Será cuestión de horas o días para que se confirme la cancelación del proyecto de construcción de un nuevo mercado capitalino, obra que implicaba una inversión de 111 millones de pesos que sencillamente se irán de Tlaxcala para ser ejecutados por el gobierno del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en otra parte donde sí quieran aprovechar esos fondos.

 

 

La obra que se dio a conocer el año pasado y que forma parte del Programa de Mejoramiento Urbano de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) nunca fue respalda enfáticamente por el ayuntamiento capitalino y el gobierno del estado, pues siempre evitaron llevar a cabo pláticas serias para convencer a los comerciantes que trabajan en ese centro de abasto y que por necedad siempre se opusieron al proyecto.

 

Una vez que se confirme la cancelación, habrá que ver quién carga con la culpa y la responsabilidad de que se hayan dejado ir 111 millones de pesos, cantidad que para Tlaxcala es millonaria.

 

La Sedatu tenía previsto invertir en este año en la capital del estado un total de 240 millones de pesos, mismos que se canalizarán a la renovación de la Plaza de la Constitución, la Plaza Xicohténcatl y en la construcción del mercado de Artesanías y en edificación del nuevo Mercado Municipal “Emilio Sánchez Piedras”.

 

Los tres primeros proyectos se ejecutarán y en ellos se aplicarán 129 millones de pesos, pero la obra que implicaba la más alta inversión y que daría una nueva imagen urbana a esa zona de la ciudad sencillamente ya se fue a la basura.

 

Habrá quienes exigirán explicaciones a la ex alcaldesa capitalina y hoy candidata a la gubernatura por la coalición “Unidos por Tlaxcala”, Anabell Ávalos Zempoalteca, aunque quizás los señalamientos más fuertes recaigan en la actual presidenta municipal, Mildred Vergara Zavala, quien en enero y marzo de este año aseguró que la construcción de nuevo mercado sería una realidad.

 

Todavía el mes pasado Mildred Vergara declaró que el diálogo con los locatarios de ese centro de abasto estaba por arrojar resultados positivos, al grado que el secretario del ayuntamiento, Víctor Hugo Gutiérrez Morales, reveló que la Dirección de Obras Públicas del municipio ya había iniciado las tareas de acondicionamiento para que los comerciantes pudieran ser instalados provisionalmente al interior del inmueble que ocupó la cadena Soriana, el cual se ubica a unas cuadras de su actual centro de trabajo.

 

La Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano pronto dará a conocer su decisión oficial de cancelar ese mencionado proyecto y habrá que ver cuáles son sus razones y a quién o a quiénes les echa la culpa y responsabilidad del fracaso.

 

Resulta lamentable que ni el ayuntamiento capitalino ni el gobierno del estado hayan mostrado un auténtico interés por aprovechar esos 111 millones de pesos, debido a que se deja ir no sólo la oportunidad de reforzar más la reactivación económica de Tlaxcala al existir inversión y generación de empleos, sino que se desperdicia un proyecto que daría una nueva imagen a la ciudad con un mercado moderno y con espacios más funcionales.

 

Las autoridades sólo le preguntaron a los comerciantes si estaban de acuerdo o no con el proyecto, pero nunca le preguntaron a los ciudadanos y a las ciudadanas si querían o no un nuevo mercado, lo cual fue una gran omisión porque no creo que los habitantes capitalinos no quisieran tener un moderno centro de abasto como se pretendía hacer.

 

El asunto dará mucho de qué hablar y seguramente formará parte de la actual contienda electoral que se vive en Tlaxcala.

 

Quién será el que cargue con la culpa de que se vayan 111 millones de pesos.

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