Tlaxcala al igual que otras entidades del país como Sonora, Zacatecas, Guanajuato, Querétaro, Aguascalientes e Hidalgo corre el riesgo de regresar al color rojo del semáforo epidemiológico de la Secretaría de Salud por el aumento de los contagios de Covid-19 y la saturación de las camas para atender enfermos, pues los hospitales destinados a recibir a los pacientes reportan una ocupación del 75 por ciento.

La enorme relajación de las medidas sanitarias por parte de las autoridades estatales y municipales fue un factor que alentó el recreo y el desorden entre los tlaxcaltecas que decidieron regresar a la normalidad sin entender que la cadena de contagios de ese mortal virus no se había controlado, de ahí que tolerar la apertura de comercios y restaurantes, plazas, cines, iglesias y permitir la celebración fiestas con múltiples invitados y bailes populares tendrá un grave costo para la salud de las ciudadanas y los ciudadanos.

 

Desde que se llevó a cabo “El Buen Fin” en noviembre pasado y hasta la fecha ha prevalecido el descuido que tarde o temprano obligará al gobierno de Marco Antonio Mena Rodríguez endurecer las medidas sanitarias y decretar la suspensión de actividades no esenciales, lo que implicará nuevamente el cierre de plazas comerciales, negocios, empresas, gimnasios, iglesias y las actividades en los ayuntamientos y en las dependencias estatales.

 

Para que tenga una idea de lo que está pasando, le comento que en la última semana Tlaxcala registró el mismo promedio de casos detectados en junio, julio y agosto cuando se lograron las cifras más altas de contagios de Covid-19.

 

Desde hace unos días se vienen contabilizando 60 casos de personas enfermas y aunque la cifra de tlaxcaltecas fallecidos ha bajado, lo anterior no quiere decir que no se vaya a tener problemas para atender a las personas que requieran ser hospitalizadas. Es un hecho que el número de pacientes que necesitan una cama y un ventilador ha ido en aumento en las últimas semanas, según los reportes internos de la Secretaría de Salud bajo la responsabilidad de René Lima Morales.

 

Si bien durante los meses que lleva la pandemia las autoridades estatales realizaron un trabajo aceptable para contener la propagación del virus, la realidad es que en las últimas semanas se confiaron o vieron una oportunidad de hacer negocio, debido a que empezaron a permitir la operación de ciertos establecimientos que dejaban a los clientes hacer y deshacer sin cumplir con las medidas sanitarias y menos con la sana distancia.

 

El fin de semana la Coordinación Estatal de Protección Civil (CEPC) y la Comisión Estatal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Coeprist) clausuraron los centros nocturnos «Divas” y «Michelocas Tlaxcala» que se ubicaban en los municipios de Chiautempan y Apetatitlán, respectivamente, pero con la salvedad que éstos tenías semanas funcionando sin ninguna restricción.

 

Incluso, el segundo negocio sólo era una fachada para ingresar a un table dance que el galán alcalde de Apetatitlán, Eloy Reyes Juárez, permitía operar y cuya cuota por tal protección era recogida por los elementos de la policía municipal.

 

En Tlaxcala desde hace un buen tiempo todo mundo se olvidó de la sana distancia y del quédate en casa. Las calles de los principales municipios (Tlaxcala, Apizaco, San Pablo del Monte, Chiautempan, Tlaxco, Calpulalpan, Zacatelco y otros) se encuentran abarrotadas los fines de semana y la constante es ver la celebración de bodas, 15 años, bautizos, primeras comuniones, así como bailes populares. Hasta la inauguración de antros ligados a alcaldes y diputados se han efectuado.

 

La más reciente se reportó este sábado en Chiautempan, donde abrió sus puertas un bar para la comunidad lésbico-gay denominado Bar B&B localizado en la calle Dalia de la colonia Industrial del mencionado municipio.

 

Si las autoridades estatales se relajaron, es obvio que los presidentes municipales optaron por replicar esa negligente conducta que en unos días más nos podría llevar al encierro obligatorio y nuevamente a la suspensión de actividades.

 

El cierre de diciembre se espera más que complicado en la atención de enfermos de Covid-19, situación que podría prolongarse durante enero del 2021, pues según las proyecciones de la Secretaría de Salud los hospitales estarán saturados y el número de contagios será muy elevado, incluso superior a los reportados meses atrás.

 

La reacción de las autoridades estatales para frenar el recreo que se registra en Tlaxcala es muy lenta, lo cual es preocupante porque aún les queda poco más de ocho meses en el poder y su actitud realmente es incomprensible.