Es como predicar en el desierto…¡Las multitudes del tendido parecen NO entender!
Lo que parece que no entienden, es que los pares de banderillas se colocan en todo lo alto y con los pies, las plantillas de las zapatillas perfectamente asentadas en la arena del albero, tal suerte, una de las más vistosas y al mismo tiempo llena de un gran peligro, la Suerte de Banderillas, o segundo tercio, parece en estos tiempos haber, sí no perdido su importancia, sí está pasando por un gran cambio en los gustos de los públicos. En la foto, la Suerte en su interpretación clásica, añeja ilustración titulada “Modo de poner las banderillas al cuarteo”, Ah, pero eso sí, nótese, véase la importancia del enorme arriesgue al mantener las zapatillas bien, pero bien asentadas en la arena, sin el engañoso vuelo que al final termina por evadir los pitones, y poner el par…¡Dónde caiga!
Éste es Manuel Escribano quien ya ha creado fama, por los pares de garapullos que suele poner, todos con mucha verdad, pero sobre todo en perfectas y muy aplaudidas maneras “como antes”; es decir: “Al cuarteo”, “de poder – a- poder”, haciendo gala de eso, un gran poder, tal como se ve en la foto. Banderilleando al toro desde dentro en terrenos muy, muy comprometidos, levantando bien los brazos, y con el par de astifinos pitones, muy cerca, casi, casi ajustándose a la faja. Asombra tanta verdad, el sitio donde se encuentra y las negras zapatillas muy asentadas, prácticamente al borde del estribo del redondel, sin opción de salida engañosa.

Antonio Ferrara en “Las Ventas” de Madrid, haciendo quedar escrito: “Banderilleando como hacía mucho tiempo no se veía”.
Recién en la Catedral del Toreo “Las Ventas del Espíritu Santo” puso a la afición de Madrid de pie, al banderillear con purísima verdad con las zapatillas asentadas en el albero y lo brazos por delante, con mucha exposición, al hilo de las tablas y sin pirotecnia, ni buscar apoyo en la espectacularidad del engaño. Antonio Ferrara, colocando pares que la crónica describió: << banderilleó de una verdad que hacía mucho tiempo no se había visto >>. Esto es; sin vuelos acrobáticos ni engaños garigoleados. NOTA: Observar las enormes callosidades del Toro – toro, en la parte delantera de las articulaciones que corresponden a los codos de las extremidades delanteras, solamente se forman por el tiempo, al estar echado el toro y levantarse, signo inequívoco de la edad.
Impactante fotografía de un banderillero muy nuestro y archi-popular, Apolinar Mendoza, ya conocido en la crónica y el mundo taurino como “El Poli de la Puebla”, en esta captura de Aguilar, muy oportuno disparo que muestra al “Poli” poniendo el par en todo lo alto y cumpliendo puntualmente a la cita de “asomándose al balcón” con los pitones delanteros del burel como barandas de balcón en su redondez anatómica.
LA TUMULTUOSA SALIDA A HOMBROS, UNA TRADICION MUY TORERA:
Desde tiempos del inicio del toreo a pie, los grandes triunfos, aparte de los sonoros aplausos, las sonrisas de las bellas en balcones y tendidos, los esplendorosos obsequios, joyas, monedas de oro, que regalaban los aristócratas presentes en las Plazas; la salida en volandas, cargados a hombros del entusiasta público. Los triunfadores guardaban para sí, estos inolvidables momentos, como los recién vividos en “Las Ventas” de Madrid por el ya consagrado Matador Antonio Ferrara. << El fl’o voutdrait priver nes ebfants es émotions, quelle…!>> Algo así como: << la emoción de los chavales…>> titularon los post’s en francés mientras “Aplausos” dedicó su portada al triunfo y multitudinaria salida a hombros de Ferrara.