La sombra del marinismo se cierne sobre el Colegio de Notarios
Al Colegio de Notarios del estado de Puebla le cayó como anillo al dedo este segundo confinamiento que provocó que la asamblea general ordinaria —prevista para el sábado 16 de enero— donde se elegiría al Consejo Directivo de esta organización, se pospusiera hasta el 20 de febrero.
Dos son los candidatos que hasta el momento se han apuntado para encabezar el Consejo de Notarios durante los dos próximos años. Uno es el presidente saliente del Colegio Antonio Oropeza Barbosa, que tiene como padrino político al asesor jurídico externo del gobernador, Florencio Madariaga Granados.
El otro es el notario público número 37 de Puebla capital Carlos Alberto González César, hijo del que fuera director de Tránsito del estado en el sexenio del gobernador Guillermo Jiménez Morales, José Manuel González Salgado
Este último es el gallo del disminuido consejero jurídico del gobierno del estado, Ricardo Velázquez Cruz.
La verdad es que ninguno de los dos termina de convencer, pues ambos son percibidos como candidatos débiles que no representarían genuinamente al gremio, sino los intereses de Florencio Madariaga y de Ricardo Velázquez.
La detención de Mario Marín Torres en Acapulco y su encarcelamiento en Cancún es un factor que merma la credibilidad de los aspirantes a presidir el Colegio de Notarios, pues Oropeza Barbosa fue presidente del Tribunal Electoral del Estado en tiempos del ex gobernador y Ricardo Velázquez su abogado y defensor ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJ).
De ahí que no sería raro que en las próximas dos semanas surja una tercera opción, alejada de la sombra marinista que hoy cubre al presidente saliente del Colegio y al titiritero del notario público número 37.
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¿Sabe usted cuánto pagó el ayuntamiento de San Pedro Cholula presidido por Luis Alberto Arriaga Lila por el diseño de un logotipo y su registro?
¡Sorpréndase!
Más de 450 mil pesos en dos pagos. Uno de 417 mil 600 pesos que hizo al despacho Publicidad y Diseño Kore SA de CV, por la creación del logotipo «Sal a pasear” y un segundo de 34 mil 800 pesos a Juan Pablo Chávez Espina por el registro de esta marca.
Dicho gasto es a todos luces excesivo, a la luz de lo que pagó el ayuntamiento de Puebla, presidido por Claudia Rivera Vivanco, por el diseño del logotipo de su administración municipal: 30 mil pesos.
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