LA CORTE DE LOS MILAGROS

Adquisiciones públicas bajo la lupa 2019-2020

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Este martes se presentó un libro editado por la organización Puebla Contra la Corrupción y la Impunidad que es una buena radiografía de lo que sucede con el gasto público destinado a compras de bienes y servicios, y a obra pública en el gobierno del estado, de manera particular en la gestión de Luis Miguel Barbosa.

Se trata de una investigación que —a contracorriente del discurso oficial que presume rendición de cuentas, eficiencia y eficacia en el gasto— refleja la gran opacidad y la enorme discrecionalidad de las dependencias y entidades del sector público estatal para hacer contrataciones, y la complicidad de las instancias locales encargadas de velar por la transparencia.

Según el trabajo de Iztel Jiménez Sergio Mastretta, hay por lo menos 3 mil 883 millones de pesos que se han adjudicado de manera directa en los dos últimos años, lo que equivale al 4% del presupuesto anual del estado, y 225 contratos por 3 mil 21 millones de pesos que se han asignado fuera de norma, rebasando el monto autorizado en la Ley de Egresos para adjudicaciones directas, que es de 2.1 millones de pesos.

El libro Adquisiciones públicas bajo la lupa 2019-2020 revela y documenta cómo la emergencia sanitaria provocada por el Covid le cayó como al anillo al dedo a la Cuarta Transformación de Puebla y ha sido el pretexto para burlar la Ley de Adquisiciones y evitar las licitaciones públicas, mediante procedimientos que tendrían que ser la excepción y que en la administración barbosista son de lo más socorrido: los concursos por invitación y las adjudicaciones directas.

De los más de 8,500 millones de pesos que, según el Presupuesto de egresos, gastó el gobierno del estado en adquisiciones públicas en 2020, sólo se ha transparentado menos del 20%, es decir 1 mil 609 millones de pesos.

De acuerdo con las gráficas y cuadros comparativos de esta investigación, 1 de cada 4 contratos suscritos por las dependencias estatales (entiéndase las secretarías del Ejecutivo) se adjudicó de manera directa en 2019, y casi 4 de cada 10 en 2020.

En los organismos públicos descentralizados el panorama es aún peor. En 2019, el 35.2% de las compras fueron por adjudicación directa y en 2020, el 59.4%, algo que contrasta con lo dicho el viernes por las secretarias de Administración y Finanzas, en sus comparecencias ante comisiones del Congreso del estado.

En su presentación, la titular de la Secretaría de Administración, Rosa Urtzuástegui Carrillo, informó a los diputados, que ese día le aplaudieron como focas, que el 89% de la obra pública del estado se licitó públicamente, y sólo el 11% se asignó directamente, y que el 80% de las contrataciones de bienes y servicios del año pasado se dio por licitación pública y únicamente el 20% por adjudicación directa.

El libro que la tarde de este martes se presentó y comentó por sus autores además del periodista Ernesto Aroche y el que esto escribe, muestra una realidad absolutamente distinta al mundo feliz de las funcionarias. Refleja, con base en información parcial que ha sido transparentada de 2019 y 2020, que mientras las licitaciones públicas disminuyeron, las compras discrecionales aumentaron.

De lo transparentado en 2020, las adquisiciones de las dependencias ascienden a 772.2 millones de pesos, y las de las entidades, a 837.5 millones de pesos.

De esta cifra de 772.2 millones de pesos, 292.1 millones de pesos, es decir casi el 38%, fueron adjudicaciones directas.

Mientras en 2019 las adjudicaciones directas representaron el 24% del total de las compras transparentadas, en 2020 éstas se elevaron a 38%.

En las entidades u organismos públicos descentralizados la situación es aún peor.

Las licitaciones públicas bajaron de 58 a 4% entre 2019 y 2020; los concursos por invitación subieron de 7 a 37% y las adjudicaciones directas de 35 a 59%, según la información transparentada.

La investigación, que se puede descargar de manera gratuita en el portal de Puebla Contra la Corrupción y la Impunidad no pone la lupa en la totalidad de las adquisiciones realizadas por el gobierno del estado en los últimos dos años sino sólo en aquellos procedimientos que se han publicado. Sin embargo, este botón que equivale apenas al 19% de las adquisiciones, confirma que la 4T de Puebla está muy lejos de cumplir lo que ofreció en campaña y falsamente presume en sus conferencias mañaneras: transparencia y rendición de cuentas, honestidad valiente y cero corrupción.

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