El dirigente estatal del Partido Acción Nacional (PAN), Mario Riestra Piña, sigue sin definir a quién nombrará como coordinador del grupo parlamentario en la LXII Legislatura del Congreso del estado.
Antes de ganar las elecciones internas del 15 de diciembre, le dijo al actual coordinador, Marcos Castro Martínez, que si ganaba la presidencia del Comité Directivo Estatal (CDE) lo ratificaría.
Sin embargo, parece que ya se arrepintió de esa promesa o que sus aliados no están de acuerdo con ella, debido a que Marcos Castro fue el secretario general de la dirigencia estatal saliente.
De los cinco diputados que integran el grupo parlamentario del PAN, Mario Riestra preferiría a su hermana Susana del Carmen, pero por razones obvias no puede ni debe nombrarla por las críticas que se le vendrían con esa designación dentro y fuera del partido.
A Celia Bonaga Ruiz ya le retiró el nombramiento que la anterior presidenta del PAN, Augusta Valentina Díaz de Rivera Hernández, le dio al final de su gestión como coordinadora parlamentaria. Bonaga está plenamente identificada con el grupo político al que Mario Riestra le arrebató el CDE, por lo que está totalmente descartada.
Otra diputada que tampoco tiene ninguna posibilidad es Luana Armida Amador Vallejo debido a que no ejerce ningún liderazgo dentro de la fracción panista. Ni sus propios compañeros de bancada la aceptarían.
El único que le queda es Rafael Alejandro Micalco Méndez, quien ya tuvo esta coordinación en la pasada Legislatura y ha sido dos veces presidente del CDE.
Micalco sí tiene influencia y ascendencia sobre sus compañeros de fracción y sería un voz crítica e inteligente del PAN en el Congreso, que ni Riestra podría controlar o silenciar.
Y ese es uno de los inconvenientes de Micalco; el otro es que éste promovió ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) un juicio no en contra Mario Riestra, sino del método extraordinario por medio del cual fue designado.
Cobran cuotas a diputados
La nueva tesorera del CDE del PAN, Alejandra Escandón Torres, envió a los cinco diputados locales de su partido un oficio cobrándoles sus cuotas, que equivalen al 10% de su dieta.
Según este porcentaje, cada legislador panista tendría que abonar mensualmente a su partido la suma de 5 mil 800 pesos, por lo que su adeudo al 15 de enero de este año asciende a 23 mil 200 pesos.
Hay que decir que durante la gestión de Augusta Díaz de Rivera al frente del Comité Directivo Estatal ningún diputado local del PAN pagó cuotas.
Los legisladores panistas están por enviarle un oficio de regreso a la tesorera, aceptando el pago de la cuota, pero pidiéndole les explique cómo la dirigencia estatal les retribuirá el 2% de lo que se recaude como apoyo a la fracción parlamentaria del PAN.
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