Sueldos y burocracia

Un tema recurrente en cada elección presidencial es la obesidad del aparato burocrático y la necesidad de que éste se reduzca, lo mismo que los sueldos y salarios de alta burocracia.

Antes de que el PAN fuera gobierno siempre ofreció que de llegar al poder eliminaría o fusionaría algunas secretarias y dependencias, amén de que congelaría o recortaría los sueldos de los funcionarios de primer y segundo nivel, que no pocos casos rebasan a los de sus homólogos de Estados Unidos y otros países desarrollados.

Después de casi dos sexenios, es evidente que los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón no sólo faltaron a su palabra, sino que incrementaron el tamaño y costo del aparato burocrático.

Pretextos y justificaciones les sobran.

Ahora que México está inmerso en otra campaña presidencial, el precandidato del bloque de partidos de izquierda, Andrés Manuel López Obrador, ha retomado el tema y propuesto, como parte de su plataforma electoral y programa de gobierno, reducir a la mitad el sueldo del presidente y de todos aquellos funcionarios de nivel de director general hacia arriba.

El renovado y amoroso Peje promete también suprimir las millonarias pensiones de los ex presidentes de la República, acabar con los privilegios de la burocracia dorada y cancelar los bonos, viáticos, cajas de ahorro especiales y servicios médicos privados que hoy gozan los más altos funcionarios del gobierno federal.

En el discurso suena bien, pero López Obrador tendría que explicar los cómos.

Personalmente creo que esta acción es viable, sobre todo si se analiza a la luz de lo que el presidente y sus secretarios de Estado perciben en sueldo y prestaciones, en comparación con otros funcionarios del mundo que desempeñan las mismas funciones y tienen similares responsabilidades.

Según datos de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) y el Instituto Federal de Acceso a la Información Pública (IFAI), el salario promedio de los secretarios de Gobernación, Hacienda, Seguridad, Educación, Salud y Medio Ambiente de México supera al de los ministros de las mismas carteras de países como Estados Unidos, Bélgica, Suecia y Australia.

Mientras los secretarios mexicanos ganan más de 205 mil dólares anuales, sus pares de Suecia perciben casi la mitad —110 mil dólares— y los de Estados Unidos 155 mil.

Otros ministros con ingresos menores a los que obtienen los mexicanos son los belgas, que alcanzan los 203 mil dólares anuales; los chilenos y los austriacos, que ascienden a 153 mil y 140 mil, respectivamente. 

¿Es esto justo?

Ciertamente no. En teoría ningún funcionario debería ganar más que el presidente de la república, pero los casos que violentan este decreto, de agosto de 2009, se publican todos los días sin que nada pase y nadie se sorprenda.

Son, digámoslo eufemísticamente, parte de la cotidianidad kafkiana del México real.

Si López Obrador de veras quiere que le creamos que va recortar su sueldo y el de sus principales funcionarios a la mitad, primero debería explicarnos cómo lo haría y cómo logrará que los diputados y senadores de los partidos que lo apoyan —PRD, PT y Convergencia— sigan su ejemplo.

Cuándo y cómo sus seguidores en el Congreso de la Unión, los congresos estatales, y en los gobiernos estatales y ayuntamientos nos pondrán la muestra de que lo que propusieron en su plataforma registrada ante el Instituto Federal Electoral va en serio.

De lo contrario difícilmente esta promesa de campaña puede ser tomada en serio, pues una cosa es que sea viable la reducción de sueldos de alta burocracia mexicana, y otra muy diferente que las huestes lopezobradoristas vayan a ser consecuentes con este supuesto compromiso de la coalición Movimiento Progresista si es que ganan las elecciones.

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Este miércoles podría ser relevado de la Subsecretaría de Educación Básica de la SEP federal el yerno de la profesora Elba Esther Gordillo Morales, Fernando González Sánchez.

Aunque su salida estaba más que cantada como resultado de la coalición del Panal con el PRI y la inminente postulación de Fernando González como candidato a legislador por el estado de Sinaloa, la verdad es que el movimiento se tenía previsto para finales de enero del próximo año.

El nuevo subsecretario de Educación Básica podría ser Francisco Ciscomani Freaner, quien hasta hoy se desempeña como Titular de la Unidad de Planeación y Evaluación de Políticas Educativas de la SEP.

Francisco Ciscomani llegó a la SEP junto con Alonso Lujambio Irazábal, con quien laboró en el Instituto Federal de Acceso a la Información Pública (IFAI) como secretario de Acuerdos y Abogado General.

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Simón dice:

“Vamos juntos a construir una República amorosa”

Andrés Manuel López Obrador, al conocer los resultados de las encuestas que lo favorecían para ser el candidato de la izquierda.