Más allá de quién se beneficiaría o quién saldría perjudicado por la celebración de un debate de candidatos a la presidencia municipal de Puebla, creo que ese ejercicio democrático debería ser organizado por el Instituto Electoral del Estado (IEE) para dar a los votantes herramientas y elementos para ejercer su sufragio de manera razonada y responsable.
La excusa de la consejera presidenta del IEE, Blanca Yassahara Cruz García, de que por el momento no habrá debate porque dos de los tres candidatos no respondieron ni confirmaron la invitación que se les hizo para contrastar ideas, propuestas y sus proyectos de gobierno, no es una buena razón para cerrar la puerta a este ejercicio que debería ser obligatorio.
Los consejeros electorales tienen la misión de garantizar a los ciudadanos el derecho a votar y ser votados, de contribuir a que éstos conozcan las propuestas de los candidatos y las plataformas de los partidos y coaliciones que los postulan, de procurar el voto informado y de que el ejercicio de sufragar se dé en las mejores condiciones de libertad, igualdad y seguridad.
Por ello no se justifica que el IEE eluda o evada su responsabilidad de generar las condiciones que permitan a los ciudadanos no sólo emitir su voto, sino hacerlo por el candidato, partido o coalición que los llene ideológicamente, por el que crean que tiene las mejores soluciones o es el más preparado y experimentado para resolver los problemas del municipio, mediante debates donde los candidatos puedan presentar sus propuestas y argumentar por qué estas serían más efectivas y eficaces que las de sus contrincantes.
Los consejeros y en especial la consejera presidenta del IEE deberían ser más proactivos, pensar más en los ciudadanos que en los partidos y en anteponer el interés general de los votantes a los intereses particulares de los candidatos.
Por qué si a nivel nacional el Instituto Nacional Electoral (INE) fue capaz de organizar tres debates presidenciales, el Instituto Electoral de la Ciudad de México de promover tres debates con los candidatos a la Jefatura de Gobierno de la capital del país, el IEE no puede llevar al menos uno de candidatos a la presidencia municipal de la quinta ciudad más poblada de la República Mexicana.
Los argumentos que parten de la hipótesis de que Pepe Chedraui no debate por temor, o porque tiene menos elementos retóricos o de exposición que su contrincante del PAN, Mario Riestra Piña, flaco favor le hacen al abanderado de Morena y/o la coalición obradorista.
Lo único que siembran es la sospecha de que Pepe Chedraui es un empresario poco preparado, que tiene mucha cola que le pisen o que su ventaja no es tan grande como la que se publicita en ciertas encuestas.
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