candidatura de la coalición Fuerza y Corazón por México recaiga en un hombre, lo cual podría favorecer al actual presidente del Comité Directivo Estatal del PRI, Néstor Camarillo Medina.
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En Atlixco la candidatura de la Cuarta Transformación a la presidencia municipal será siglada para el Partido del Trabajo (PT) y recaerá en una mujer, lo que significa que Ariadna Ayala Camarillo se reelegirá para un segundo periodo.
La decisión tiene su fundamento en varias encuestas que lo colocan por encima de otros aspirantes de Morena a la alcaldía atlixquense.
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