Los contagios de Covid-19 siguen a la alzan entre la población y cada vez son más frecuentes entre la burocracia dorada, donde existe un marcado temor por la agresividad de esa enfermedad que en los últimos días provocó el fallecimiento de tres funcionarios estatales, quienes dos de ellos eran personas muy cercanas al gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez.

Tras el fallecimiento del jefe de Oficina del Gobernador, Alberto Amador Leal y del secretario de Educación Pública, Florentino Domínguez Ordoñez, la ausencia del mandatario Mena ha sido evidente.

 

No dio un mensaje por el inicio del año nuevo y ni por los últimos ocho meses que le quedan a su administración.

 

En los últimos días se ha especulado que otros funcionarios del primer círculo de Marco Mena resultaron contagiados de coronavirus, al grado que ayer se empezó a manejar el nombre del ineficiente secretario de Gobierno, José Aarón Pérez Carro, lo cual nunca fue desmentido y se espera que en las próximas horas se confirme que ese estorboso servidor público se encuentra aislado y en observación.

 

Aunque las actividades se encuentran suspendidas en el Poder Legislativo y en el Poder Judicial, se habla que los contagios de Covid-19 entre el personal de ambas instancias han ido en aumento, lo que sería un claro indicador de que Tlaxcala ya alcanzó los niveles de infectados (entre 320 y 560 enfermos por semana) registrados en los meses de junio, julio y agosto pasados.

 

Si bien el número de personas fallecidas por esa enfermedad no se ha incrementado en la proporción de los contagios, lo cierto es que el Covid-19 sigue cobrando vidas de tlaxcaltecas y la entidad está cerca de alcanzar los mil 500 decesos.

 

Los focos de alarma de personas infectadas son Tlaxcala, Apizaco, Chiautempan, Huamantla y Zacatelco, curiosamente los municipios donde se realizan el mayor número de actividades económicas y bancarias.

 

La intensa movilidad de personas representa un grave problema para las autoridades sanitarias que no encuentran la fórmula para controlar y romper la cadena de contagios, pues sencillamente los ciudadanos y las ciudadanas no quieren quedarse en casa ni guardar la sana distancia.

 

Tlaxcala se encuentra en color naranja del semáforo epidemiológico y si el gobierno estatal en coordinación con los ayuntamientos no endurece a la brevedad las medidas sanitarias, es muy probable que el estado pase al color rojo porque los contagios seguirán aumentando y la capacidad hospitalaria para atender a dichos enfermos se verá comprometida.

 

Un claro ejemplo es que el IMSS y el ISSSTE en Tlaxcala han empezado a enfrentar problemas de capacidad para atender a pacientes con Covid-19, situación que no ha sucedido con los hospitales bajo el control del estado que han ayudado en recibir enfermos que necesitan ser ingresados a una cama.

 

Enero será un mes complicado en materia de salud y no se descarta que el elevado nivel de contagios se prolongue hasta febrero, por lo que desde ahora descarte que las actividades en Tlaxcala se vayan a normalizar.

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