Las medidas restrictivas impuestas por las autoridades sanitarias para frenar o evitar la tercera ola de contagios de Covid-19 llegaron muy tarde.
La concentración y movilidad de personas en los últimos días ha sido la constante, debido en gran medida a la permisividad que han otorgado el gobierno del estado y los alcaldes para que se realicen mítines político, tianguis, fiestas, celebraciones y toda clase de eventos donde nunca se procuró la sana distancia.
La pandemia que se enfrenta en México y en Tlaxcala desde hace más de un año no ha terminado ni tampoco está controlada, de ahí que resulta lamentable observar el valemadrismo que impera en el estado y que seguramente prolongará los contagios y lamentablemente los fallecimientos de personas que no pueden vencer al mortal virus.
El Consejo Estatal de Salud venía desarrollando un buen trabajo, al grado que tuvo decisiones acertadas al adelantar ciertas restricciones, sin embargo en los últimos días cometió el error de partidizar su actuación al permitir recientemente una concentración masiva de priistas, panistas, perredistas y de militantes de otros dos partidos en el domo blanco del recinto ferial.
Para nadie es un secreto que las autoridades sanitarias representadas por el secretario de Salud, René Lima Morales, han tolerado que la coalición “Unidos por Tlaxcala” que integraron el PRI, PAN, PRD, PAC y el PS lleve a cabo concentraciones importantes de personas sin que se respete la sana distancia y sobre todo el aforo permitido.
El daño está hecho y de nada servirá que del 1 al 15 de abril se pida a los tlaxcaltecas cumplir con ciertas medidas sanitarias como un aforo del 50 por ciento en restaurantes y bares, así como en plazas públicas, centros recreativos, parques, plazas y centros comerciales.
Resulta ridículo que las autoridades se pongan exigentes para el cierre de negocios que será a las 21:00 horas y que para los días 2 y 3 de abril establezcan ley seca en el estado.
Es obvio que hubo y hay otros factores que incidirán en un probable repunte de tlaxcaltecas contagios de coronavirus, pero el gobierno del estado nunca lo aceptará porque sabe que si se registra una tercera ola de infectados tendrá una gran responsabilidad en ese caso porque le ganó su ambición partidista electoral y se olvidó y sacrificó la salud de los ciudadanos y de las ciudadanas a fin de apoyar a los candidatos de la coalición “Unidos por Tlaxcala” que encabeza Anabell Ávalos Zempoalteca.
La finalidad de las autoridades sanitarias es que en un lapso de 15 días se pueda contener el riesgo de registrar un número alto de contagios, como si la movilidad y concentración de personas se fuera a presentar en estos días que vienen cuando el PRI, PAN, PRD, PAC y el PS han realizado mítines multitudinarios en diferentes municipios de la entidad, sin que hasta ahora alguien se los haya impedido.
Los estragos de la pandemia son devastadores y más cuando cada vez existen más dudas sobre la veracidad de las cifras oficiales. Por un lado la Secretaría de Salud reconoce que en México han fallecido 201 mil 623 personas por Covid-19, pero por otro el gobierno federal publicó un reporte el pasado sábado donde asoció 294 mil 287 muertes al mortal virus entre el inicio de la pandemia y el 14 de febrero de este año.
De acuerdo con una nota de El Universal, el gobierno de México admitió el sábado que la cifra real de muertos por la pandemia del coronavirus ha superado las 321 mil personas, casi 60% más que la cifra oficial confirmada por pruebas diagnósticas y que para ese día la cantidad era de 201 mil 429.
Si a nivel nacional hay serias dudas sobre la veracidad de los datos, es lógico que en Tlaxcala también se desconfía de las cifras oficiales que refieren que hasta el 27 de marzo había un total de 2 mil 261 tlaxcaltecas muertos por Covid-19 y el número de personas contagiadas era de 17 mil 793.
La tercera ola estará presente en pleno desarrollo de las campañas políticas.
La pandemia será un tema inevitable en el primer debate de los candidatos a la gubernatura de Tlaxcala previsto para el próximo 18 de abril.
Habrá que ver quién de los candidatos maneja mejor el tema, porque es obvio que los ciudadanos y las ciudadanas se involucrarán en ese asunto que les interesa más de los que muchos creen.
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