Ante la falta de liderazgo y de reglas claras para realizar sus procesos internos, la dirigencia nacional de Morena decidió torpemente culpar a la pandemia del desorden que priva en ese instituto político, pues el caos que vive está provocando la desbandada de militantes que ya están buscando cobijo en otros institutos para ser candidatos a diputados locales, alcaldes o presidentes de comunidad.

La ineficiencia en el partido que creó y fundó el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, es tal que es la fecha que la dirigencia nacional en manos del blandengue Mario Delgado Carrillo no ha podido aprobar y lanzar la convocatoria que regulará la selección de candidatos en Tlaxcala.

 

Se desconocen los requisitos y reglas que se seguirán para escoger a los 15 candidatos a las diputaciones locales de mayoría y a las diputaciones plurinominales, así como tampoco se sabe cómo se designará a los 60 aspirantes a alcaldes y a los 299 abanderados a igual número de presidencias de comunidad que contenderán en los comicios del próximo 6 de junio.

 

Los rumores de que ya había convocatoria y que el proceso interno en Tlaxcala estaba en marcha porque muchos aspirantes a un cargo de elección popular estaban entregando su carta de intención carecen de veracidad.

 

En los hechos la dirigencia nacional se encuentra entrampada y no sabe cómo resolver la designación de candidatos sin provocar la fractura y desbandada, sobre todo cuando hay antecedentes de una fuerte división provocada por el nombramiento que se hizo a favor de Lorena Cuéllar Cisneros como abanderada de Morena al gobierno de Tlaxcala.

 

Para nadie es desconocido que las otras aspirantes a la candidatura Ana Lilia Rivera Rivera y Dulce Silva Hernández nunca avalaron el proceso interno ni reconocieron a la ex delegada de la Secretaría de Bienestar como la aspirante ganadora de la encuesta que se elaboró para escoger a la mejor posicionada.

 

Hoy la ausencia del senador y líder estatal de Morena, Joel Molina Ramírez, es notable y está pesando en ese convulsionado partido, toda vez que no existe ninguna otra figura o liderazgo con la capacidad de calmar los ánimos y lograr los consensos internos para designar a candidatos.

 

La senadora Martha Guerrero Sánchez, delegada del CEN de Morena en Tlaxcala, quien ha estado ausente en sus responsabilidades, reapareció la tarde de ayer para tratar de calmar la efervescencia política. A través de un video difundido en Facebook dijo a los militantes que pronto se dará a conocer la convocatoria y los requisitos que se pedirán a los que aspiren a un cargo de elección popular.

 

Justificó la tardanza por la recomendación que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación hizo para que los partidos políticos modificaran sus procesos de elección de candidatos por la actual emergencia sanitaria provocada por el Covid-19.

 

Dejó entrever que se aplicará el método de la encuesta para elegir a los candidatos tal y como pasó en los procesos para designar a los abanderados a las 15 gubernaturas, el cual no fue del todo claro y menos un factor de unidad porque hubo entidades donde las rupturas estuvieron presentes como en Tlaxcala, Colima y Guerrero.

 

Quizá por esa razón la senadora pidió a la militancia morenista de Tlaxcala confianza y paciencia, palabras que difícilmente encontrarán un receptor porque en los hechos se empiezan a ver dados cargados hacia ciertos aspirantes.

 

El juego perverso y hasta con un gran tufo de corrupción que lleva a cabo José Luis Ángeles Roldan, representante de Morena ante el INE y el ITE es evidente y escandaloso. Un día dice que en tal distrito y municipio los aspirantes deben ser varones, pero después cambia de opinión sin aportar ningún argumento y asegura que ahora el partido tendrá que registrar a mujeres.

 

José Luis Ángeles no garantiza imparcialidad ni tampoco da la certeza que la militancia reclama y exige, pues otros aspirantes a un cargo también quisieran recibir la atención personalizada que el representante electoral de Morena ofrece al empresario y financiador de la campaña de Lorena Cuéllar, el desconocido Rafael Álvarez Escarcega, quien busca convertirse en abanderado de ese instituto político a la alcaldía de Apizaco.

 

Es común ver como Rafael Álvarez y José Luis Ángeles se reúnen en una vivienda de un exclusivo fraccionamiento de Apizaco. Ese aspirante que es impulsado por familiares muy cercanos de la candidata a la gubernatura recibe un trato preferencial en Morena y pese a ser un intrascendente político con bajo nivel de posicionamiento y aprobación va encaminado a convertirse en candidato.

 

Hay muchos elementos y razones para desconfiar del proceso interno de Morena.

 

La división en Morena será inevitable y la desbandada de militantes será la constante en las próximas semanas.

 

Al final, el balance de la ruptura podría resultar desastroso para el proyecto que tiene ese partido para ganar la gubernatura de Tlaxcala.

 

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