Dos cuestiones que tienen en la lona la precampaña del panista Mario Riestra Piña a la presidencia municipal de Puebla es la falta de dinero y patrocinadores para financiar sus recorridos y actividades proselitistas; y el nulo apoyo que tiene de sus aliados del PRI en la capital del estado.
Al diputado federal le ha costado hacerse de recursos económicos dentro y fuera del PAN, porque sus compañeros de partido (diputados federales, diputados locales y regidores) no lo ven arriesgando su patrimonio y el de su familia en una campaña ganadora.
La conclusión que éstos sacan es la siguiente: por qué si Mario Riestra no quiere gastar en su propia campaña política, como en su momento lo hicieron Gabriel Hinojosa Rivero, Luis Eduardo Paredes Moctezuma, el propio Eduardo Rivera Pérez y el fallecido gobernador Rafael Moreno Valle, espera que otros panistas lo hagan por él sin obtener nada a cambio.
Mientras el PAN, sus dirigentes y candidatos no generen expectativas de triunfo, construyan una narrativa de altas probabilidades de victoria y den garantías de retener el gobierno de la capital, de que pueden ganar las presidencias municipales más importantes de la entidad y dar la batalla por la gubernatura de Puebla, los patrocinadores externos no van a llegar.
Otra cuestión que poco o nada ayuda a Mario Riestra son sus poco confiables aliados del PRI.
De entrada, porque los priístas tienen un doble juego: simulan estar con el Frente Amplio por México (FAM) para asegurar la primera fórmula al Senado, siete de los 16 distritos federales y unos 10 distritos locales de 26, pero por el otro lado sus dirigentes pactan y hacen negocios con los gobernantes de Morena.
En la capital no está claro a quién van apoyar las estructuras y comités seccionales del PRI: si al virtual candidato del FAM, Mario Riestra, o al expresidente del Comité Municipal del tricolor, José “Pepe” Chedraui Budib, si éste consigue convertirse en candidato de Morena a la presidencia municipal de Puebla.
Lo anterior lo digo porque el dirigente formal del CDE del PRI, Néstor Camarillo Medina, aspiraba a ser el candidato del Frente a la alcaldía capitalina y no lo consiguió, y el dirigente real priísmo poblano, Jorge Estefan Chidiac, insiste en declarar que Pepe Chedraui es el mejor perfil para gobernar la capital, y que si éste se fue a Morena fue porque el PAN se entercó en esa candidatura para uno de los suyos.
¿Con esos aliados, puede Mario Riestra confiar en el PRI, en los candidatos que sus dirigentes le mandarán como regidores, diputados locales y diputados federales por los distritos de la capital?
La verdad es que su panorama electoral se vislumbra bastante complicado.
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