LA CORTE DE LOS MILAGROS

De panistas que juegan doble y priístas que también abandonan a su candidato

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En el Partido Acción Nacional tienen la fundada sospecha de que la guerra interna que busca anular la candidatura de Enrique Cárdenas Sánchez a la gubernatura de Puebla tiene su origen en la Secretaría General de Gobierno (SGG), a cargo de Fernando Manzanilla Prieto, y en el ex gobernador José Antonio Gali Fayad.

Y que éstos se están valiendo de idiotas útiles como Neftalí Salvador Escobedo Zoletto, Pedro Gutiérrez Varela, Blanca Jiménez Castillo, Fred Ortega y su esposa Alicia López Castro, y Sulpicio Marcelino Perea Marín para desacreditar la candidatura de Enrique Cárdenas y la gestión de Genoveva Huerta Villegas como presidenta del Comité Directivo Estatal (CDE) del PAN.

En este contexto hay que inscribir la renuncia de Salvador Escobedo como secretario general del CDE del PAN, los acercamientos de ciertos panistas como el magistrado Roberto Grajales Espina con el morenista Luis Miguel Barbosa, las críticas de algunos consejeros estatales como Blanca Sánchez, del municipio de Esperanza, y Fred Ortega, de Xicotepec, en contra de la dirigente estatal panista Genoveva Huerta, y los juicios y recursos legales contra la candidatura de Enrique Cárdenas promovidos por ilustres desconocidos como Sulpicio Perea.

La renuncia de Escobedo Zoletto

Al interior de la dirigencia estatal del PAN la renuncia de Salvador Escobedo ya se esperaba. Éste dejó de asistir con regularidad a su oficina de la colonia Bugambilias y también de recibir información confidencial desde que trascendió que parte de ella se estaba filtrando al ex coordinador de la fracción del PAN en el Congreso del estado, Marcelo García Almaguer, al ex gobernador José Antonio Gali, y al titular de la SGG, Fernando Manzanilla.

Por esa razón, cuentan que los cuestionamientos del todavía secretario general a su homólogo nacional, Héctor Larios Córdoba, en el sentido de que el CEN se había burlado de los órganos estatales al designar a Enrique Cárdenas sin considerar siquiera la terna propuesta por los consejeros de Puebla, integrada por Guillermo Velázquez, Francisco Fraile y Blanca Jiménez, no tuvieron el eco esperado.

La dirigencia nacional panista tiene la sospecha de que el ex gobernador Gali Fayad no está siendo un autor ajeno al proceso electoral en curso, ni a las deserciones de militantes panistas.

Esta visión también es compartida por la dirigencia estatal panista que ya detectó el doble juego de algunos consejeros estatales, como Fred Ortega, de Xicotepec de Juárez, que por un lado la acusan de excluyente y critican su actuación al frente del PAN, y por otro se dejan ver en reuniones y mítines con el precandidato de Morena a la gubernatura, Luis Miguel Barbosa.

Algunos de estos consejeros, por cierto, están plenamente identificados con el grupo del magistrado del Tribunal Superior de Justicia, Roberto Grajales Espina, quien hace unos días solicitó a Genoveva Huerta 14 espacios pagados en el Comité Directivo Estatal del PAN.

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El Grupo Renovación del PRI está en vías de desintegración por culpa de uno de sus integrantes: Alberto Jiménez Merino, quien la semana pasada fue designado candidato a la gubernatura de Puebla.

Los miembros del grupo habían convenido con Jiménez Merino que Juan Manuel Vega Rayet llegaría a la dirigencia estatal del PRI, sin embargo el candidato cedió esa posición al ex delegado de la Sedesol, Lorenzo Rivera Sosa.

Ese incumplimiento generó tal malestar y decepción que algunos de sus integrantes como Germán Sierra Sánchez y Guillermo Deloya Cobián decidieron romper lanzas con Jiménez Merino y abandonar el Grupo Renovación.

Y dicen que se van convencidos de que el ex delegado de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) no sólo incumplirá ese acuerdo, sino que estará supeditado a los intereses del ex gobernador Mario Marín.

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