A poco menos de siete meses de que terminen sus administraciones, algunos alcaldes no asimilan que sus excesos, malos manejos financieros y abusos de poder los obligará a enfrentar consecuencias legales.
Las condiciones a partir de septiembre de este año no serán las mismas a las que imperan en este momento y que han demostrado que el oneroso Sistema Estatal Anticorrupción no sirve de nada y que lejos de prevenir, investigar y castigar la corrupción la protege y solapa de una forma burda y descarada.
Los ex alcaldes que fueron acusados por presuntos desvíos nunca enfrentaron una molestia grave o un verdadero riesgo de ser detenidos. En la actual administración estatal siempre recibieron avisos oportunos para esconderse o tuvieron facilidades para justificar y comprobar algunos gastos, con lo cual “quedó” solventado su problema y su expediente fue archivado.
Sin embargo, difícilmente ese escenario prevalecerá con la llegada de las nuevas autoridades municipales y estatales. Para desgracia de algunos ediles en funciones sus anomalías se encuentran más que documentadas, por lo que no sería nada extraño que una decena enfrente inmediatamente acusaciones penales.
Entre los presidentes municipales que encabezan la lista para verse la cara con la justicia anote usted a los perredistas Eloy Reyes Juárez de Apetatitlán, Eymard Grande Rodríguez de Panotla y Miguel Muñoz Reyes de Contla de Juan Cuamatzi, quienes enfrentan problemas administraciones y serias acusaciones de manejar mal los recursos de sus respectivos ayuntamientos.
Eloy Reyes que ahora se asume como petista sólo tiene aprobada la cuenta pública del 2017, porque la del 2018 y 2019 fueron reprobadas y entre ambas acumulan un daño patrimonial que rebasa los 17 millones de pesos según los dictámenes del Órganos de Fiscalización Superior.
El presidente municipal de Apetatitlán es catalogado como un depredador que en complicidad con su familia lleva una pésima administración financiera. Los adeudos con proveedores es la constante y así como el presunto cobro de moches para entregar obra pública a determinadas empresas constructoras, a las que por cierto también ha timado.
Pese a que se comprometió durante su campaña por la alcaldía a no dañar las finanzas de Apetatitlán con la basificación de personal, se sabe qué hace unos meses recurrió a esa medida y que en los últimos días está buscando dejar sindicalizados a otros 10 o 15 trabajadores, lo cual no fue bien visto por el Sindicato «7 de Mayo» que rechazó esa burda propuesta.
Pero que el ambicioso y torpe edil Eloy Reyes ahora quiere hacer ese procedimiento con el Sindicato de Trabajadores al Servicio de los Poderes, Municipios, Organismos Descentralizados, Similares y Conexos del Estado de Tlaxcala “Liberación 4 de Octubre”.
El otro alcalde que nunca ha dejado la fiesta y el desmadre es Eymard Grande que ha convertido la presidencia municipal de Panotla como su casa de campaña para buscar la diputación local. Ayer la cuenta pública del 2019 no recibió el aval del Congreso del Estado y se le hizo responsable de un presunto daño patrimonial de 22 millones de pesos.
Este político emanado del PRD se ha caracterizado por encabezar una administración municipal marcada por los escándalos, excesos y presuntos actos de corrupción, por lo que será inevitable su presencia en las instancias encargadas de investigar y castigar las malas conductas de los servidores públicos.
Miguel Muñoz, el presidente municipal de Contla de Juan Cuamatzi, pronto podrá presumir que lleva tres cuentas públicas reprobadas al hilo y que pese al desorden financiero que arrastra estará en posibilidades de concluir su gestión de cuatro años y ocho meses en ese ayuntamiento que quedará en la ruina.
Los estados financieros del 2017, 2018 y del 2019 del mencionado ayuntamiento no han sido avalados por los diputados locales. El monto del daño patrimonial observado es cuantioso y seguramente ese empresario metido a político de quinta deberá dar muchas explicaciones sobre su desastroso gobierno municipal.
Y aunque le parezca broma Eymard Grande y Eloy Reyes quieren ser candidatos a diputados locales con el respaldo del PT. Absurdo, no le parece.
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