Con enjundia, el secretario de Obras, anunció la semana anterior que, se instalarían cámaras en las obras para monitorear su avance. Se hizo la maldad porque el más impuntual es él, ni siquiera podrá acabar la Plaza del Bicentenario.

Hace a penas unas semanas, el secretario de Obras, Desarrollo Urbano y Vivienda (Secoduvi) Adalberto Campuzano Rivero, anunció la instalación de cámaras de video, para monitorear avance de obras y cerciorarse que se usen los materiales indicados.

Pero ayer martes 10 de agosto, reconoció que la faraónica Plaza del Bicentenario, no se culminará en septiembre, y hasta bromea sobre el tema, señalando la existencia de obras que se habrán de inaugurar antes de los festejos, y otras… después (lógico, verdad).

Entonces, busca culpables.

Ah!, la mejor coartada es señalar como responsables a los necios trabajadores de la Secretaría de  Salud (Sesa) que no querían dejar sus oficinas para mandarlos al peor edificio en Chiautempan, por el que cada mes de paga una fortuna.

¿Y el puente del libramiento que se hunde?, ¿y el elefante blanco inconcluso del recinto ferial de Chiautempan?, ¿y el Puerto Seco?

Oiga, lo mejor sería reconocer la incapacidad de la administración estatal para sacar adelante estos pendientes. Y, ¿culpables?, pues yo diría que uno de los principales es mister Wilfrido Domínguez, otro de los íconos orticistas de la impunidad, dos de cuyas últimas travesuras son, el multicitado recinto ferial chiautempense, y unas cabañas construidas en la espesura boscosa de la Malintzin, en las que se puede apreciar que se erigieron para salir del compromiso de manejar el Instituto Inmobiliario de Desarrollo Urbano (Induvit).

En otras palabras, Wilfrido es una de las fallas más graves del presente régimen.

Esto tiene su costo, económico y político. Perjudica la dinámica asumida por quienes llegaron a apagar el fuego en la Secoduvi, aunque para ello debieron medir fuerzas con la costurera más reconocida (y guapa) de la comarca. Ah, sí, la misma que corta satines y gasas en las oficinas de la Oficialía Mayor, en la cual trabaja de titular.

¡Mira nada más!

Lo que son las cosas, verdad. Entre ofrecer simpáticos juegos para vestir sanitarios y convertirse en el ama de llaves del gobierno, pasando por la responsabilidad de asignar obra pública, hay otra historia, interesantísima de contar.

Yo creo que el Congreso tiene a esos dos funcionarios en su agenda.

También considero que los señores diputados integrantes de la Comisión de Obra Pública, tienen la obligación de citar a ambos como la primera fase de un profundo trabajo para asignar la parte de culpa que cada cual tiene sobre la grave tragedia en torno de la obra pública en el presente sexenio.

Digo, esa será la primera parte, porque la complementaria corresponde al “experimentado” Adalberto Campuzano Rivero, explicar hasta dónde llega el daño al patrimonio de los tlaxcaltecas, en manos de quienes esgrimen desconocimiento, senilidad o, protección; y aquellos otros que muy sentados en un gran trono, fueron incapaces de, por ejemplo, terminar una obra emblemática en la fecha para la cual fue planeada.

De las anécdotas post electorales

Dicen que el diputado local al que Adriana encargó la coordinación electoral de la campaña, dormía una deliciosa mona a eso de las ocho de la noche del cuatro de julio, motivo por el cual reinó el caos entre representantes panistas de casilla.

En consecuencia, la cada vez más elevado mohín de la Dávila la lleva a tomar decisiones como, impedir que un miembro de esa estirpe política (se ha de referir a Adolfo Escobar) asuma como coordinador de la fracción parlamentaria.

O sea, las leperadas de la seño Adriana, no están tan alejadas de la lógica.

El asunto empeora porque su muy amigocho, el “Gera” Ruiz Mateos, bien que escucha sus lamentos y ha llegado a presenciar sus rabietas.

Ha de ser por eso que delegaciones como la del IMSS carecen de titular (se supone que ya debía haber asumido el diputado Julián Velázquez Llorente).

Ello hace mayor la creencia en el sentido de en el PAN de Tlaxcala, de veras no queda piedra sobre piedra.

Mi pregunta es, ¿entre tantos problemas, Adriana ya tendrá una estrategia para cumplir con el encargo de conservar 193 mil votos en las elecciones de 2012?

I think that’s imposible.