A partir del 8 de enero la sucesión en la entidad tendrá un matiz diferente, porque para esas fechas la coalición “Unidos por Tlaxcala” habrá definido a su candidata a la gubernatura, para lo cual hay que mencionar que está en marcha la encuesta que será pieza clave para avalar la designación de su abanderada que será la ex alcaldesa capitalina Anabell Ávalos Zempoalteca.

Aunque la senadora panista Minerva Hernández Ramos no pierde la esperanza de salir favorecida en ese estudio demoscópico para así encabezar el bloque opositor amplio, la realidad es que cuatro de los cinco partidos (PRI, PRD, PAC y el PS) que integran esa coalición ya se decantaron por la priista que sigue operando y sumando a políticos tlaxcaltecas a su proyecto.

 

La coalición “Unidos por Tlaxcala” ha puesto especial atención en planchar la designación de su candidata a la gubernatura y evitar confrontaciones estériles en la designación de sus abanderados a las diputaciones federales y en los 6 distritos locales donde participarán juntos.

 

Las negociaciones para definir candidatos en los 16 municipios donde replicarán la mencionada coalición avanzan sin mayores complicaciones y será a finales de febrero o principios de marzo cuando se den a conocer los nombres oficiales de sus aspirantes a alcaldes.

 

Ese bloque opositor amplio sigue unido y puede ser un elemento que lo ayude a mantener el ritmo de crecimiento en las simpatías electorales que ha logrado en los últimos días.

 

Morena y sus aliados el PT, el PVEM, Nueva Alianza y el PEST que conformaron la coalición “Juntos Haremos Historia” lucen desorganizados y débiles. La unidad que presumen sólo se ve en el discurso porque en los hechos su virtual candidata a la gubernatura Lorena Cuéllar Cisneros y la delegada del CEN de ese partido en Tlaxcala, Martha Guerrero Sánchez, han fracasado en sus intentos por sumar a las ex aspirantes a la candidatura Dulce Silva Hernández y Ana Lilia Rivera Rivera, así como a sus respectivos equipos.

 

La primera nunca fue convocada a la supuesta reunión de la unidad celebrada hace unos días y mucho menos para tener un acercamiento, lo cual lo hizo evidente la misma empresaria al emitir duros señalamientos contra la senadora Martha Guerrero y la dirigencia nacional de su aún partido a quienes tachó de mentirosos y traicioneros.

 

La segunda de plano rechazó prestarse a una simulación para vender la idea de unidad. La senadora sí aceptó un encuentro por separado con su homóloga Guerrero Sánchez, pero este no terminó en ningún acuerdo que haga pensar que ese grupo morenista respaldará la nominación de Lorena Cuéllar.

 

Entre los morenistas cayó muy mal el inexplicable reparto de los 10 de los 15 distritos locales donde participarán juntos en la elección de diputados. También generó rechazo que en la presentación de dicho bloque se haya dado un lugar preferencial a la líder de Nueva Alianza, Sandra Corona Padilla y al dirigente estatal del PVEM, Jaime Piñón Valdivia, quienes en los comicios del 2016 y del 2018 se dedicaron a descalificar no sólo a Lorena Cuéllar, sino al hoy presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

 

Sandra Corona y Jaime Piñón operaron en el 2016 a favor del PRI y hoy gobernador de Tlaxcala Marco Antonio Mena Rodríguez, de ahí que resulta ofensivo para los morenistas ver que se da entrada y espacios a supuestos dirigentes partidistas que carecen de integridad y congruencia política.

 

Al interior de Morena existe desánimo y un enorme malestar por las decisiones que se han venido tomando, lo cual podría empeorar con la designación de candidatos a las alcaldías y a las presidencias de comunidad.

 

Hasta ahora, el partido del presidente López Obrador sigue sin mostrar músculo y estructura en Tlaxcala. Tiene una buena candidata al gobierno del estado que goza de posicionamiento y aceptación ciudadana, pero ésta luce sola y sin respaldo de aspirantes a diputados o alcaldes que refuercen la idea de que la coalición “Juntos Haremos Historia” no sólo ganará la gubernatura, sino que retendrá el control del Poder Legislativo y gobernará la mayoría de los 60 ayuntamientos tlaxcaltecas.

 

No lo cuente en voz alta, pero la ventaja que Morena tenía sobre sus adversarios de más de 18 puntos porcentuales ya no existe y hoy en día la diferencia entre las dos coaliciones que se disputan la gubernatura de Tlaxcala cada vez es más corta.

 

La sucesión en Tlaxcala será de pronóstico reservado.

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