La marcada división interna y las abiertas pugnas que prevalecen en la disputa por la candidatura de Morena al gobierno de Tlaxcala no han pasado desapercibidas por las ciudadanas y los ciudadanos que poco a poco han ido retirando su respaldo a ese partido que a principios de año parecía invencible.

 

El prolongado pleito que la dirigencia nacional de Morena y el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, han alentado y tolerado empieza a tener un efecto negativo en las intenciones del voto para ganar la gubernatura, repetir el triunfo en los tres distritos electorales federales y para retener el control del Congreso del Estado.

 

Morena no es diferente a los demás partidos políticos. Los electores observan que al interior de ese instituto que fundó el tabasqueño López Obrador existe la ambición, gastos excesivos, dados cargados, el uso de los cargos para promoverse, acusaciones de corrupción y lo que es peor campañas sucias para descalificar y tratar de frenar al adversario.

 

Alfonso Ramírez Cuéllar, el ex dirigente nacional de Morena, fracasó vilmente en su intentona de lograr la unidad y en elevar la calidad de la contienda interna, pues de nada sirvió que en su momento haya reunido a los aspirantes a la candidatura de ese partido al gobierno del estado, cuando la empresaria Dulce Silva Hernández, la ex delegada de programas de desarrollo de la Secretaría de Bienestar, Lorena Cuéllar Cisneros y los senadores Ana Lilia Rivera Rivera y el fallecido Joel Molina Ramírez sólo simularon una civilidad que en los hechos nunca se ha hecho presente.

 

Aunque Morena sigue ubicándose a la cabeza de las preferencias electorales en la entidad, lo cierto es que ha perdido algunos puntos porcentuales que son más visibles en la elección de diputados locales.

 

Los últimos estudios demoscópicos para medir la intención del voto en los 15 distritos electorales locales arrojaron datos preocupantes. Morena estaría en condiciones de ganar entre seis y ocho diputados, dejando el resto a los partidos que están negociando la conformación del bloque opositor amplio en donde participa el PRI, el PAN, el PRD, el PAC y el PS.

 

Una de las explicaciones de este lamentable escenario es la encarnizada pelea por la candidatura al gobierno que sostiene Ana Lilia Rivera y Dulce Silva contra Lorena Cuéllar que no sólo enfrenta una guerra sucia en medios locales, sino en nacionales.

 

Otra razón sería el pésimo trabajo de los actuales diputados y su mala fama e imagen, pues los ciudadanos y las ciudadanas han percibido que sus representantes populares no hicieron realidad los proyectos e ideas de la Cuarta Transformación y que su comportamiento y proceder fue igual al que en su momento tuvieron priistas, panistas y perredistas.

 

El desgaste de Morena y sus aliados ya no se puede ocultar y los números así lo demuestran. El bloque opositor amplio lo sabe y por ese motivo no caerá en prisas para dar a conocer su alianza que podría concretarse en la primera semana de diciembre para después llegar al 29 de ese mismo mes para dar a conocer qué partido será el que encabezará esa coalición.

 

El nombre de la candidata o candidato al gobierno del estado de la alianza que muy probablemente concretarán el PRI, el PAN, el PRD, el PAC y el PS se conocerá en enero, mes en el que esperan llegar con una mejor intención de voto una vez que las fracturas en Morena se hayan consumado con la designación de sus aspirantes a diputados locales, alcaldes y presidentes de comunidad.

 

Pero no crea que Morena es el único partido donde existen conflictos internos, en el PAN se habla que Juan Carlos Sánchez García no está conforme con la decisión de la dirigencia nacional de reservar a Tlaxcala para una mujer, ya que en automático la nominación sería para la actual senadora Minerva Hernández Ramos.

 

Juan Carlos Sánchez tendría la opción de buscar otro partido político o tratar de participar en los comicios como candidato independiente.

 

En el PRI la tan pregonada unidad está sostenida por hilos muy delgados, sobre todo cuando desde la semana pasada empezó a circular un video que promueve las aspiraciones de su dirigente estatal Noé Rodríguez Roldán, quien rompiendo el principio de equidad utilizó mañosamente la estructura del ex partidazo para tratar de vender que los priistas tlaxcaltecas lo quieren a él como candidato al gobierno.

 

El ex funcionario estatal que debería de ser el árbitro imparcial del proceso interno del PRI, en realidad ha quebrantado la unidad y violentado los procedimientos, al grado que varios militantes analizan la posibilidad de solicitar a la dirigencia nacional un proceso sancionador contra Noé Rodríguez por mal utilizar su cargo, alentar la división y beneficiarse de su posición para imponer candidatos a diputados, alcaldes y presidentes de comunidad.

 

No cabe duda que la ambición por el poder lleva a muchos a cometer grandes barbaridades.