El señor secretario de Educación, supone que todos ignoran el multi papel que desempeña para responder a su título de delegado de Elba Esther; entonces, a la admirable organización de las normalistas, no podía desaprovecharla.


¿Dónde quedó el muertito? Seguramente en el proyecto para engrosar la cuenta bancaria de quien reclama el mito.

Si es la dirigencia del Movimiento de Bases Magisteriales (MBT) –que no el movimiento – la responsable del supuesto (claro, con maña), alguien que la protege y anima al protagonismo debe tener una tremenda cola que le pisen.

Y el despropósito de la presencia del secretario de Educación y director de la USET, en las instalaciones de Panotla, me parece de lo más extraño.

Miguel Ángel Islas Chío, dispone de un “completo” equipo de negociadores, de quienes, se supone habría sido sencillo superar la crisis con la estudiantes.

Pero esto me suena a ocultamiento de factores externos para sazonar una toma de la normal y subsecuentes manifestaciones, lo suficientemente grandes, como para pensar en una negociación conveniente. Digo, si no se alcanza el nivel óptimo de conflicto, cómo va a justificarse después el egreso pecuniario para apagar el fuego.

1.- Las estudiantes de la Normal Benito Juárez, plantearon demandas justas, pero su activismo se da en una forma tan bien organizada que, otros mañosos lo aprovecharon.

2.- Así que fueron contactados varios sujetos procedentes de Oaxaca y Michoacán, una especie de esquiroles disfrazados de maestros democráticos, pagados por el ente interesado en negociar con Tlaxcala.

3.- Escudados en encabezar la causa normalista dieron rienda suelta a reprobables actos como, el secuestro de dos autobuses ocasionando daños graves a las unidades, pero lo peor, el desvalijamiento de cada pasajero que viajaba en ellos.

Extrañamente, Islas Chío permanecía al interior de la Normal.

Hay quien llega a decir que desde ahí organizaba los movimientos de buenos y malos en este conflicto, hasta conseguir la pacífica entrega de las instalaciones, ¿cómo la ve?

No, pues tenemos un secretario de Educación de oro, ¿verdad?

Capaz, según el atamiento de cabos, de mover todas las piezas del ajedrez según su conveniencia, primero para aparecer como el rotundo líder bajo cuyos buenos oficios el problema llegó a su fin, en apariencia.

Sí, porque bien sabe de los alcances de uno y otros involucrados en enfrentamientos con la autoridad.

Al grado que ya se reclama un muertito.

Claro, es un mito que habrá de crecer hasta que se llegue el momento en el que mister Islas Chío, pueda actuar de nueva cuenta para darnos seguridad, para mostrarnos que, como delegado de la maestra Elba Esther Gordillo –y también como titular de la USET, debemos estar tranquilos, que su buen juicio, todo lo ha de arreglar (ajá).

Y, ¿a los pasajeros desvalijados de las unidades secuestradas, quién los va a contentar. A los dueños de los camiones, quienes les van a pagar los desperfectos. A los activistas de Michoacán y Oaxaca, quién les paga sus gastos. Al dirigente de Bases Magisteriales, quién lo pone quieto, hoy, día del Bicentenario?

Y lo más importante, ¿qué va a pasar con las justas demandas de las normalistas?

De resistencias sin lógica

El hijo de un influyente político de Tlaxcala se encargó de organizar la corrida del Bicentenario en la plaza Jorge “el Ranchero” Aguilar, pero no pensó en toparse con resistencias inexplicables de una diputada electa que dejó encargada la oficina, a quienes queda ad hoc la siguiente expresión, muy de Beatriz Paredes: son tan pen… pero tan pen… que no se dan cuenta de los pen… que son.

Estos, en cuanto se enteraron del proyecto de corrida, sencillamente rechazaron toda posibilidad de facilitar la plaza, con el argumento de que nada más no les daba la gana.

Al grado, que para conseguir el coso, tuvo que darse una llamada de ese influyente político Tlaxcalteca, a cuya orden, aquellos grillos de los que le platico, no podían explicarse cómo se había llegado a tal extremo.

Bueno, pero a final de cuentas, sí habrá corrida del Bicentenario, como un adelanto de lo que a Tlaxcala le espera en materia de festejos, sobre todo taurinos (aunque aquí se incluye a la Feria como el potencial e infinito escaparate que debe ser y, no el concentrado de cantinas que le venden a menores de edad por orden de Daniel Herrera Murga)
La que no quedó nada bien es la que se opuso a la corrida. Sus subordinados (comenzando por el alcalde de la eterna copa en el Mesón de Rosendo) dio muestras de estar tan, pero tan bien enterado que, ya comenzó con el pie izquierdo su relación con el que en breve mandará en Tlaxcala.